La situación se complica para Duro Felguera. La compañía anunció el martes pasado que lograba un nuevo plazo hasta el 30 de noviembre para conseguir los objetivos comprometidos con la SEPI, por lo que los 80 millones de euros de la segunda parte del rescate no se liberarán hasta conseguirlos.
La propia Duro Felguera pidió más plazo después de que la SEPI rechazara su nuevo plan que incluía el retraso de la entrada de un inversor industrial hasta el tercer trimestre de 2022 y el fin del requisito de capitalizar los 40 millones del fondo estadounidense Fortress, correspondientes a derechos de cobro de unos arbitrajes.
Una decisión que empuja un poco más a Duro Felguera hacia la insolvencia y hacia un eventual concurso de acreedores. Y todo ello tras presentar unos resultados del primer semestre que reflejan una caída del 58% en la contratación, del 43% en las ventas y con un aumento del 78% de la deuda.
Los bancos se han plantado después de estar a punto de firmar el term sheet de la refinanciación de la deuda y tras constatar que la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) frenara la entrada de los 80 millones por segunda vez en menos de seis meses.
La banca duda porque la SEPI no apoya plan de nuevo CEO Jaime Argüelles, algo que se ha confirmado tras la solicitud de más tiempo para poder cumplir con las condiciones, entre las que se encuentra precisamente tener la firma del term sheet. La banca ya no quiere firmar sin el dinero de la SEPI y la SEPI no quiere dar el dinero si no hay apoyo de la banca.
Un inversor interesado
Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia indican que la situación es crítica ya que los bancos acreedores se consideran engañados tras paralizarse la firma del term sheet la semana pasada.
Por otro lado, estas mismas fuentes indican que la SEPI ha transmitido a Duro Felguera la necesidad de encontrar un socio industrial de manera urgente, que pueda aportar capital, contratos y liquidez.
Duro Felguera tiene en estos momentos un interesado (ha firmado un acuerdo de confidencialidad sin oferta formal), que es rechazado por la SEPI ya que apenas aporta una mínima parte de lo necesario para poner en marcha el plan de rescate y además solo aporta cartera de proyectos que no están en funcionamiento.
En este sentido, las fuentes consultadas indican que las soluciones se agotan para Duro Felguera. En primer lugar, no parece que se presente una segunda oferta en el breve plazo, lo que obligaría a tener que prescindir de un inversor industrial.
El problema es que si la SEPI cede y acepta el nuevo plan sin los 40 millones de Fortress y da el plácet para que no haya inversor hasta el 2022, la compañía corre el riesgo de gastar los 80 millones de la segunda parte del rescate, sin contratos y sin poner en marcha un plan industrial de la mano de un nuevo socio.
Fondo de rescate
Una situación crítica que está muy lejos del optimismo manifestado públicamente por el nuevo CEO, Jaime Argüelles. En una carta interna enviada a la plantilla la semana pasada, el directivo indicó que la compañía sigue avanzando en el proceso de búsqueda de un inversor.
"El proceso está ya bastante avanzado y existen varios acuerdos de confidencialidad (NDAs) firmados. Los interesados están estudiando su posible inversión. La compañía está inmersa en el proceso para poder hacer una selección y una toma de decisión óptima".
Y concluyó enviando un mensaje de optimismo. "Estamos enfilando ya la recta final para completar el apoyo del FASEE (Fondo de rescate de la SEPI), y con la mejora de las perspectivas de contratación aprovechando la reactivación del sector, estamos seguros de que, con el esfuerzo de todos, conseguiremos que Duro Felguera vuelva a tener un puesto de referencia en la industria asturiana y española".
Optimismo que contrasta claramente con los datos presentados a la CNMV a finales de septiembre. Las cuentas del primer semestre reflejan que la compañía registró unos ingresos de 40 millones, un retroceso del 43% frente a los 70 millones de igual periodo del año anterior.
Situación financiera
No obstante, donde realmente se refleja el deterioro de Duro Felguera es en la contratación que llegó apenas a 22 millones de euros, una caída del 58% respecto de los 52 millones de hace un año. Esto demuestra que la compañía no está activa y que no están entrando nuevos proyectos, la llave que permitiría asegurar la supervivencia en el mediano plazo.
"Los retrasos en el cierre del proceso de reestructuración financiera y en el desembolso completo del apoyo financiero público temporal por parte del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE), imposibilitando la disposición de la línea de avales, ha causado retrasos en la contratación prevista en el primer semestre del ejercicio que han afectado al nivel de actividad", explica Duro Felguera en sus cuentas semestrales.
Y todo ello con la deuda disparada: 96,1 millones, que cuadruplica los 23 millones registrados hace un año.
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