Desde EL ESPAÑOL Invertia hemos puesto en marcha el I Termómetro Autonómico de los Fondos Next Generation para calibrar el estado de estas ayudas en los diferentes territorios. Para ello, hemos recabado información oficial de todas las comunidades autónomas, así como de las ciudades autónomas sobre el estado de las ayudas comunitarias. 

El pasado 14 de diciembre, el Gobierno compartió su primera evaluación de la marcha del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. En este informe se destacó que ya se habían asignado a las comunidades autónomas 11.000 millones de euros de los fondos europeos para la ejecución de inversiones. Una cantidad confirmada mayoritariamente por las autonomías pero que, en la práctica, no garantiza la movilización efectiva de los fondos. 

Según la información a la que ha tenido acceso este diario, el día en el que el Gobierno comunicó los fondos asignados a las comunidades autónomas, sólo 5.955 millones estaban transferidos a las arcas autonómicas. Poco más de la mitad de los 11.000 millones asignados. Según detalló el Gobierno en su informe de ejecución, se han asignado en Conferencia Sectorial 8.831 millones de euros y se han aprobado reales decretos de concesión directa por importe de 2.170 millones de euros. Una cifra a la que hay que sumar otros 1.000 millones puestos en marcha por el IDAE. Son cantidades que sólo han llegado en parte a las arcas autonómicas.

5.000 millones pendientes

Pese a que la transferencia de fondos aceleró el pasado mes de octubre, aún faltan por llegar más de 5.000 millones asignados a las comunidades autónomas. En concreto, diferentes representantes autonómicos confirman que la mitad de los fondos han llegado en los tres últimos meses.

Aunque esa cantidad esté adscrita a los Presupuestos de 2021, desde el ejecutivo recalcan que el dinero no se va a perder. En concreto, existe una disposición que permite repartir este tipo de acciones plurianuales en ejercicios distintos a los inicialmente previstos.  

La fórmula elegida para distribuir la gran mayoría de estos fondos son las Conferencias Sectoriales de cada Ministerio. En ellas participan representantes de todas las comunidades autónomas y se consensúan los criterios por los que se asignarán las ayudas europeas a cada territorio.

Una vez confirmadas las condiciones, el proceso sigue en dos dimensiones. Las decisiones tomadas deben pasar el proceso administrativo y regulador por el que deben de quedar anunciadas bajo los mecanismos necesarios dependiendo de la tipología de las ayudas. Por el otro estaría el operativo que se refiere a la transferencia de las cantidades a cada una de las comunidades autónomas.

Al ser preguntados por la razón de estos desajustes entre las cantidades asignadas y las transferidas, fuentes gubernamentales señalan que durante los meses de 2021 gran parte de los esfuerzos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia han tenido que dedicarse a crear el armazón administrativo que permita ponerlo en marcha. Esto sumado a que España no recibió los primeros fondos hasta el pasado 17 de agosto ha provocado que los plazos se compriman en los últimos meses de 2021.

Acelerón para 2022

Una circunstancia que se espera cambie radicalmente durante 2022. La llegada de la segunda remesa de fondos -técnicamente el primer pago ya que el anterior se denominó prefinanciación- valorada en 10.000 millones va a permitir arrancar el año con los recursos necesarios para acelerar la puesta en marcha efectiva de los fondos europeos. 

En concreto, desde diferentes ministerios apuntan a que el primer semestre del próximo año será el periodo del Plan de Recuperación que más licitaciones se pondrán en marcha. Una vez levantado el armazón administrativo y cerrados los detalles con Bruselas sobre algunos proyectos singulares el objetivo es recuperar los meses perdidos durante la primera mitad de 2022. 

Más cuando, gracias a cerrar la reforma laboral y las pensiones en la forma acordada con Bruselas se da por supuesto que, tras la valoración semestral de junio, España recibirá otros 12.000 millones de euros como segundo tramo de los pagos previstos en los Next Generation.

Así las cosas, 2021 termina como un año en el que las expectativas sobre la ejecución de los fondos han topado con la complejidad administrativa del Estado. Un frenazo que se verá reflejado en el escaso impacto que las ayudas europeas tendrán en el crecimiento esperado para el año y los datos de PIB. 2022 se presenta como el año en el que la cogobernanza deberá convertirse en algo más que un eslogan para que las expectativas generadas por los fondos europeos comiencen a convertirse en realidad. 

*** Con información de Mercedes Rivera, Noelia Ruiz, Valentín Bustos, Elena Lozano, Laura Ojea, María Vega, Eduardo Ortega Socorro, Alfonso Peña y Dani Valero.