La movilidad es uno de los aspectos cuya importancia es clave para articular la sociedad y estimular la economía. Es algo vital a día de hoy, pero también lo seguirá siendo en un futuro, cuyas líneas maestras ya se empiezan a vislumbrar. Es un momento en el que los retos acerca de la eficiencia y la sostenibilidad de las infraestructuras y de los vehículos que las utilizan se han materializado en preguntas cuyas respuestas ya están sobre la mesa: es así como ya están en marcha, por ejemplo, modelos que abogan por la incorporación de la tecnología y la digitalización a este ámbito y, por supuesto, por mecanismos más respetuosos con el medio ambiente.
Avanzar hacia la movilidad del futuro es un reto para todos. Los ciudadanos se encuentran también ante un momento clave, en el que la decisión de renovar el automóvil, por ejemplo, obliga ahora a reflexionar no solo en cuanto a la marca y el color, como ha sucedido siempre, sino a pensar en qué opción le puede resultar más rentable a medio y largo plazo. Coches eléctricos, híbridos, propulsados con gas natural licuado… Incluso los que comienzan a usar el hidrógeno son alternativas que se han incorporado a un mercado en el que el uso de combustibles fósiles tiene cada vez un espacio más reducido.
Gran parte del compromiso con el cambio hacia alternativas de movilidad más sostenibles responde a la toma de conciencia de la sociedad respecto a la necesidad de cuidar el medio ambiente y paliar y revertir, en la medida de lo posible, el cambio climático. Para ello, tanto las empresas de todos los sectores como las administraciones han establecido políticas sostenibles con objetivos concretos y medibles.
La reducción de emisiones o la economía circular son dos de los conceptos más en boga, si bien todo este contexto se inspira en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, 17 grandes epígrafes que abarcan prácticamente toda la actividad humana en los que se establecen metas específicas con un horizonte: 2030.
En línea con los ODS de Naciones Unidas
Si bien no existe un capítulo exclusivo para la movilidad, esto no quiere decir que todos los actores implicados en este campo no hayan asumido su parte de responsabilidad. De hecho, dado su carácter tangencial, hay varios a los que puede responder cualquier decisión en este ámbito. Por un lado, la alusión a las nuevas energías entronca con el epígrafe número 7 de estos objetivos de las Naciones Unidas, que versa sobre la ambición de contar con “energía asequible y no contaminante”. También se pueden nombrar el 11 (‘Ciudades y comunidades sostenibles’), el 12 (‘Producción y consumo responsables’) y, por supuesto, el 13, denominado ‘Acción por el clima’.
E incluso el número 3, referido a 'Salud y bienestar', incluye un epígrafe exclusivo (el sexto, concretamente) dedicado específicamente a "reducir el número de víctimas en las carreteras", lo que añade a la ecuación no solo el aspecto medioambiental sino la seguridad en las vías de circulación, cuya pretensión es la de reducirlas en un 50%. Por eso, todo este paradigma está sobre la mesa de las administraciones como una necesidad de la que todos nos podemos beneficiar; de hecho, desde el Gobierno está en marcha la Agenda 2030, que desarrolla estos marcos que representan los ODS para su aplicación en los distintos sectores a los que afectan.
Consciente de su relevancia y de su posición de referencia mundial en cuanto a gestión sostenible de infraestructuras durante sus 60 años de historia, el Grupo Abertis se ha convertido también en un actor muy relevante para colaborar en la consecución de estas metas. La compañía aprovecha esta experiencia acumulada para imbuir a las autopistas que gestiona de toda la tecnología y la innovación para hacer de estas vías estratégicas unas herramientas más eficientes, sostenibles y seguras para todos.
La aportación de Abertis en los miles de kilómetros de alta capacidad que controla en todo el mundo pretende ser, como señalan desde la compañía, “parte de la solución” a este creciente problema del tráfico y de la contaminación asociada. Por eso, el modelo que defiende la empresa se basa en alcanzar la máxima calidad para los conductores del presente y del futuro, con una atención especial a estas nuevas formas de movilidad basadas en energías limpias. Pensando en la creciente popularidad de los coches eléctricos, por ejemplo, la empresa ya está instalando en sus autopistas puntos de recarga, las denominadas ‘electrolineras’. Son recursos que, por ejemplo, ya están altamente implantados en países como Francia o Italia.
Tecnología y digitalización
La electrificación es uno de los pilares de la nueva movilidad, si bien el futuro también abre la puerta a otro tipo de soluciones que van en la línea de aprovechar la tecnología de conectividad que incluyen los automóviles actualmente y que, sin duda, irá a más en los próximos años. Se estima que actualmente hay más de mil millones de vehículos en las carreteras y la previsión es que esa cifra se cuadruplique para 2050. Por eso, la propuesta de Abertis es la de anticiparse a ello y prepararse a través de proyectos que nos acerquen hacia las autopistas inteligentes y la movilidad integrada. Se trata de un escenario en el que los coches convencionales convivirán con los conectados, los eléctricos y, pensando más en el futuro, incluso los autónomos.
La idea es que, aún con ese incremento del número de automóviles que se prevé, este tipo de soluciones sostenibles y tecnológicas hagan de este entorno algo más amigable y, por supuesto, más respetuoso con el medio ambiente. Y para facilitar la vida de todos los conductores, otro de los avances que el Grupo Abertis ha impulsado en las infraestructuras que gestiona es la innovación en los métodos de pago. Buscando la mejor fluidez de la circulación gracias a la digitalización de estos puntos, ha creado proyectos de referencia en numerosos países de peajes sin barreras.
La digitalización es, precisamente, una de las claves que permiten afrontar con plenas garantías este gran salto adelante en cuanto a las posibilidades que ofrecen las autopistas hoy en día. Ya es posible conocer en tiempo real todo tipo de parámetros sobre las vías e incluso comunicarse con los vehículos que lo permitan a través de distintos servicios y dispositivos. Por eso, aprovechar las tecnologías asociadas como el big data o el machine learning es vital para comprender la manera en la que los usuarios las usan y aprovechar esa información para mejorar las autopistas del presente e imaginar soluciones reales para las del futuro.
Para un particular, estas innovaciones se traducen en ahorro de tiempo y en mayor seguridad y comodidad. Con esta idea, el Grupo Abertis ha abierto también una línea de negocio específica, Abertis Mobility Services, enfocada a proporcionar soluciones a las necesidades de los conductores que se aúnan bajo la denominada 'movilidad como servicio' (MaaS). Es una concepción pionera que puede marcar la diferencia en la rutina de desplazamientos de todos los usuarios de las autopistas, tanto particulares como profesionales o incluso administraciones y operadoras de carreteras (B2A) y empresas de flotas de vehículos (B2B).