En los últimos años, y a medida que la carencia de servicios básicos en el entorno rural se ha acentuado, la tecnología ha salido al rescate de muchas personas para las que la inclusión financiera es un reto para seguir con su actividad diaria. Porque es precisamente en las zonas rurales donde más se ha notado el cierre de oficinas bancarias en las que la población, generalmente de una edad más avanzada, podía hacer todo tipo de gestiones rutinarias.
La digitalización ha sido un potente aliado para paliar la situación. Sin embargo, dada la falta de competencias digitales de muchos de estos habitantes, era necesario abordar otro tipo de soluciones. Y en este contexto es donde Correos ha aprovechado su presencia en todo el territorio nacional para asumir un rol protagonista en la inclusión financiera de personas mayores y en el entorno rural.
La compañía ha desarrollado su compromiso con esta meta en los últimos años a través de la incorporación a su catálogo de servicios que cubren estas necesidades administrativas o de intermediación financiera que se han ido perdiendo de forma directa en esas zonas. Una de sus novedades más útiles en este ámbito, precisamente, es la tarjeta Correos Prepago Mastercard, un instrumento ideado para facilitar las gestiones ligadas a la economía cotidiana cuyas características la hacen ideal para cualquier ciudadano.
Su uso permite llevar a cabo casi cualquier operación habitual de las que permite una tarjeta de débito o crédito de cualquier entidad. Es decir, con ella se pueden hacer pagos en cualquier comercio físico u online -nacionales e internacionales- y se puede sacar dinero en efectivo en cualquier cajero del mundo de la red Mastercard y en todas las oficinas de Correos. Además, permite hacer transferencias de saldo a otras Tarjetas Correos Prepago de forma inmediata a través de la aplicación móvil o de la web de Correos Prepago con la que es posible también controlar y gestionar su uso en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Entre sus ventajas, además de esta operativa normalizada, está la facilidad para su adquisición, que se puede hacer de forma online en www.correosprepago.es y de forma presencial en las más de 2.300 oficinas de Correos que existen. Para ello, basta con identificarse con el DNI, NIE o Pasaporte. Por otra parte, para conseguirla no es necesario justificar ni disponer de unos ingresos mínimos ni dar información sobre el estado financiero del cliente. Fácil y rápido.
Además, en línea con las tarjetas más usadas, también admite la función de pago sin contacto (contactless) y, además ahora, permite al cliente disponer de una cuenta IBAN. Esto es especialmente útil para recibir cobros, nóminas, pensiones,recargarla mediante transferencias y hacer transferencias a otras cuentas de la zona SEPA, incluso inmediatas.
De hecho, otra de las opciones a las que abre la puerta la Tarjeta Correos Prepago es también la de la domiciliación de gastos, recibos de suministros o impuestos, algo que en la situación de exclusión financiera en entornos rurales resulta especialmente valioso.
El control de la tarjeta también es sencillo y directo, ya que es posible consultar el saldo a través su aplicación móvil, en la pagina web www.correosprepago.es o en el teléfono de Atención al Cliente de la Tarjeta Correos Prepago (canales disponibles las 24 horas del día, todos los días del año).
Una herramienta útil y versátil
La versatilidad de la tarjeta permite, además, alcanzar otros colectivos que puedan verse en un riesgo similar. Es el caso de aquellos que, precisamente por esas condiciones de acceso a una cuenta bancaria, puedan tener una mayor dificultad para contratarla, especialmente aquellos con ingresos no recurrentes. O el colectivo de inmigrantes o, en esta situación especial, los refugiados que generalmente tienen que hacer frente a la barrera de la burocracia.
La edad es un factor igualmente determinante en la dificultad de acceso a instrumentos financieros: los jóvenes por su situación laboral inestable, y los mayores por lo expuesto previamente, es decir, la falta de oficinas próximas y la obligación de manejarse en entornos digitales que sustituyen a la atención presencial de siempre y ante los que no se manejan bien.
En paralelo a la Tarjeta Correos Prepago, la compañía también ha impulsado un proyecto enfocado a las Administraciones Públicas en el que las tarjetas son el vehículo perfecto para canalizar fondos destinados a distintas partidas sociales. Mediante una recarga única o periódica, la administración aporta una cantidad que, gracias a la capacidad de personalización de esta herramienta, queda restringida para su uso en los comercios para los que se entrega la ayuda (alimentación, libros, etc.), en una zona geográfica o en determinados usos.
Un ecosistema para impulsar la inclusión financiera
En esta línea de acercar estos servicios básicos a las zonas rurales, Correos ha establecido un sólido ecosistema de instrumentos para impulsar la inclusión financiera. Ya desde marzo de 2021, la compañía comenzó a incorporar no solo en oficinas sino incluso en sus puntos de atención, cajeros automáticos.
Con esta idea también se puso en marcha Correos Cash, un servicio en el que las personas de estos entornos más aislados, clientes de entidades con las que existe un acuerdo de colaboración, pueden ingresar y retirar dinero en oficinas, e incluso tener la oportunidad de que sea el cartero o la cartera los que entreguen el dinero en su propio domicilio.
Todas estas acciones obedecen al compromiso de Correos por impulsar la inclusión financiera a través de la puesta en marcha de herramientas que aprovechen su capilaridad en el territorio. En este sentido, se trata de ampliar su catálogo de servicios aprovechando sus recursos y su capacidad para amoldarse a las necesidades de la sociedad. Y una pieza clave para que todas estas implementaciones funcionen es el factor humano que ponen en marcha sus carteros y carteras.
Es relevante dado que, de los más de 24.000 carteros de Correos, 6.011 desarrollan su trabajo en zonas rurales. Por eso, se les ha dotado de dispositivos portátiles (PDA) con los que pueden acercar a los clientes muchos de los servicios que hasta ahora solo se prestaban en las oficinas: comprar sellos y embalajes, pagar impuestos y recibos de suministros… todo, en la puerta del mismo domicilio.