La renuncia de Ford al PERTE del vehículo eléctrico que el Gobierno le había asignado ha vuelto a extender la incertidumbre sobre el futuro de su planta en Almussafes, en Valencia, y el sector automovilístico en España. Y todo ello pese a que el Ejecutivo central y la Generalitat de Ximo Puig han intentado evitarlo.
La compañía estadounidense confirmó este miércoles que renuncia a los 106 millones de euros -68,5 como subvención y 37,8 en forma de préstamo- asignados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, una decisión que sorprendió a sus socios en el proyecto y que la dirección de Ford ha meditado en la última semana junto a las administraciones implicadas.
La marcha atrás ha llegado después de que Ford haya comprobado que no podía cumplir con las condiciones previstas en el acuerdo del consorcio. La decisión fue comunicada con antelación al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que dirige Reyes Maroto y al presidente valenciano, el socialista Ximo Puig.
Ambas administraciones habían empujado a Ford al PERTE pese a las dudas en el calendario que existían desde un principio. En abril, Maroto viajó a Estados Unidos y mantuvo un encuentro con Ford para animar al gigante automovilístico a participar en el proyecto estratégico del vehículo eléctrico y conectado.
La reunión tuvo lugar pocos días después de que el grupo Volkswagen anunciara su intención de poner en marcha una gigafactoría en Sagunto, a unos 60 kilómetros de Almussafes, en la que fabricará baterías para sus modelos eléctricos. Una decisión que abrió un nuevo escenario para la compañía estadounidense y que Maroto y Puig pretendían aprovechar.
El Ministerio adjudicó los proyectos de manera provisional a principios de agosto y, tras finalizar el periodo de alegaciones, Ford ha presentado su renuncia formalmente. En los últimos días, Gobierno y Generalitat han intentado convencer al gigante automovilístico para que siguiera formando parte del proyecto, según confirmaron a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes conocedoras de los contactos. Pero la decisión estaba tomada ante las dudas generadas por los plazos que marca Europa.
Todos los proyectos financiados con los fondos europeos Next Generation deben de estar finalizados en 2025 y Ford necesita más tiempo para desarrollar la tecnología en la que trabaja. Para no incumplir con los requisitos de la subvención y exponerse a sanciones económicas, la empresa renuncia voluntariamente a esta línea de financiación pública.
Apuesta por Almussafes
Este nuevo escenario supone "un cambio en sus plazos, no en sus planes", según defendieron desde el Gobierno valenciano. De este modo, la Generalitat indicó que mantendrán todo el apoyo para la "transformación" de la planta de Ford en Almussafes y aseguró que la planta "confía en Valencia más allá del PERTE".
Desde un principio, Ford desvinculó su apuesta por España de la obtención de los fondos europeos. En la última semana, Madrid y Valencia han mantenido contactos "discretos" con la compañía para reafirmar sus compromisos y despejar cualquier incertidumbre. Sobre todo, porque la fábrica valenciana perderá en octubre el 40% de la producción de las furgonetas Connect, que representan el 28% de la producción total en la actualidad.
Los otros tres modelos (S-Max, Galaxy y lo que resta de la Connect) podrían dejar de producirse a finales de 2023 o principios de 2024, y la elección de Valencia frente a la planta alemana de Saarlouis para la fabricación de dos automóviles 100% eléctricos habían dado estabilidad y garantías a la plantilla.
"Mantiene todos sus compromisos de futuro con Almussafes", insistieron desde el entorno de Puig a este periódico. Al parecer, la compañía mostró sus dudas desde el principio y así lo trasladó a las autoridades españolas. Pero finalmente se presentó a cambio de poder presentar la renuncia si constataba que no podía desarrollar el PERTE.
Así, la revisión respecto a las previsiones para Europa introduce "un retraso en nuestros planes de producción para España, lo que significa que no podemos aprovechar el programa de financiación PERTE", indicó Ford. Y añadió, "nos gustaría reforzar el compromiso con nuestra planta de Valencia, ya que las operaciones de Ford en España siguen siendo una parte fundamental de nuestra estrategia para Europa".
Los compromisos
¿Cómo se reforzará el compromiso? Fundamentalmente manteniendo las inversiones públicas. Gobierno y Generalitat han reiterado en los contactos de los últimos días que mantendrán los acuerdos intactos.
Entre los puntos figuran importantes inversiones públicas en infraestructuras o la adjudicación de subvenciones para acelerar su transformación ante el cambio de modelo y la caída de ventas, explicaron desde la Generalitat.
Los datos de producción anual dan buena cuenta del peligro que ha corrido la planta. Lejos de los picos de vehículos fabricados en 2004 (450.000 unidades) y 2018 (417.000), el pasado 2021 cerró el que fue el segundo peor ejercicio de toda su historia con tan solo 167.500 unidades.
En estos datos influyeron la crisis de la Covid-19 y el desabastecimiento global de chips semiconductores, pero la fábrica empezó a languidecer antes de la pandemia.
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