Decía la famosa canción de Los Stop que hay tres cosas en la vida: salud, dinero y amor. La segunda sea, seguramente, la que mayor debate genere en la actualidad de manera constante. En estos momentos, y en especial en Bruselas, las dudas se ciernen sobre el estado actual que atraviesa el manejo del dinero en efectivo, es decir, las monedas y los billetes.
Los datos indican que día tras día, estas formas de pago se encuentran cada vez más en desuso. Los jóvenes, principalmente, apuestan cada vez por mecanismos más alternativos para abonar sus transacciones. Las personas de corta edad son las que más se entregan a las compras online, a los pagos a través de la tarjeta de crédito física, al pago a través del teléfono móvil e incluso al sistema del bizum.
A pesar de estos cambios, propios de la evolución de los tiempos, el Banco Central Europeo no quiere que las monedas y los billetes desaparezcan, al menos por el momento. Esto se debe al gran número de personas, especialmente en zonas rurales y de avanzada edad, que siguen pagando con monedas y con billetes y que se alejan tanto de las tarjetas de crédito como del resto de formas de pago.
[Esta es la nueva moneda española que se empezará a utilizar a partir de julio]
Actualmente, dos de cada cinco españoles ya no utilizan dinero físico a diario. Esto ha provocado que se haya pasado de que sea complicado encontrar locales en los que se pueda pagar con tarjeta a hallar establecimientos que ya no acepten el pago mediante monedas y billetes. Una señal clara de esa evolución de los tiempos. A pesar de este avance, la Comisión Europea quiere proteger el dinero en metálico para que la ciudadanía siga teniendo siempre libertad a la hora de elegir sus formas de pago.
En esta línea, Bruselas tiene varios planes en construcción. Uno de ellos es obligar a un porcentaje de establecimientos a aceptar siempre el pago en efectivo. Sin embargo, en paralelo, el Banco Central Europeo se encuentra dando un especial impulso al plan de creación del euro digital, una forma de pago que llegará para convivir con el dinero físico y con el resto de sistemas que ya están a nuestro alcance.
¿Qué es el euro digital?
La idea que tiene y defiende el Banco Central Europeo es que el euro digital pueda convivir en la sociedad con las monedas y los billetes. Por ello, este organismo que depende directamente de la eurozona quiere impulsar esta nueva forma de pago. El euro digital es un proyecto del BCE para la emisión de su propia moneda digital que supone un equivalente electrónico al dinero en efectivo. Dicho de otra manera, no reemplazaría al euro, sino que ambas divisas funcionarían al mismo tiempo y serían compatibles el uno como el otro.
La previsión que se tiene es que pueda ser utilizado como medio de pago privado tanto en ámbito nacional como en ámbito internacional de manera habitual. La meta es que pueda adquirir una frecuencia de uso al nivel que tienen ahora las tarjetas de crédito o las diferentes aplicaciones de pago.
El reto que se plantea el BCE es que este sistema llegue a funcionar como una especie de monedero digital que permita a las empresas poder pagar con el euro digital en cualquier momento y lugar de la eurozona. Este nuevo mecanismo se encuentra en estudios de implantación y serán los bancos y otros proveedores de servicios de pago de la Unión Europea los encargados de distribuir este famoso euro digital a particulares y empresas para fomentar la inclusión financiera.
Además, las personas que no tengan cuenta bancaria podrán abrir y mantener la suya propia incluso en oficinas de correo o entidades públicas como los Ayuntamientos de los municipios y ciudades para usar este euro digital. Aunque todavía no hay plazos marcados, el Banco Central Europeo trabaja para que esta moneda virtual llegue muy pronto hasta la ciudadanía. Eso sí, desde Bruselas se da un mensaje de tranquilidad asegurando que esta forma de pago no sustituirá al dinero físico.
¿Qué diferencia hay entre el euro digital y las criptomonedas?
Una pregunta muy frecuente cuando se habla del euro digital está relacionada con la similitud que puede surgir con las famosas criptomonedas y es que para muchas personas y muchos usuarios pueden parecer lo mismo, pero no es así. Existe una gran diferencia que explica la diversidad de caminos que ofrecen estas dos vías de pago.
La principal disparidad reside en la entidad que controla esta forma de pago. Las criptomonedas también son activos digitales libremente intercambiables entre individuos y ampliamente accesibles. Sin embargo, estas no se encuentran reguladas por ninguna institución central como sí sucederá con el euro digital una vez sea implantado de manera oficial.
Las criptomonedas funcionan sobre una red descentralizada entre individuos y el control reside también sobre los propios usuarios. En el caso del euro digital, contará con el amparo del Banco Central Europeo.