El tren es el medio de transporte más sostenible. Gracias a su capacidad para moverse con electricidad, hace muchos años que dejó atrás la imagen de movilidad contaminante que aún pesa hoy en día sobre otros medios de transporte que hacen un uso mayoritario de fuentes de energía fósiles. Sin embargo, como aduce Renfe, tener esta consideración de transporte limpio constituye una gran responsabilidad y obliga a explorar nuevas vías para reducir los márgenes de mejora que quedan en favor del medio ambiente.
Renfe es el primer consumidor de energías renovables de España, según datos que ofrece la compañía referentes al año 2019. Ya en ese momento, la operadora adquirió 2,5 TWh de energía procedente de fuentes renovables, con certificados de Garantía de Origen. Es una cantidad equivalente al 2,6% de toda la energía renovable eléctrica consumida en nuestro país, lo que da idea del volumen de emisiones que se evitan expulsar a la atmósfera de esta manera. La empresa cifra este ahorro en 4,1 millones de toneladas de CO2 y más de 1,1 millones de toneladas equivalentes de petróleo.
Son datos que ayudan a entender el contexto actual y el énfasis del grupo Renfe por profundizar en soluciones más sostenibles. Toda la sociedad ha tomado conciencia de la necesidad de abogar por políticas y fórmulas más beneficiosas para el medio ambiente y que ayuden a paliar su deterioro, así como para proteger la biodiversidad que amenaza al planeta. Durante estas décadas, Renfe ha sido una de las compañías que más ha progresado, y estos números del presente delatan cómo la operadora ha sido capaz de evolucionar y consolidar su rol actual. Por ejemplo, tomando como base el año 1990, en el que se activó el Protocolo de Kioto, Renfe ha reducido un 89% la huella de carbono por unidad transportada y es, actualmente y de acuerdo a las emisiones de CO2, entre 20 y 30 veces menos contaminante que el transporte por carretera y hasta 160 veces menos que el avión.
Objetivo ‘cero emisiones’ en 2050
Todos estos datos justifican uno de los grandes hitos de la empresa, la certificación ‘Carbono Neutro’ que concede AENOR y que en este caso concedía su beneplácito a todos los trenes eléctricos de la operadora, tanto en pasajeros como en mercancías. Es un sello que motiva a seguir en esta línea para cumplir el gran objetivo a largo plazo: llegar a cero emisiones de carbono en 2050.
Pensando no solo en el transporte de viajeros, sino en el de mercancías, estos datos posicionan al transporte ferroviario como el “mejor socio logístico”, según la compañía. Por eso Renfe Mercancías forma parte también de la coalición Rail Freight Forward, que pretende elevar la cuota del tren en el transporte de mercancías en Europa desde el 18% actual hasta el 30% con horizonte 2030. En España, las cifras están aún lejos de estas medias, dado que se posiciona en poco más del 4%, teniendo la operadora electrificado el 65% de sus locomotoras en este área.
Innovación para entrar en el futuro
Es un camino, por tanto, de largo recorrido en el que la ambición de impulsar la sostenibilidad en todas las líneas de negocio también implica una vocación abierta de futuro. La innovación es clave para profundizar en estas estrategias y, por ello, Renfe está buscando alternativas para mover el 20% de sus trenes que aún utilizan diésel para sus desplazamientos. En este sentido hay dos opciones muy prometedoras: el gas natural licuado (GNL) y el hidrógeno.
El GNL ya es una realidad en muchos ámbitos, desde los transportes por mar hasta el uso de muchos vehículos que circulan por nuestras carreteras. Pero en el ámbito ferroviario todavía no se ha posicionado al mismo nivel y eso que, ya en 2018, Renfe planteó una experiencia pionera a nivel mundial en la que usaba este combustible en lugar de diésel en la línea Caudal-Aller/Figaredo. Para ello adaptó un tren que sirvió como prototipo de este sistema. Su generalización puede llegar pronto: la operadora afirma que está estudiando usar exclusivamente GNL en una línea de Cercanías que actualmente utiliza diésel, lo que también sería algo inédito en Europa hasta ahora. En cualquier caso, las cifras de reducción de emisiones y de coste por kilómetro son muy prometedoras: el GNL permitiría reducir un 45% y un 25% ambos conceptos, respectivamente.
La apuesta por el hidrógeno de la industria parece igualmente ganadora. Y si bien su tecnología aún es incipiente, la presencia mayoritaria de este elemento en el planeta, su elevada capacidad calorífica y el hecho de que no genere emisiones, posicionan al hidrógeno como una alternativa muy atractiva para el sector de los transportes. Por eso, y aunque no sea de forma exclusiva, sí que es una fuente válida en el presente en trenes híbridos. El futuro le concederá mayor peso aún.
Responsabilidad y gestión eficiente de recursos
La conducción eficiente es otro concepto que puede redundar en la mejora de la eficiencia energética. Aunque no sea algo que todos podamos asociar con el mundo ferroviario, la misma idea de las carreteras se aplica a los trenes: el cómo actúen los 5.200 maquinistas de la operadora tiene una incidencia directa en el consumo de energía de los convoyes. Un manejo adecuado puede ayudar a conseguir ahorros de hasta el 30% en su gasto energético.
Es algo en lo que influye esta destreza personal pero también la tecnología. La renovación de la flota que Renfe está ejecutando durante estos años persigue precisamente eso, contar con material más seguro y fiable pero, al mismo tiempo, más eficiente energéticamente. Por eso, la utilización del freno regenerativo, por ejemplo, permite que algunos trenes devuelvan a la red entre un 6 y un 10% de la energía en Alta Velocidad y hasta un 40% en Cercanías.
Aparte de la renovación de la flota a base de nuevas adquisiciones, otra de las cualidades que suma en la consideración de eficiencia es la renovación de los trenes que ya circulan por nuestras vías. Al ser la economía circular una de las claves dentro de la política estratégica del grupo Renfe, la actualización de los trenes también conlleva, en la medida de lo posible, una vida útil más prolongada y una mejor gestión de la energía que los mueve.
Asimismo, también hay una serie de trabajos que inciden en esta misma dirección, tanto en los nuevos como en los que ya están activos, y que remiten a la importancia de una climatización adecuada, un aislamiento efectivo y una iluminación inteligente, aspectos que permiten afinar aún más el ahorro energético.
'Objetivo ‘cero emisiones’: la meta de la vía más sostenible del grupo Renfe' es un contenido elaborado por Marcas Ñ, la sección de Branded Content de EL ESPAÑOL, en colaboración con Renfe.