Ángel Simón e Isidro Fainé, CEO y presidente de 'La Caixa'.

Ángel Simón e Isidro Fainé, CEO y presidente de 'La Caixa'. Ilustración. EE.

Invertia

Fainé y Simón revolucionan Criteria para crear el gran grupo industrial del siglo XXI

El holding ha invertido en los últimos meses más de 2.500 millones para transformar el porfolio de empresas. 

25 mayo, 2024 02:25

"El presidente Fainé vive una segunda juventud", se escucha estos días en los cuarteles generales de la Fundación Bancaria La Caixa. A sus 81 años ha encontrado en el nuevo CEO de Criteria, Ángel Simón, su socio ideal. Un ejecutivo con una filosofía de negocio humanista, con el que comparte la forma de entender los negocios: influencia (empresarial y política), vocación de largo plazo y la búsqueda de la mayor rentabilidad económica y beneficio social. 

Juntos se han embarcado en la (pen)última gran revolución de Criteria: crear el gran grupo industrial del siglo XXI en España. En definitiva, una vuelta a los orígenes de lo que siempre fue el brazo inversor de la Fundación, pese a que en el último quinquenio su labor haya pasado bajo el radar fruto de una inversión pasiva y alejada de los focos. 

La necesidad de nuevas materias primas, la transición energética, las nuevas formas de movilidad, la digitalización y la inteligencia artificial abren la puerta a una nueva economía. Un modelo de crecimiento distinto al de los inicios del siglo XXI, que requieren una transformación radical del portfolio de inversiones de Criteria. 

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En esa aventura se han embarcado Fainé y Simón, que ya están elaborando el que será el nuevo plan estratégico de Criteria de cara a los próximos años. Se conocerá en semanas, pero el movimiento se demuestra andando y ambos han acelerado el paso. Tanto que sus equipos se mueven con la lengua fuera

CaixaBank, seguirá siendo el epicentro. La joya de la corona del grupo inversor que, en más de una ocasión, ha servido también como financiador de operaciones en épocas pasadas. A partir de ahí, las nuevas inversiones buscan garantizar una elevada rentabilidad con un portfolio netamente industrial en compañías de infraestructuras.

Atrás quedan los tiempos de buscar exclusivamente el rendimiento financiero. Fainé y Simón se quieren arremangar e influir en los consejos de administración. Tomar decisiones para que Criteria sea un socio financiero e industrial que ayude a crecer a sus participadas. En definitiva, una fórmula para formar parte en la elaboración de la economía que viene. 

Una influencia empresarial que permite también a La Caixa estar en el centro de las decisiones políticas. Los nexos entre Fainé y los distintos Gobiernos siempre han estado ahí. La política industrial se mueve desde la empresa, pero también desde la sala de máquinas del Ejecutivo. Influir, influir e influir. Esa es la premisa. 

Reforzar las históricas

Pero más allá de esa influencia, lo que dejan entrever los últimos movimientos de Fainé y Simón es que el núcleo duro de inversión de Criteria se va a reforzar. Como decíamos, CaixaBank será el centro de todo. Pero también se va a apostar por sumar posiciones en otras históricas de la cartera de La Caixa. 

El caso más palmario, el de Telefónica. Allí Fainé ejerce como vicepresidente desde hace más de una década. Es uno de los principales apoyos de José María Álvarez-Pallete. Criteria se ha hecho ya con el 5% de la operadora y aspira a hacerse con otro 5%. Es decir, a igualar la participación del Gobierno. No sólo eso. Como ha contado este diario, si la SEPI reclama un segundo consejero, Criteria también lo hará cuando llegue el momento. 

Naturgy será otro de los puntales de la nueva Criteria. Otra de las niñas mimadas del brazo financiero de la Fundación La Caixa. Allí preparan la gran revolución. Una opa de la mano de la emiratí Taqa, con la que aspiran a recuperar el control total de la gasista. 

Una compañía esencial para Fainé y Simón, pero también para el Gobierno. De ahí los movimientos acelerados. Ante la inestabilidad generada por las desavenencias de Criteria con sus actuales socios, el Gobierno podía tener la tentación de entrar en su accionariado como ha hecho en Telefónica. Así que tocaba anticiparse y recuperar la estabilidad y garantizar la españolidad de la gasista. 

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¿Cuándo se producirán la oferta? Todavía queda, pero los fuegos de la cocina están al rojo vivo y parece que la operación está ya casi en ebullición.

CaixaBank, Telefónica, Naturgy... O lo que es lo mismo, banca, telecomunicaciones y gas. Compañías en sectores regulados que garantizan un elevado retorno y que van de la mano de la economía del siglo XXI. 

A ese bloque se suma otra de las inversiones históricas de Criteria: Aguas de Barcelona. Propiedad de Agbar (cuyo accionista mayoritario es Veolia), es el gran deseo de Ángel Simón. La conoce bien, le permite tener presencia en Cataluña y contribuir a la modernización de las infraestructuras del agua en la región que vio nacer al grupo inversor. 

Veolia quiere recortar las inversiones. Algo que no convence en los cuarteles generales de La Caixa. Así que la intención es crecer en el negocio del agua mediante la adquisición de un paquete accionarial en Veolia. Sin embargo, los franceses no quieren negociar. Por ahora.

Florentino Pérez, presidente de ACS e Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria 'La Caixa'.

Florentino Pérez, presidente de ACS e Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria 'La Caixa'.

Para cerrar la apuesta por las infraestructuras está la gran sorpresa: ACS. Este viernes Criteria se ha hecho con el 9,3% de la empresa de Florentino Pérez. Se ha convertido en segundo accionista. La unión de dos viejos conocidos, en donde el brazo inversor de La Caixa encuentra infraestructuras (de la mano de Abertis), pero también una apuesta por la movilidad sostenible, los centros de datos, las materias primas raras... 

No sólo eso. ACS aporta a Criteria una cuestión esencial para cualquier grupo inversor: diversificación. Tanto en cartera de inversiones por sectores, como en territorios. Hablamos de un grupo que tiene una gran presencia en Estados Unidos y Australia, que gustan mucho al equipo de Fainé. 

Aunque el objetivo de Criteria es dar estabilidad a largo plazo y ganar influencia, también se van a mantener ciertas posiciones de inversión netamente financiera. Ahí podríamos incluir el retorno a Colonial, que da acceso al sector inmobiliario. Pero también la compra del 3% en Puig, un grupo netamente industrial con presencia internacional y con un foco de clientes de alto poder adquisitivo. 

Todo esto sin olvidar otras inversiones directas en empresas cotizadas, ETFs o renta fija de la que se ejerce una gestión activa y que rota en función de la evolución de los mercados. 

La venta de Saba 

Ahora bien, una vez esbozadas las principales líneas, tocará también dar salida a aquellos activos que se consideren maduros o no alineados con los intereses del grupo. Ahí está el caso de la compañía de aparcamientos SABA. Dos años lleva con el cartel de se vende. Aunque ha tenido novios ninguno ha fructificado. 

Lo mismo puede ocurrir con Cellnex, cuyo plan de negocio parece no terminar de convencer a Criteria. Una inversión madura, en donde tan sólo ostenta el 4,3% y no ejerce influencia ninguna.

Fainé y Simón han pisado el turbo. En tres meses han invertido ya más de 2.500 millones de euros en inversiones. "Y lo que está por venir", advierten desde su entorno, quienes avisan de que con Naturgy la transformación radical de Criteria no ha terminado. 

Todo ello para lograr ese gran grupo industrial del siglo XXI que permita financiar los objetivos sociales del siglo XXI de la Fundación Bancaria La Caixa. Y a modo de ejemplo, ahí está el caso de 2023.

De los 1.910 millones que logró Criteria de beneficio el año pasado, 400 millones fueron directos a la obra social. El verdadero motor de Fainé desde hace décadas y, ahora tamibén, el de Ángel Simón