Impactar positivamente en el medio ambiente constituye una necesidad que no puede esperar. Tal es la urgencia de afrontar con soluciones efectivas e innovadoras la transición energética en la que nos hallamos inmersos y de la que Naturgy es uno de sus actores clave. Su rol en este viraje hacia fuentes de energía renovables y, por tanto, sostenibles, está impulsando a todo el sector para buscar alternativas limpias y respetuosas con el planeta y que, de paso, no repercutan en el bolsillo de los ciudadanos.
En este ecosistema de energías limpias, Naturgy posee una cartera de generación que prioriza en todos los países en los que tiene presencia tecnologías que aprovechan el potencial de la naturaleza. Es el caso de la energía hidráulica, la solar o la eólica, todas ellas cada vez más presentes también en nuestro país a través de las plantas que ha ido construyendo en los últimos años. No obstante, donde la compañía está enfatizando su vocación de cuidar el aspecto medioambiental y donde está centrando sus mayores esfuerzos es en la exploración del hidrógeno verde como alternativa a futuro y, sobre todo, en la generación y uso del biometano, que ya es una realidad gracias a la sencillez de su producción, su manipulación y transporte hacia el usuario final y la facilidad de almacenamiento.
Por todo ello, el gas renovable está llamado a ejercer un papel muy destacado en este paradigma de energías descarbonizadas y sostenibles. De hecho, ya en la actualidad, se puede considerar que la tecnología que lo hace posible está madura y, por eso, Naturgy también está poniendo en marcha plantas con este gas neutro en carbono. La última que ha entrado en servicio, este mismo mes de junio, está ubicada en la explotación ganadera de Porgaporcs, en el municipio ilerdense de Vila-Sana.
Versatilidad e impulso para el entorno rural
Su emplazamiento puede llamar la atención para el que no conozca cómo funcionan este tipo de instalaciones pero es precisamente en la ‘materia prima’ que genera el gas donde se establece la diferencia fundamental frente al gas natural tradicional. Mientras que el tradicional procede de fuentes fósiles, un recurso limitado y que, además, debemos importar de otros países, las plantas de este gas renovable aprovechan la descomposición de restos orgánicos para gener biometano. Tras un proceso de depuración, este gas renovable se inyecta directamente en la red de gas natural ya existente que llega a nuestras casas sin que los usuarios notemos ninguna diferencia.
Que estos residuos puedan provenir de muy diferentes fuentes -explotaciones ganaderas o agrícolas, plantas depuradoras de agua, basureros, etc- le aporta una gran versatilidad al proceso y genera muchos beneficios en todos los frentes. El “fundamental”, como explica José Luis Gil, director general de Gases Renovables de Naturgy, “es la descarbonización del sector energético y, especialmente, de consumos domésticos como la calefacción”. Al hilo de sus palabras, un dato: solo esta planta de Vila-Sana, cuya capacidad de producción de gas renovable alcanza los 12 Gwh anuales (equivalente al consumo de gas de 6.000 hogares), evitará la emisión a la atmósfera de hasta 2.450 toneladas equivalentes de CO2 al año.
Al margen de los aspectos estrictamente relativos al medio ambiente, las plantas de biometano tienen aparejadas otras dos ventajas significativas que destacan sobre el resto de tecnologías. Una está muy relacionada con esa versatilidad que ofrecen sus instalaciones al ser modulares, de un tamaño muy contenido y ubicarse muy cerca de los puntos en los que se obtienen las materias primas. Eso nos lleva al impulso de la economía local, un aspecto muy relevante dado que, como el caso de Vila-Sana, este tipo de planta se convierte de este modo en una alternativa para revitalizar entornos rurales e impulsar la economía circular en estas comunidades.
100% compatible con la red de gas tradicional
El otro punto a favor es la absoluta compatibilidad entre el gas generado en estas instalaciones y el tradicional. No solo en cuanto al compuesto en sí mismo, con el que comparte sus propiedades, sino en lo que se refiere al uso de toda la infraestructura de soporte actual y las calderas de los hogares. De hecho, la inyección del biogás generado se produce hacia las redes ya en funcionamiento. Vila-Sana, por ejemplo, vuelca su producto a la red de Nedgia, la distribuidora de gas natural del Grupo Naturgy, para su consumo directo por parte de viviendas y empresas.
La consecuencia de esto es que los clientes de Naturgy son partícipes también del compromiso de la compañía por construir un mix energético descarbonizado y sostenible a través de una opción que resulta más eficiente y sin costes añadidos, como destaca Raúl Suárez, consejero delegado de Nedgia: “Esta compatibilidad convierte al biometano en un gran agente descarbonizador, ya que permite a los hogares reducir sus emisiones sin realizar ningún tipo de inversión. Sin gases renovables no podremos completar la transición energética”, añade.
En este sentido, la caldera de condensación con biometano se posiciona como la forma más económica y efectiva para descarbonizar los hogares. Tanto el 100% de estos dispositivos como el resto de equipos más usuales que se utilizan en casa están preparados para funcionar con biometano. Se trata, por tanto, de un giro transcendental en el sector con un potencial que mira con optimismo al futuro: según las cifras que maneja Naturgy, solo con el 30% del potencial de biometano que existe en España podría descarbonizarse todo el parque de viviendas del país sin que los propietarios tengan que asumir coste alguno.
Un país privilegiado para el biometano
Según un estudio realizado por la Asociación Española del Gas (Sedigas), España dispone de una capacidad total de producción de biometano de 163 TWh, lo que permitiría cubrir alrededor del 45% de la demanda nacional actual de gas natural. Es un argumento que refuerza y justifica este compromiso de Naturgy “con su impulso con una cartera que suma ya tres plantas en operación y decenas de proyectos en desarrollo o construcción”, explica José Luis Gil, director general de Gases Renovables de Naturgy.
La de Vila-Sana es la tercera planta de biometano en operación de la compañía, tras la puesta en marcha de las de EDAR Bens (A Coruña) y Cerdanyola del Vallès (Barcelona). Es inminente la incorporación de otras dos más, en Utiel (Valencia) y Utrera (Sevilla). Todas ellas, más las que vendrán en el futuro y que están ya en distintas fases de desarrollo, configuran una red de infraestructuras clave para alcanzar estas metas sostenibles de las que todos nos beneficiamos.