En el contexto de la transición verde y el desarrollo de infraestructuras sostenibles, España e Italia cuentan con una oportunidad única para colaborar. Con el respaldo de los fondos Next Generation EU y una relación ya establecida, ambos países se encuentran en una posición estratégica para impulsar el crecimiento económico en sus mercados a través de la innovación y la sostenibilidad, así tornando su alianza todavía más cercana.
Italia y España comparten no solo vínculos históricos y culturales, sino también una robusta relación económica. Las cifras lo demuestran: en 2022 España fue el segundo mayor destino de las inversiones directas italianas (IED), con más de 43.000 millones de euros registrados y más de 100.000 empleos directos e indirectos generados por multinacionales italianas.
A su vez, España es el séptimo país en términos de flujos de inversión directa hacia Italia, con aproximadamente 19.000 millones de euros en stock y más de 70.000 empleos creados. Este intercambio ha fortalecido las cadenas de suministro industrial de ambas naciones, mostrando resiliencia frente a crisis como la pandemia y la actual crisis energética.
La infraestructura y el sector energético se erigen como pilares clave para el desarrollo sostenible. Ambos países han demostrado un fuerte compromiso con la energía renovable. En particular, España ha duplicado su inversión en energía solar entre 2021 y 2023, mientras que Italia ha incrementado de manera constante sus inversiones en este ámbito desde 2020. Estos avances apuntalan el potencial de ambas naciones para liderar en energía limpia y, al mismo tiempo, reducir la dependencia de fuentes de energía extranjeras.
España, por ejemplo, aspira a convertirse en una economía circular y neutra en carbono para 2050, lo que podría suponer un ahorro de más de 340.000 millones de euros en importaciones energéticas en las próximas décadas.
Este intercambio ha fortalecido las cadenas de suministro industrial de ambas naciones, mostrando resiliencia frente a crisis como la pandemia y la actual crisis energética
En este contexto de transformación económica, las oportunidades para la banca corporativa y de inversión son evidentes. La demanda de financiación para proyectos innovadores en infraestructura sostenible y energías renovables es cada vez mayor. Las entidades financieras, particularmente los bancos de inversión de ambos países, juegan un papel crucial en el impulso de estas inversiones, pues van a ser los facilitadores que permitan realizar los proyectos pendientes. Igualmente, la banca de inversión es un actor principal en el sector de la infraestructura en dos mercados donde este tipo de grandes inversiones se han visto rezagadas y deben ponerse al día para asegurar la competitivas de sus mercados a futuro.
A pesar de los avances logrados, los desafíos siguen siendo significativos. La transición verde requiere una inversión masiva y una transformación de sectores clave como el transporte, responsable de aproximadamente el 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Los proyectos relacionados con la electrificación del transporte y la implementación de infraestructuras de hidrógeno verde son aún incipientes, y es crucial que las innovaciones tecnológicas se conviertan en soluciones rentables a corto plazo.
Además, la colaboración entre el sector público y privado será esencial para cumplir con los ambiciosos objetivos de la Unión Europea en términos de sostenibilidad. Los reguladores también tendrán un papel fundamental en la promoción de la transición, garantizando que se mantenga la competitividad sin sacrificar las inversiones.
El optimismo dentro del sector bancario de inversión es palpable. A pesar de las incertidumbres económicas globales, el mercado ha mostrado un dinamismo notable, especialmente en lo que respecta a las fusiones y adquisiciones y las emisiones de capital y deuda. Este entorno favorable refuerza la idea de que la relación entre Italia y España no solo es sólida, sino que tiene un futuro aún más prometedor, impulsado por los proyectos de sostenibilidad y la financiación de infraestructuras.
En conclusión, la colaboración entre ambos países será clave para construir una Europa más competitiva, innovadora y sostenible. El respaldo mutuo en áreas estratégicas como la energía y las infraestructuras demuestra el enorme potencial que existe para aprovechar el gran potencial de crecimiento económico con el que cuentan nuestros dos países y establecer a la región a la cabeza de sus sectores estratégicos.
*** Juan Pontoni es general manager Madrid branch, IMI Corporate & Investment Banking Division, de Intesa Sanpaolo.