Esto es lo que ocurre si le cortas la luz a los okupas que han entrado en tu casa según la ley

En España, la okupación de viviendas es un problema que no deja de crecer, lo que hace que aumente por momentos la preocupación de quienes tienen una segunda vivienda o con temor a que sus inquilinos se conviertan en inquiokupas.

Y es que, según datos del Consejo General del Poder Judicial, un proceso para desalojar a okupas puede prolongarse, de media, hasta 23,2 meses, tiempo suficiente para que el propietario sienta que su mundo está de cabeza. 

En ese proceso, los ocupantes ilegales, en muchos casos, se instalan cómodamente, haciendo uso de servicios esenciales como luz, agua o gas que, generalmente, continúan cargándose a nombre del dueño legítimo.

Daniel Marcos

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En estos casos, lo primero que exige la ley a los afectados es que interpongan una denuncia inmediata llamando al 091 y que, a partir de ahí, comiencen los trámites legales pertinentes.

En ese punto, la paciencia es crucial, ya que ningún propietario puede tomar la justicia por su mano sin correr el riesgo de enfrentar consecuencias legales. 

¿Puedo contarle la luz a los okupas?

Cortar el suministro eléctrico puede parecer, a simple vista, una solución rápida y efectiva. Sin embargo, desde un punto de vista legal, es un movimiento arriesgado y claramente prohibido por el Código Penal español. 

En concreto, el artículo 172.1 establece que cualquier acción que busque coaccionar, intimidar o forzar a una persona a abandonar un lugar mediante el uso de medios no legales puede tipificarse como un delito de coacción.

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Y es que, en estos casos, el hecho de cortar la luz podría traer consecuencias muy serias para el propietario, como penas de prisión de seis meses a tres años o multas de seis a doce meses, dependiendo de la gravedad.

Más aún, si el propietario emplea algún tipo de violencia o fuerza al interrumpir el suministro, podría enfrentarse a penas adicionales según el artículo 455 del Código Penal. 

¿Cómo puede tener luz un okupa?

En la mayoría de los casos, los servicios básicos permanecen contratados a nombre del propietario cuando ocurre una okupación.

Las compañías eléctricas, como explica el portal Blue Energy, exigen documentación como contratos de alquiler o títulos de propiedad para cambiar el titular de los servicios, lo que dificulta que un okupa pueda hacer un contrato regular.

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Sin embargo, esta situación no les impide encontrar otras soluciones. Una práctica común es "pinchar la luz", es decir, realizar conexiones ilegales al contador o instalar un enganche a una fuente cercana. Un acto que, por supuesto, supone un delito, pero su detección y resolución suele tomar tiempo.

Mientras tanto, el propietario se encuentra en una encrucijada. Por un lado, sigue pagando facturas de servicios que él no usa, pero, por otro, no puede interrumpir el suministro sin enfrentar las ya mencionadas represalias legales.

Qué hacer si me okupan la casa

Entonces, ¿qué puede hacer un propietario? Desde un enfoque completamente legal, existen algunas opciones que, aunque no resuelven el problema inmediatamente, pueden ser útiles:

• Reducir la potencia eléctrica a 0 kW/año, lo que minimiza las facturas manteniendo los contratos vigentes pero limitando drásticamente el uso de electricidad. 
• Asesoramiento legal especializado, es decir, recurrir a un abogado con experiencia en desahucios y okupación para garantizar que el proceso se ajuste a las normativas vigentes. 
• Colabora con las autoridades porque, pese a que puede parecer un camino lento, la policía y los juzgados son las únicas vías seguras y efectivas para lograr el desalojo sin exponerse a problemas regales adicionales.