Fotografía de un hombre entregando su carta de renuncia al jefe de su departamento.

Fotografía de un hombre entregando su carta de renuncia al jefe de su departamento. Istock

Invertia

Giro de 180 grados para los trabajadores: puedes despedirte y recibir paro e indemnización en esta situación

Mariana Goya
Publicada

En España, el número de parados en noviembre se situó en 2,58 millones de personas, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Sin embargo, solo 1.802.453 personas reciben la prestación contributiva por desempleo, tal como indica el informe del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del mismo mes. 

Un reporte donde, además, se muestra que la mayor concentración de beneficiarios se encuentra en comunidades como Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña y Madrid

Y es que, para obtener el paro, los solicitantes deben cumplir ciertos requisitos, entre ellos haber sido despedidos —en cualquiera de las modalidades existentes—. Aunque aquí encontramos cierta letra pequeña, porque hay ciertas situaciones en las que incluso abandonando la empresa por decisión propia se otorga el derecho a la prestación, además de recibir una indemnización. 

Esta situación excepcional se da a través del llamado autodespido, una figura que, a pesar de estar menos difundida, representa una opción importante para aquellos trabajadores cuyos derechos contractuales han sido vulnerados.

Sin embargo, cada caso debe ajustarse a estrictos criterios legales y demostrar las faltas cometidas por la empresa. 

Cómo despedirte y cobrar paro e indemnización

De acuerdo con la legislación española, renunciar al empleo de manera voluntaria significa perder automáticamente el derecho a paro, salvo en situaciones excepcionales. Estas últimas surgen cuando el empleador incumple gravemente las condiciones estipuladas en el contrato. 

Ante estos escenarios, el trabajador puede demandar la rescisión de la relación laboral, obteniendo una indemnización comparable a la de un despido improcedente. Entre las causas que habilitan esta medida destacan: 

  • Traslado laboral injustificado. Si la empresa decide unilateralmente mover al trabajador a otra ubicación sin justificar de manera adecuada el cambio ni cumplir con las condiciones razonables, este puede solicitar el despido voluntario. La normativa exige que el traslado sea comunicado con al menos 30 días de antelación y que contemple compensaciones para paliar los perjuicios. En estos casos, la indemnización será de 20 días por año trabajado, hasta un máximo de 12 mensualidades. 
  • Modificaciones sustanciales en las condiciones laborales. Cambios en aspectos como horarios, turnos o salarios son también causas justificadas para el autodespido. Por ejemplo, una modificación de un horario semanal a turnos de fin de semana sin motivo contractual o una reducción salarial significativa habilitan al trabajador a rescindir el contrato. Aquí, la indemnización puede llegar a ser de hasta nueve meses de salario. 
  • Impagos o retrasos salariales. El incumplimiento repetido de los plazos de pago también es motivo para solicitar el autodespido. Si la empresa acumula al menos tres meses sin abonar salarios o realiza pagos más allá del décimo día del mes, el trabajador puede demandar la rescisión y recibir una indemnización. 
  • Acoso laboral o condiciones insostenibles. Cuando las circunstancias laborales se vuelven intolerables debido al acoso o a una carga de trabajo insostenible que afecta a la salud física y mental del empleado, este tiene derecho a solicitar el autodespido. En estas situaciones, es crucial reunir evidenciar claras que sustenten el reclamo. Las indemnizaciones en estos casos son equiparables a las de un despido improcedente

Pero, como está claro, si se trata de una renuncia voluntaria que no encaja en los supuestos anteriores, el trabajador pierde el derecho tanto al paro como a la indemnización, salvo que comience otro empleo y no supere el periodo de prueba tras al menos tres meses. Si este último supuesto se cumple, podrá acceder a la prestación. 

Qué es el paro: cuánto y cuándo se cobra

El paro, tal como indican desde el SEPE, es una prestación contributiva diseñada para proteger a los trabajadores que pierden su empleo. Según la normativa vigente, se accede a esta ayuda si se han cotizado al menos 360 días a la Seguridad Social en los seis años previos al desempleo. Su duración oscila entre 120 y 720 días, dependiendo del tiempo de cotización acumulado. 

El importe también varía: durante los primeros 180 días, corresponde al 70% de la base reguladora, que es la media de las últimas cotizaciones. Posteriormente, baja al 50%.

En 2024, las cuantías mínimas se fijan en 560 euros para las personas sin hijos y 779 para quienes tengan descendencia, mientras que las máximas alcanzan 1.575 euros para las familias numerosas. 

Si no se cumplen los requisitos para el paro contributivo o este se agota, los trabajadores pueden optar por el subsidio por desempleo, siempre que cumplan las condiciones detalladas en las reformas legales del 1 de noviembre de 2024. 

Qué es la indemnización por despido

La indemnización por despido, que no el finiquito, como bien explican desde el portal laboral de MichelPage, es una compensación económica que reciben los trabajadores cuyos contratos se rescinden de forma improcedente o por causas objetivas. El cálculo depende de factores como el salario diario y la antigüedad

En casos de despido improcedente, el trabajador tiene derecho a 33 días de salario por año trabajado. Por ejemplo, con un sueldo anual de 30.000 euros y cinco años de antigüedad, recibiría una indemnización de 13.575 euros. Si el despido es objetivo, el cálculo baja a 20 días por año trabajado.