Debido a las grandes oportunidades laborales que ofrecen las ciudades como Madrid o Barcelona, hay muchos pueblos escondidos en la España rural que se han quedado sin vecinos. Se trata de un problema que actualmente afecta a más de 50 localidades a lo largo del territorio español. Sin embargo, la mayoría de ellos tiene un objetivo: buscar nuevos vecinos.
Para lograrlo, ofrecen empleo a emprendedores, muchas veces por relevo generacional, y a jóvenes y mayores que quieran comenzar una nueva vida. Así, gracias a la repoblación, se evitaría la salida de quienes se marchan a buscar trabajo a las grandes ciudades. Este es el objetivo de Holapueblo, un proyecto impulsado por Ikea, AlmaNatura y Redeia que quiere evitar justamente esto, la despoblación. Así, se le da vida a calles y negocios locales.
Uno de los últimos pueblos en sumarse a esta iniciativa es Beteta, una aldea situada a una hora de Cuenca. Se trata de un sitio con arquitectura típica serrana con balconadas de madera y está regentado por el majestuoso castillo de Rochafrida, así como su ermita de la Virgen de la Rosa. Rica en manantiales, aquellos que decidan visitar este maravilloso lugar podrán disfrutar de sus maravillas, como refrescarse en el río Guadiela o pasear por sus rutas.
¿Qué ofrece Beteta?
Este pueblo de apenas 230 habitantes cuenta con todos los servicios esenciales para una vida muy cómoda. Se trata de un sitio de una belleza espectacular y bien ubicado. A menos de 80 kilómetros se puede llegar fácilmente a Cuenca, Molina de Aragón o Priego. Además, dispone de farmacia y un centro de salud con atención 24 horas.
En cuanto a la educación, Beteta dispone de escuela infantil y primaria; sin embargo, para acudir a los centros de Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional, se debe trasladar al I.E.S Diego Jesús Jiménez, ubicado a 35 minutos en coche.
Los supermercados, servicio de atención a personas de la tercera edad, sucursales bancarias y mensajería se suman también a la lista. Con su privilegiada ubicación en la ruta de las Montañas Vacías, y un atractivo recorrido ciclista que cruza varias provincias, el turismo se convierte en el pilar económico con mayor potencial en la zona.
Sin embargo, para aprovechar al máximo este recurso, se necesitan servicios básicos como restaurantes, actividades turísticas, y una oferta de turismo de experiencias que permita a los visitantes conectar con la riqueza natural y cultural del municipio.
Además de este rubro, Beteta presenta otras áreas de oportunidad interesantes. La localidad necesita profesionales en oficios esenciales como fontanería, albañilería y electricidad, así como perfiles relacionados con la bioeconomía, la elaboración de productos del sector cinegético, y la artesanía del mimbre, una tradición local que merece ser revitalizada.
También hay espacio para negocios digitales o servicios que puedan desarrollarse online, adaptándose a un mundo cada vez más conectado. Para quienes buscan emprender en el ámbito educativo, actividades extraescolares y de refuerzo escolar tienen una demanda creciente en el municipio.
Para los más visionarios, Beteta ofrece la posibilidad de tomar las riendas de negocios existentes, como una panadería y un supermercado, ambos cerrados por jubilación, o incluso gestionar el bar de la piscina municipal en verano.
Además, las cercanías del municipio cuentan con oportunidades en sectores como la industria minera-cerámica y empresas relacionadas con Solán de Cabras, que suelen requerir personal cualificado. Vivir y trabajar en Beteta es una opción perfecta para quienes buscan calidad de vida, un entorno natural único y la posibilidad de formar parte de un municipio en pleno desarrollo.