El domingo 6 de junio, justo la noche del cierre de la Conferencia Bitcoin en Miami, la comunidad estuvo inmersa en un Spaces de Twitter, emocionados, se comenzaba a vislumbrar la posibilidad de una ley en El Salvador que adoptase bitcoin, su venerada moneda como medio oficial de pago.
La sensación era extraña. De pronto un gran número de criptoentusiastas apoyaban un gobierno. Ellos, tan libertarios, tan descentralizados, loaban la decisión de un presidente con muchos retos internos y externos. Desde la gestión de la covid a la violencia del país, la emigración en Centro América y su personalidad con ciertos rasgos dictatoriales: Nayib Bukele pasada a ser el héroe de muchos techies. Era un nombre nuevo, que no habían escuchado antes, pero les encantaba cómo sonaba su música (o su tesis).
Las siguientes semanas fueron quizá las más interesantes. A puerta cerrada, los expertos de El Salvador se acercaron a expertos en la materia para poder definir cómo desplegar la tecnología de modo que se adoptase esta divisa virtual como oficial en el país.
El despliegue real y los impedimentos
El pasado siete de septiembre el proyecto pasó a ser una realidad, y comenzaron los primeros problemas: tiempos largos para tramitar los pagos, desconocimiento sobre cómo usar la aplicación, polémica por la propia imposición de una medida para que muchos pequeños comerciantes no se sienten preparados o que, directamente, no saben lo que les aporta. Por no hablar de las fluctuaciones en cotización o incapacidad para trasladar los fondos de un dispositivo móvil a otro.
Boris Polania, líder técnico de la comunidad de habla hispana de Harmony Protocol, un proyecto nacido en Silicon Valley que permite interoperabilidad entre blockchains, valora la noticia con ilusión pero también apelando a la responsabilidad: “Esta medida sirve para validar y dar visibilidad al mundo cripto. Aunque no sea una situación perfecta, sí consigue que se tome la industria en serio de manera más seria”.
Desde el punto de vista de Harmony, el ecosistema en el que construye e investiga, cree que el pueblo de El Salvador podría ser todavía más libre. “Lo ideal sería que no estuviera anclado a una moneda concreta, el bitcoin, y los servicios que provee. Nuestra idea sería que se crease una comunidad con más servicios, no solo pagos, sino con finanzas, creatividad, distribución de valor, aplicaciones, contenidos. Algo que empodere al pueblo”, sostiene.
Polania, investigador venezolano, sabe bien cómo es vivir con una moneda que se deprecia, por eso quiere que Centro América y el resto de América Latina pueda adoptar sus propias herramientas. Lo resume con cierto optimismo: “Aplaudimos la decisión, pero queremos que no se quede ahí. Hay una forma más eficiente de hacerla. Queremos construir juntos, con toda la comunidad cripto para que la tecnología llegue a todos, no solo a los que tienen acceso al conocimiento o tecnología”.
Un primer paso para América Latina
Jorge Cortés, colombiano basado en Miami, es uno de los pioneros en divulgación gracias a UnifyIT Inc, donde crea talleres, conferencias y ayuda a entidades a sumarse al mundo cripto. “El bitcoin demuestra que va camino a convertirse en el verdadero 'stable coin' del mundo. Especialmente para países en vías de desarrollo como América Latina, El Salvador o economías pequeñas de Europa que encuentran estabilidad, trazabilidad y transparencia como Ucrania”, sostiene.
Incluso va un paso más allá, pensando en cómo reta al sistema bancario internacional: “El bitcoin va a demostrar que no es malo crear un sistema independiente al sistema monetario internacional controlado por bancos y el Fondo Monetario Internacional. Se demuestra que es un blockchain verdaderamente descentralizado y sigue siendo el blockchain más seguro del mundo 10 años después de su creación”.
Una de sus últimas iniciativas es BitBasel, un movimiento en el que se promueve la creatividad y el arte como complemento, aunque ya con vida propia a ArtBasel, la feria de arte contemporáneo más importante del mundo que se celebra cada año en diciembre en Miami. Con excepción, claro está, de 2020, cuando la covid segó esta cita.
Cortés es una de las personas consultadas por la Presidencia de El Salvador, a comienzo de 2021, cuando este proyecto era solo una hipótesis. Deja claro que la polémica por la billetera escogida pretende hacer sostenible la forma de pago: “Bitcoin en El Salvador no es algo nuevo. Ya existían billeteras de bitcoin en el Salvador con miles de usuarios como la famosa Bitcoin Beach Wallet del grupo Galoy donde todos los ciudadanos de una ciudad entera vienen usando hace varios años los pagos en nodos de Lightning Network para pagos pequeños y completamente gratis (No gas fees)”.
Bitso, listo para el estreno en El Salvador
Bitso, la startup mexicana, lo más cercano a Coinbase que se encuentra en América Latina, anunció el pasado viernes su estreno en El Salvador. Este anuncio viene, precisamente, a aliviar la presión por el uso de una billetera recomendada desde el gobierno.
Además de operar en México, Colombia es uno de los países en los que están haciendo más pruebas para conseguir implantar este medio de pago así como más monedas virtuales.