La automatización ha llegado a los restaurantes y lo ha hecho de la mano de la startup robótica Miso Robotics, fundada en Pasadena (California) en el año 2016. La compañía ha logrado llevar al mercado robots que preparan comida, en su punto, sin la necesidad de intervención humana alguna.
La idea de fundar una empresa robótica destinada a la cocina de los restaurantes surgió del inversor especializado en tecnología Buck Jordan, que buscaba una manera de mejorar la logística que se esconde detrás de los mostradores en los restaurantes de comida rápida. Jordan se alió con Rob Anderson y Ryan Sinnet para dar forma al proyecto de Miso.
John Miller, propietario de la cadena de restaurantes CaliBurger, y que ahora lidera la startup de pago por reconocimiento facial PopID, apoyó el proyecto con inversión y con sus conocimientos sobre la industria. En agosto de 2020, el equipo nombró a Michael Bell como máximo responsable de la compañía.
“Miso comenzó con un grupo de estudiantes que fueron reclutados nada más salir de la universidad. John Miller, propietario de la cadena CaliBurger, se dio cuenta de que hacía falta idear un mecanismo más ágil y eficaz para darle la vuelta a las hamburguesas. Buck Jordan invirtió en el proyecto e ideó la tecnología de automatización. Así es como nació Miso”, relata a D+I Michael Bell, CEO de la empresa.
Los robots están diseñados para mantener un orden en las operaciones de los restaurantes de comida rápida, sin sacrificar la eficiencia ni el sabor original de sus productos. Grandes cadenas como Del Taco, White Castle y Buffalo Wild Wings ya han relegado en manos robóticas algunas de las tareas esenciales antes desempeñadas por los empleados. La última gran marca en sumarse a esta moda ha sido Chipotle, la cadena de Estados Unidos especializada en “fast food” mexicano.
Los robots de Miso
Para llegar a este punto, Miso Robotics ha tenido que trabajar durante 5 años en la creación de sus robots y, de los cuatro que ha ideado, solo hay uno que se comercializa en la actualidad y ya ha hecho su debut en cocinas de todo Estados Unidos. Producir un robot que funcione a la perfección ha supuesto todo un reto para la compañía.
“Hemos tenido que crear herramientas de inteligencia artificial y de aprendizaje automático para el desarrollo de nuestros robots, que ahora son capaces de distinguir entre diferentes tipos de comida, ya sean patatas fritas, nuggets de pollo, gambas o jalapeños”, detalla Bell. Otro reto que sus robots han conseguido superar es el de colocar las freidoras en el lugar correcto, evitando que caigan en donde no deben. Para ello, el desarrollo de la visión artificial ha jugado un papel determinante en el éxito de la producción de estos robots cocineros.
Su producto estrella es Flippy, que a su vez cuenta con dos variantes. La primera, Flippy 2, es un robot instalado en la parte superior de las freidoras. El robot se desliza por unos raíles para introducir y extraer las freidoras de la cocina. La otra variante, bautizada como Flippy Lite, presenta una estación más sencilla. Mientras que Flippy 2 es capaz de preparar varios tipos de comida, Flippy Lite solo se especializa en un tipo de alimento, pero puede cocinar grandes cantidades de comida.
Flippy se desplaza con ligereza comenzando desde el lado derecho de la estación, donde se encuentran los productos congelados. El robot llena automáticamente la cesta de la freidora en su justa medida para, a continuación, depositarla en la freidora adecuada. La comida se prepara con el aceite ajustado a la medida ideal y permanece en la freidora durante el tiempo correspondiente para que los resultados sean óptimos. Una vez preparados los alimentos, Flippy se comporta como la mano humana, agitando la cesta de un lado a otro para deshacerse de los excesos de aceite, y deposita la comida preparada a un lado.
“En un restaurante de comida rápida normalmente se contratan a una o dos personas para realizar esta labor de manera repetitiva durante todo el día. Con Flippy la productividad del restaurante aumenta de manera significativa”, defiende Bell. Según explica el CEO de la compañía, Flippy ayuda a crear “un ambiente de trabajo más seguro y relajante”.
La seguridad en los restaurantes se incrementa al alejar a los empleados de las freidoras que operan a temperaturas por encima de los 175°. En Miso han creado una barrera física que separan el espacio humano del robótico, por lo que solo los brazos del robot quedan al alcance de las freidoras.
Los fundadores de Miso Robotics no creen que sus robots supongan una amenaza para la mano de obra. En tiempos en los que existe una escasez laboral en los restaurantes de Estados Unidos, los robots de Miso “pueden echar una mano”, aseguran desde la empresa. También defienden que los empleados, antes encargados de este tipo de tareas laboriosas y repetitivas, actualmente son destinados a la atención al público y los “drive-thru”.
Miso Robotics ya ha captado más de 79,3 millones de dólares hasta la fecha. En febrero de este año, anunciaban la apertura de una ronda de financiación de serie E en la que esperan recaudar otros 40 millones para satisfacer la elevada demanda de los restaurantes y ampliar su plantilla. Desde la compañía aseguran encontrarse en una posición “muy fuerte”, por lo que la oferta de compra de alguna marca importante de comida rápida no les parecería tentadora en ningún caso.
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