Nanea Reeves es la fundadora del proyecto Tripp. Su nombre de origen hawaiano significa “paz” y “calma”, dos estándares que se han convertido en los principios básicos de la startup fundada en honor a su marido.
Tripp (Los Ángeles, EEUU) vio la luz tan solo un año después de que el marido de Reeves falleciera. “Su pasión era la meditación y podía pasar hasta cinco horas al día dedicándose a esta actividad”, explica Reeves. Esta práctica tampoco resulta ajena a la creadora de Tripp. Nanea comenzó a meditar cuando era una adolescente para poder superar una crisis de salud mental.
Reeves ha dedicado gran parte de su carrera profesional al mundo de los videojuegos. Cuando surgió la idea de fundar Tripp, decidió que era el momento idóneo de dejar de desarrollar las ideas de los demás y centrarse en su propio proyecto.
“Jugar con videojuegos me proporcionaba una sensación de control de los mundos que me rodeaban. Era una manera de escapar de la realidad”, confiesa Reeves a D+I. “Cuando me tocó reconstruir mi vida, pensé que combinar videojuegos, conciencia y realidad virtual sería algo que podría ayudar a más gente”.
Su startup nació en septiembre de 2017, gracias a una inversión de la prestigiosa firma de Silicon Valley, Mayfield Fund. El primer producto dirigido a los consumidores fue lanzado en diciembre de 2019, justo antes de la pandemia. Por una parte, el momento fue el idóneo, ya que, durante los primeros meses de confinamiento, la demanda de productos para la salud mental se disparó. Sin embargo, el contexto económico puso en una situación delicada a startups recién nacidas, como es el caso de Tripp.
Tripp consiguió sobrevivir a la pandemia y su resistencia se vio premiada con una Serie A de 11 millones de dólares que llegó en junio de 2021. En esta ronda volvió a participar Mayfield Fund, acompañada de otros 20 inversores. Estos nuevos fondos han permitido a Tripp expandir su oferta de productos y adquirir otras startups en el sector de la realidad virtual y la salud mental.
Un viaje a otras realidades
Felipe Lara es el vicepresidente de producto de la compañía. Su principal papel es desarrollar la estrategia de Tripp. Además, lleva las riendas de la dirección creativa y la experiencia de los usuarios.
“Nuestros cerebros son incapaces de procesar dos realidades al mismo tiempo. Una de las cosas que hace la realidad virtual es activar la parte reptiliana del cerebro y por eso hemos creado otra realidad virtual que podemos aprender a procesar”, argumenta Lara.
La experiencia comienza cuando el usuario se pone el casco de realidad virtual para encontrar ese momento de calma. La meditación es como un músculo, hay que practicarla de manera constante para que sea eficaz. Practicarla de vez en cuando no es suficiente para obtener resultados eficaces. Tripp facilita esta transición.
Una vez dentro de la experiencia, el usuario puede escoger una sesión de enfoque diario, de unos 7-8 minutos de duración, o una práctica de relajación que puede durar 10, 20 ó 30 minutos. Tripp cuenta ya con cinco millones de usuarios en todo el mundo que suelen pasar una media de 22 minutos por cada sesión.
Dentro de las experiencias, el usuario ve ambientes psicodélicos entremezclados con elementos más realistas (podemos ver nuestra respiración). En una de las fases, se llega a un juego encargado de entrenar la mente para lograr una mayor concentración. Las sesiones suelen finalizar con una serie de imágenes positivas para el usuario. “En mi caso tengo imágenes de mi familia para esta última etapa”, detalla Felipe Lara.
El modelo de negocio de Tripp es sencillo: “Contamos con subscripciones mensuales, anuales o para toda la vida, pero nos alejamos de modelos de negocios que puedan interferir con la ética de nuestro producto”, asevera Reeves. Por eso, la fundadora descarta que en un futuro los anuncios puedan invadir esta experiencia. “Tenemos mucho que aprender por el camino, pero nuestro objetivo es ser éticos en todo momento”.
Una experiencia virtual y sensorial
El 60% de los usuarios de Tripp se encuentran en Estados Unidos, el resto están repartidos por toda la geografía. El objetivo de la startup es expandirse en los próximos años, no solo a nuevos mercados, sino también a nuevas plataformas. Las meditaciones de Tripp llegarán próximamente a la realidad aumentada.
Además, el pasado mes de abril la compañía anunciaba una alianza con otra startup de Los Ángeles, Emerge. Esta joven compañía ha construido un producto que lleva la realidad virtual a un nuevo nivel. A través de ondas, los usuarios ya no solo pueden ver otras realidades, sino también sentirlas.
Para Reeves, esto abrirá las puertas a nuevas experiencias con las sesiones de meditación. En cuestión de meses, no solo podremos viajar a otras realidades, sino también sentirlas.