Liyani Rodríguez es la mente creadora de Raddle, una herramienta que se dispone a cambiar las reuniones virtuales para siempre. La fundadora latina trabaja a destajo para que su software vea la luz a principios del próximo año.
Sus vivencias personales y profesionales es lo que le motivó a fundar su propia compañía. Desde pequeña tuvo problemas para integrarse en los colegios, ya que su padre formaba parte del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y tenía que cambiar de destino con frecuencia.
Esta experiencia le llevó a tener que duplicar sus esfuerzos para “hacerse oír y ser más visible”, algo que también se extendió más tarde a su vida profesional.
“Gracias a que mi padre era militar, pude estudiar en la universidad y obtener mi título de contabilidad empresarial. Trabajé para grandes empresas como Snapchat y Survey Monkey, pero siempre tuve el reto de poder encajar en esta industria como mujer latina”, confiesa Rodríguez en una entrevista con D+I.
La pandemia no hizo más que incrementar ese problema a la hora de tener mayor visibilidad profesional. Al trasladar todas las reuniones a un entorno virtual, había más posibilidades de que los empleados se sintieran excluidos. Tal y como lo explica la creadora de Raddle, “si ya es difícil ser escuchada en una reunión real, imagínate en un espacio virtual”.
Fue en ese momento cuando nació la idea de fundar Raddle, otro de esos proyectos surgidos de las necesidades de adaptación debido a la pandemia. El objetivo de Raddle es fortalecer la relación entre los empleados en las reuniones virtuales.
Raddle comenzó en 2020 como un grupo de Facebook en el que Liyani Rodríguez y sus compañeros facilitaban y promovían las conversaciones entre profesionales.
“La evolución de Raddle no ha sido lineal. En Facebook formamos pequeños grupos y comenzamos a facilitar la comunicación entre empleados”, detalla la fundadora. “Un moderador profesional nos reafirmó que nuestro proyecto iba camino de convertirse en algo significativo. Todas las personas que formaban parte de las conversaciones comentaban que se sentían mejor, algo que no ocurre mucho en Zoom”.
Efectivamente, la pandemia, además de trasladar todas nuestras interacciones a entornos virtuales, también dio lugar a la famosa fatiga de Zoom. Raddle se dispone a acabar con esto y con la falta de atención e interés de los empleados a través, precisamente, de la figura del “facilitador”.
En el entorno empresarial de Estados Unidos, el perfil del facilitador se encarga de fomentar las conversaciones entre empleados para mejorar la interacción entre diversas personas, motivar a los introvertidos a que participen y asegurarse de que todos se sienten representados.
Raddle traslada esta figura a un entorno virtual. Lo que comenzó como un pequeño grupo de Facebook que facilitó 400 conversaciones entre profesionales durante sus dos primeros años de vida. Con el tiempo, esta figura humana se ha convertido en un algoritmo.
El objetivo de Raddle es que este algoritmo, construido a base de inteligencia artificial, sea integrado en Zoom a partir del próximo año. Raddle se encargaría de analizar las conversaciones de Zoom, sin recolectar datos privados, para dar recomendaciones sobre cómo mejorar el flujo de las conferencias virtuales con los empleados de las empresas.
“Raddle facilita la comunicación y hace que la conversación sea más accesible y equitativa. No solo ayudará a mejorar la relación entre empleados, sino que además, tendrá un beneficio patente en las compañías”, asegura Rodríguez.
Su fundadora insiste en la idea de que las reuniones, de las que cada vez estamos más cansados en un entorno virtual, deberían ser más interesantes e involucrar a todos por igual.
La figura del facilitador se encarga de asegurarse de que las conversaciones sigan su curso de la manera adecuada, observarán el comportamiento de los empleados y cómo reaccionan ante ciertos comentarios.
A partir del próximo año la figura del facilitador será virtual. Este tipo de inteligencia virtual observará, captará las voces, procesará todos estos elementos y aportará recomendaciones a las empresas.
“Una herramienta como Raddle puede ayudar a que los empleados se quieran quedar en las empresas, ya que se sentirán escuchados gracias a un mediador como el que nosotros proponemos de manera virtual”, relata Rodríguez. “Todos los fenómenos que estamos viendo de la Gran Renuncia y las renuncias silenciosas pueden mejorar a través de sistemas como el nuestro. El 79% de los empleados no están plenamente comprometidos con sus puestos de trabajo. Es un porcentaje sumamente alto cuyo reto es mejorarlo”.
Liyani Rodríguez espera que, de aquí a un año, todas las empresas usen Raddle. Su proyecto ha sido posible gracias al apoyo de Techstars, programa en el que participó el año pasado; Google for Startups y LAT VC.