El momento más duro de su vida sucedió cuando fue juzgado y sentenciado a pasar dos años en la cárcel por haber montado un negocio ilegal de marihuana en su ciudad natal de Milwaukee (Wisconsin).
“Vi a mi madre en la sala detrás de mí. En ese momento me sentí muy mal por contribuir a ese estereotipo negativo de latino que crece en un mal barrio”, se sincera Eli Rivera ante D+I. Ésta es la historia de cómo un latino de primera generación acabó convirtiéndose en un ave fénix, tras su paso por la cárcel, hasta montar un negocio que ha recibido el apoyo de Google for Startups.
La situación con la marihuana en el país ha cambiado radicalmente. La posesión y el uso de la droga sigue siendo ilegal en la mayor parte de Estados Unidos, pero 19 estados ya disponen de algún tipo de legalización más flexible para su consumo.
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La frustración de Rivera es evidente, al darse cuenta de que ahora, las personas que más negocio hacen con la marihuana son “hombres blancos de dinero”. Él, sin embargo, tuvo que pagar las consecuencias.
El paso más importante, en este aspecto, lo dio el presidente Joe Biden, el mes pasado, al anunciar un perdón que afectó a miles de convictos procesados por posesión de marihuana. Su administración estudia ahora cambiar la clasificación de la droga.
Eli Rivera aprendió de su pasado, de orígenes complicados, al haber crecido en un barrio marginal, rodeado de violencia. Tras su paso por la cárcel, comenzó su andadura en el campo de la restauración. En ese momento se produjo su primer contacto con el mundo empresarial y tecnológico.
Desarrolló una aplicación que permitía a los restaurantes mantener mejor comunicación con sus equipos y agilizar la gestión del día a día de sus operaciones. Al mismo tiempo, empezó a dar charlas sobre su experiencia pasada.
En 2019 su vida dio un giro radical, cuando conoció a su actual cofundador, Rubén Gaona. Tras mantener varias conversaciones, idearon una plataforma que pudiera dar una segunda oportunidad a los ex presidiarios. Así nació The Way Out.
El principal problema al que se enfrentan los convictos, una vez que salen de la cárcel, es la reincidencia. No disponen de una guía de reintegración. El propósito de The Way Out es ayudarles a encontrar un caminohacia el mundo laboral para evitar que vuelvan a reincidir.
Rivera y Gaona crearon una aplicación que actualmente ayuda a presidiarios y ex convictos a encontrar empleos viables. Los candidatos rellenan formularios con sus datos personales, destacan sus habilidades y experiencia profesional, pero también el motivo por el que fueron juzgados.
“Por ejemplo, si un banco nos pide el perfil de un presidiario, evidentemente no les vamos a ofrecer a un candidato que fue procesado por haber robado en un banco”, asegura Rivera. “Queremos trabajar con las empresas que están dando una segunda oportunidad de reintegración a estas personas”.
Aquellas personas que hayan abandonado la cárcel, pueden dirigirse a la web de They Way Out para aportar sus datos. El equipo de la organización se encargará de ayudarles en el proceso de reintegración y de darles acceso a su aplicación.
También cuentan con un proyecto para aquellos que continúen en la cárcel. Seis meses antes de obtener su libertad, pueden comenzar a rellenar los formularios adecuados para que encontrar trabajo sea sencillo. Además, The Way Out también les ayuda a ponerse en contacto con organizaciones que procuren hogar y alimento.
“Hacemos poco marketing. Los presos normalmente se enteran de nuestros servicios por recomendaciones de otras personas y organizaciones”, relata Rivera. “Por parte de las empresas, solo trabajamos con aquellas que entienden nuestra cultura de reintegración en la sociedad y apoyan la diversidad. Queremos que nuestros usuarios tengan una buena experiencia”.
Apoyos esenciales
Eli Rivera reconoce que su proyecto no hubiera sido posible sin el apoyo de varias organizaciones que creyeron en The Way Out desde un inicio. Destaca el papel de American Family y Generator. Este último fue el que les animó a que se inscribieran al proceso de Google for startups.
Su aplicación llegó justo el día en que se cerraba la fecha de admisiones. “Nos sorprendió mucho recibir el visto bueno de Google y saber que habíamos sido aceptados en su programa”, reconoce Rivera.
Google for Startups les ayudó a “sentirse más cómodos” en una sala llena de altos ejecutivos con experiencia: “la parte de la academia de ventas nos ayudó en gran medida porque nos enseñó a cómo expresarnos en el mundo empresarial”, dice Rivera.
The Way Out ha captado más de 100.000 dólares hasta la fecha. En los próximos meses trabajarán para formar varias alianzas que les ayuden a que más personas dispongan de esta segunda oportunidad.