Los deseos para 2024 del ecosistema 'tech'

El estreno del año invita a pensar en grande y proponer(se) metas. No pretendemos hacer una lista de Reyes Magos, tampoco los típicos propósitos que se evaporan en pocas semanas. La intención es realzar lo conseguido en el ecosistema tech, pero también poner el foco en lo mejorable.

En algunos detalles que siguen o bien enquistados, o bien pasan inadvertidos. O, sencillamente, se olvidan, pero que son clave para que se pueda surfear esta ola de prosperidad tecnológica desde el principal 'hub' de innovación de la costa este: Miami.

Medio ambiente y sostenibilidad

Se dan por hecho pero en Miami son especialmente importantes. La imagen de una ciudad sumergida, al estilo Waterworld, no es tan lejana. Se están tomando medidas, sí. Se procura mejorar, también.

Pero el hecho es que la Bahía Vizcaína sigue contaminada, más de lo aceptable, y también lo es que en Miami apenas se recicla. Después de haber vivido cuatro años en San Francisco, no hay comparación entre las costumbres de una ciudad y otra.

'Venture Capital' por oleadas

La inversión de venture capital es el oxígeno de las startups. Si en la pandemia brotó cual riachuelo en deshielo, este último año se quedó sequito en modo desierto. 

Un ejemplo, destacado hace un par de semanas en esta misma columna, es el de Marcelo Claure. Tras dejar Softbank y ver cómo el titán de la inversión dejaba de existir, tomó una decisión muy valiente: adquirir el fondo dedicado a emprendedores de minorías raciales. Sí, de su bolsillo y amigos que lo apoyan. Si eso no es creer en uno mismo y los de su comunidad…

Si de verdad se quiere innovar tiene que haber un flujo mínimo asegurado, un caudal, aunque cada vez sean más los que compiten por ello, pero no se puede tener un sector cada vez más relevante dependiendo de los cambios en tipos de interés. Que afecte es lógico, que signifique la muerte de muchas empresas, con su consecuente impacto en empleos, servicios y sociedad en general, no. 

La mujer

Miami sigue siendo la excepción. Una ciudad fundada por una mujer y ahora con una alcaldesa del condado, con líderes locales en tecnología muy destacadas: Melissa Medina, Michelle Abbs, Magda Kala, Noelle Jackson, Laura Gaviria, Claudia Durán, Laura Maydon…

Y, sin embargo, sigue sin ser suficiente. No solo en Miami, sino sobre todo en América Latina, donde el porcentaje de mujeres en el C-Level escasea. No digamos ya como fundadoras o CEOs. Hace falta mantener este panorama en el Sur de Florida, hacer de ello una bandera, un faro, y que sirva de ejemplo y aspiración para el resto de la región.

Diversidad y apertura

En Miami casi nadie es de Miami. O muy pocos lo son. Francis Suárez es el primer alcalde de la ciudad nacido allí. Sus padres vinieron de Cuba. Como gran parte de la población. Pero también hay un Little Haití, y gente de toda América Latina, Rusia, gran parte de Europa y muchos estados del propio país. Esta sensación de que todos se sienten de allí sin serlo, de empezar una nueva vida, abre mucho el terreno de juego. Un deseo importante es que no se pierda esa sensación.

El descontrol en precios de alquiler, alimentación, servicios y los que creen que todo es suyo porque estaban allí antes, pueden terminar por romper parte de la magia.

'Miami Time'

Bajo la etiqueta Miami Time (o latino time, que también se usa) se engloba un estigma, con toque de racismo, cierto, pero que también se debe enfocar como algo a romper, como demostrar que ser latino no significa llegar tarde a todas partes y actuar como si no pasase nada y eso fuese lo normal. No lo es. No lo debería ser. La puntualidad es importante. Significa respeto a los demás y a uno mismo.

Ahí quedan cinco deseos no tan lejanos. Al menos, para tenerlos presentes y mejorar la situación actual.