JustinMind, la herramienta española de diseño que enamora a Silicon Valley
Con equipo en San Francisco y Barcelona, la startup de Xavi Renom ya se usa en Berkeley, Stanford y Microsoft.
25 enero, 2021 03:54Noticias relacionadas
La comunidad alrededor de JustinMind es una de las más activas en San Francisco. Desde hace más de siete años, y hasta la llegada de la pandemia, la compañía tenía su sede central en el downtown de la ciudad, donde cada semana reunía a una media de 50 entusiastas enamorados de su herramienta.
¿Qué tiene JustinMind para ser tan especial? Facilidad de uso y resultados rápidos. La herramienta de prototipado compite con gigantes del sector, como InVision o Figma. Su fundador, el catalán Xavi Renom, vive a medio camino entre su ciudad natal y la capital de Silicon Valley.
JustinMind nació en Barcelona, en 2002, de la mano de este ingeniero de telecomunicaciones y electrónica y su socio Pablo González. Inicialmente, se concibió como un marketplace de innovación, para después convertirse en una plataforma de innovación abierta y más tarde en otra de supervisión de ideas.
De ahí pasaron a crear software a medida, hasta que dieron con la tecla. “Nos dimos cuenta de que la clave está en la comunicación de requerimientos. Es muy difícil ponerse de acuerdo con un prototipo, así que hicimos una herramienta de prototipado sin necesidad de saber programar”, explica Renom. Una herramienta de no-code, antes de que se llamase así y fuese la última moda. El usuario tipo es el diseñador de interacción, el analista de negocio y el funcional.
Sin hacer ruido de manera deliberada, sino centrados en satisfacer a la comunidad, han conseguido que JustinMind se use en los cursos de UX (interfaz de usuario) de Berkeley y Stanford. También en una escuela de Palo Alto, el germen de Silicon Valley. Entre sus clientes está el IRS (Internal Revenue Service), equivalente a la Agencia Tributaria de España. “OneDrive de Microsoft se diseñó con JustinMind, Adobe también lo ha utilizado. Lo mismo sucede con Medicare y Medicaid”, detalla su fundador. Estas dos últimas webs son lo más cercano que tiene Estados Unidos a una sanidad pública.
Suscripción por uso y realidad mixta
La empresa cuenta con 30 empleados. Su modelo de negocio se basa en la suscripción por uso, anual o mensual. Aunque también ofrece una versión limitada gratuita. Llama la atención que a pesar de su notable crecimiento y aceptación, se han saltado el circuito habitual del venture capital. Toda su financiación proviene de amigos y familiares que les apoyaron en una fase temprana. Después entró LaCaixa Capital Risk y Acció, el instituto de comercio exterior de la Generalitat de Cataluña.
En 2010, Renom hizo su primera incursión en San Francisco, en lo que era un mero viaje exploratorio. Dos años después, tras detectar tracción en su producto de manera natural, decidieron abrir una oficina. “Está muy orientada al producto. Es dónde se crea y se mantiene, pero no tenemos ni un solo vendedor. Todo el marketing y el desarrollo está orientado a producto”, afirma Renom.
La mayor parte de los empleados está en España, mientras que él pasa casi todo el tiempo en Estados Unidos porque tiene claro que el soporte a clientes tiene que estar en este país y en su idioma. Entre los motivos para seguir en Silicon Valley está, precisamente, la comunidad. “Están abiertos a probar nuevas ideas, a explorar”, relata. “Esto nos ayuda a estar siempre innovando y mejorando”.
El siguiente paso dentro de JustinMind es la realidad mixta, XR en el argot. Una mezcla de realidad virtual y aumentada que hasta ahora han sabido explotar bien las gafas de Magic Leap o Hololens de Microsoft. Gracias a un acuerdo con el centro de investigación de Mercedes Benz en Sunnyvale, al sur de Silicon Valley, han comenzado a hacer prototipos de contenido y diseño para este formato al que Renom augura gran futuro: “Esta tecnología permite un gran ahorro de costes antes de fabricar piezas. Se puede simular y ver cómo quedaría”. Aunque lamenta la escasa autonomía de los modelos de gafas que se usan hasta ahora.
Renom interpreta JustinMind como una puerta de la imaginación, como un soplo de libertad: “JustinMind democratiza el acceso a crear aplicaciones. Los niños de Palo Alto crean sus propias aplicaciones para iPad con lo que les gusta a ellos”.