Phil Libin lanzó la idea con amargura. Estar encerrado en casa tomando llamadas en remoto le parecía tedioso. Sentía que tenía que haber una forma mejor de comunicarse online. En lugar de quejarse, se puso manos a la obra. Activó parte del equipo de AllTurtles, su estudio de desarrollo e inteligencia artificial y surgió la primera versión de mmhmm, leído como ‘ajam’, una onomatopeya de afirmación mientras se escucha al interlocutor.
Un año después la startup ha madurado. Ha conseguido más de 35 millones de dólares de financiación, se ha profesionalizado y se ha adaptado al mundo postpandemia. Su creador sabe que la llegada de las vacunas es la puerta al final de la pandemia, pero el adiós al trabajo en remoto.
Si hasta ahora su aplicación funcionaba con Google Meets y Zoom, las fórmulas más habituales, con el aniversario amplían a Webex y YouTube. El siguiente paso es el live streaming, una de las novedades más relevantes de la nueva versión.
Editar en tiempo real
Bajo el nombre de “Bend time”, doble el tiempo, mmhmm presenta una curiosa solución: permite editar en tiempo real una versión anterior, volviendo al pasado mientras se emite. Esto puede ser muy útil para una clase, por ejemplo. El profesor puede poner un vídeo grabado previamente, pero intervenir si se percata de que hay una duda. El creador se convierte de alguna manera en, también, video jockey.
Kaizen, de inspiración japonesa, es una opción en una línea muy parecida. Sería lo más parecido a sobreescribir una versión previa pero tomando la base. El uso fluido baja la barrera de acceso de las aplicaciones habituales de edición de vídeo.
Todo este contenido, lógicamente, resulta pesado y no siempre se quiere publicar. Para evitar tener que transportarlo, mmhmm ha creado su propia nube, Loaf. Las primeras sensaciones apunta a una especie de Netflix para organizaciones. Muy práctico siempre que alguien quiera ver de nuevo aquella charla tan inspiradora del CEO.
Del ordenador al móvil
Mmhmm, al cumplir su primer año, da un paso importante, pasa del ordenador al móvil. Nació, inicialmente, solo como una beta (versión de pruebas) para Mac, después llegó la de Windows. Paulatinamente, van a ir publicando las aplicaciones para iOS (iPhone e iPad) y Android. Libin aclara el funcionamiento: “No queremos que una versión sea más o menos que otra, sino que cada versión sea la mejor posible según las posibilidades de su plataforma”.
El precio se mantiene en 10 dólares al mes, 100 si se paga el año completo. La versión para empresas tiene el mismo precio. Los empleados la puede descargar gratis. En lugar de cobrar por cada licencia, cobran solo si se ha usado durante ese mes.
En total, el equipo detrás de mmhmm llega a 45 personas. En lo que va de 2021 se han incorporado 12 personas. Esperan llegar a contar con 100 empleados de aquí a que termine el año, con un matiz: “Nadie está en remoto, sino distribuido”. Con ello Libin quiere decir que todos trabajan desde dónde quiere y no hay una exigencia en cuanto a localización.
Sin fronteras
Hasta la fecha mmhmm estaban solo en inglés y japonés. Algo que se solventará a lo largo de 2021 para no solo tener la interfaz lista para usarse en otros idiomas, sino también poder tener subtítulos semiautomáticos detectando el idioma original del vídeo.