En 2014, hablar de 'producto' como disciplina no era tan común como lo es ahora. El Product Manager, uno de los perfiles clave en el sector tecnológico, se estaba convirtiendo en una figura emergente, pero no estaba tan claro cuál debía ser su formación y cuál el perímetro de su responsabilidad. Fue entonces cuando el español Carlos González de Villaumbrosia decidió dar el paso para crear Product School.
Lo que entonces era un curso a tiempo parcial en un espacio de oficinas compartidas en el distrito financiero de San Francisco se ha convertido en una comunidad activa con más de un millón de miembros, que incluye formación, conferencias físicas y hasta un libro que sirve de guía para profundizar en las atribuciones de este perfil.
Durante los dos últimos años, Product School ha crecido un 50%. Desde su nacimiento, lo ha hecho con financiación propia, bootstrapped en el argot, sin tener que recurrir a venture capital u otras fórmulas de obtención de capital. Hasta ahora, que ha cerrado su primera inversión, de 25 millones de dólares, por parte de Leeds Illuminate, un fondo de private equity especializado en educación.
“Nos contactaron más de 70 fondos, pero no queríamos tomar una decisión hasta encontrar a los compañeros de viaje adecuados”, aclara el emprendedor a D+I.
El CEO lo valora como un síntoma del poder de su comunidad, pero también de la aceleración de la transformación digital. “Cada vez más compañías necesitan Product Managers. Ya no sólo llegan de startups o empresas tecnológicas: muchos son alumnos de grandes corporaciones que quieren ponerse al día y crean nuevos perfiles. En ocasiones son los propios empleados los que vienen; en otras es iniciativa de la empresa”, matiza el fundador. Entre estos últimos, encontramos a gigantes como Nestlé, PriceWaterHouseCoopers, Goldman Sachs o Boston Consulting Group.
Obsesión por la educación
Antes de dar vida a Product School, González de Villaumbrosia creó Floqq, una plataforma de cursos online que estuvo operativa entre 2011 y 2014. Lo hizo desde Silicon Valley, donde ha conseguido la confianza de la industria. Entre los profesores se encuentran líderes de Facebook, Google, Airbnb, Amazon, Netflix…
“La industria está cambiando mucho. Ahora muchos CEO tienen una carrera en producto. Vienen de este mundo. Y ya es muy habitual contar con un CPO (Chief Product Officer). Ya se han dado cuenta de que no es marketing, tampoco ingeniería y tampoco finanzas”, relata.
Modelo de negocio híbrido
Ser miembro de la comunidad es gratuito, lo que permite la participación online. Sin embargo, los cursos son de pago. Uno de los aspectos más valorados por sus usuarios es, precisamente, la certificación. “Lo hemos ido mejorando y tenemos varios niveles. Esto sirve de orientación a la hora de hacer contrataciones, para ver la evolución y para poder seguir creciendo”, explica a la vez que aclara que no tienen intención por ahora de entrar en consultoría o en tareas de cazatalentos.
Dentro de las tendencias de la industria destaca la adopción de herramientas no-code: “Permiten crear prototipos, probar, empezar nuevos productos más rápido. Permite que sean más quienes se sumen a la tecnología con una barrera más baja. Esta tendencia va a darnos muchas sorpresas”.
El perfil habitual del Product Manager suele venir de dos ramas distintas: “El programador que ya no quiere programar o el MBA o consultor que quiere estar más cerca de la acción y no es tan técnico”.
España, talento por descubrir
González de Villaumbrosia, afincado en Silicon Valley, no pierde de vista a España, donde considera que el talento y el interés por cuidar del producto no deja de crecer. Promete una presencia más intensa de Product School y reitera su deseo de contratar un equipo en España.
Por el momento, esta startup opera en catorce ciudades de Estados Unidos, además de Toronto y Londres. Con la llegada de la pandemia pusieron en pausa todos los campus físicos, si bien Europa y América Latina están también en el horizonte.