Cinco meses después de su estreno en México, Kocomo da el salto a Estados Unidos. Lo hace en Miami, la puerta de acceso natural para las empresas de América Latina y uno de los mercados inmobiliarios más dinámicos del mundo. La startup quiere cubrir una necesidad que ya existía, pero que se ha acentuado en tiempo de pandemia, poder vivir en diferentes lugares a lo largo del año y aprovechar las ventajas de sentirse en casa, además de invertir.
Martin Schrimpff, fundador y CEO de Kocomo, explica el funcionamiento de su startup, que ha conseguido una inversión de seis millones de dólares y 50 adicionales en forma de deuda para poder invertir en propiedades. “Ofrecemos acceso a propiedades de lujo compartidas, pero no significa que se comparte por un tiempo o un alquiler, sino tener una proporción del inmueble”, relata.
Entre los inversores se encuentran ángeles de reconocido prestigio, así como algunos de los fondos más activos de América Latina: ALLVP y Vine Ventures, además de FJ Labs y Picus Capital. Así como Carlos García de Kavak, Sergio Furió de Creditas y Florian Hagenbuch de Loft.
En su mayoría, los clientes suelen ser de Colombia, Reino Unido, México, Estados Unidos y Canadá, que quieren invertir en propiedades y sacarle el mayor provecho. En muchos casos, estos clientes son también inversores, como los fundadores de startups citados anteriormente. Kocomo nació en plena pandemia, como una reacción a la sensación de encierro, buscando, en palabras del fundador: “Tener una visión más global por parte de una generación que quiere vivir sus vacaciones de una manera más moderna”.
La empresa se enmarca dentro del sector proptech, que combina inmobiliario y tecnología, pero, a la vez, tiene un rasgo fuerte de fintech al permitir a sus clientes financiar hasta el 65% de la cuantía final de su participación del inmueble. De modo que, además de poseer una participación, pueden pagarlo a plazos. Finalmente, cada uno de los propietarios tiene una octava parte del espacio en cuestión.
El sur de Florida, más que una moda
La franja comprendida entre Fort Lauderdale y Miami se ha convertido en una de las más atractivas de Estados Unidos. Por eso lo han escogido como la prueba piloto para dar el salto al mercado de Estados Unidos. Lo hacen con tres inmuebles que ya tienen comprador y ganas de ampliar la oferta. “Para muchos vivir en esta zona es un sueño, una aspiración. Ha pasado de ser un lugar de vacaciones, a convertirse en un polo de innovación y entretenimiento”, refuerza el fundador.
Schrimpff explica que cuentan con servicios para optimizar la forma en la que se comparte la propiedad entre varias familias. Como, por ejemplo, cambiar los objetos personalizados, y guardarlos en un almacén.
También procuran ser ecuánimes con el tiempo que disfruta cada uno de los dueños. “Se crean tramos según demanda y se sortean los turnos para que a todos los propietarios le toquen días de temporada alta y baja de manera equitativa”, relata.
La forma en que Kocomo consigue este acuerdo es haciendo que cada inmueble tenga detrás una empresa. Bajo la estructura de una LLC (equivalente a una sociedad limitada en España), cada uno de los dueños del piso o casa, tiene una serie de acciones de la misma. Esto sirve tanto para la gestión de los gastos y responsabilidades, como para una potencial venta, de modo que está siempre claro cuántas acciones tiene cada uno de los propietarios.
Schrimpff pone el acento no sólo en la propiedad, sino también en la experiencia que brindan. “La experiencia de Airbnb, después de todo este tiempo de pandemia, tiene algunas carencias en cuanto a calidad desigual y ausencia de gestión profesional. En Kocomo es totalmente diferente, porque te tienes que sentir en tu casa. No eres un visitante, es tuya”, subraya.