Nos lo repiten desde que somos pequeños. El Ebro es el río más caudaloso del país. Caudaloso en volumen de agua, pero también en cuanto las oportunidades económicas que genera desde tiempos remotos.
La agricultura, lógicamente, ha sido la base de todo. En este sentido, tal y como explica Luis Germán Zubero (Universidad de Zaragoza) en un artículo titulado 'El eje del Ebro, protagonista del polarizado crecimiento económico moderno del Valle Medio del Ebro', "el crecimiento demográfico y productivo estuvo cada vez más concentrado en este eje, que durante la primera mitad del siglo XX apoyó la creación de un círculo virtuoso a través de una base exportadora alimentaria".
El autor recalca que este crecimiento económico moderno "estableció en la segunda mitad del siglo XX una nueva base exportadora metalúrgica, inicialmente vinculada a una industria auxiliar y más tarde protagonizada por el complejo de la automoción".
Dicho con otras palabras, los territorios por los que transita el Ebro han sabido crecer de una manera versátil. Y ya que el autor cita el ejemplo de la automoción, no debemos olvidar, a modo de ejemplo, que dos de los territorios bañados por este río, Navarra y Aragón, acogen las plantas de producción de Volkswagen y PSA, respectivamente, así como toda la industria auxiliar.
Con esta premisa histórica, no debería sorprender que el comportamiento de los agentes socioeconómicos de estas regiones ribereñas -a las que hay que sumar La Rioja y la provincia catalana de Tarragona- hayan seguido esa misma línea expansiva cuando de lo que se trata es de hablar de innovación y tecnología.
Basta un somero vistazo a las nuevas iniciativas que están surgiendo en estas regiones para darnos cuenta de que, aunque la agricultura sigue siendo un objetivo preferente, no se descuidan otros sectores económicos a la hora de acometer proyectos disruptivos. A continuación, algunos ejemplos.
Ciudad del Envase y del Embalaje
El viaje comienza en La Rioja. La agricultura y la alimentación -además del nuevo Ebro Food Valley quién duda de la evolución en I+D+i del sector vitivinícola- no centran exclusivamente toda la atención.
Esta región está desarrollando con paso firme un nuevo sector que podría abrir muchas posibilidades. El gobierno regional, pilotado por Concha Andreu, avanzó en la recta final de año la tramitación para hacer realidad la Ciudad del Envase y del Embalaje.
Desde la administración se define esta iniciativa como "un proyecto de región complejo, completo y ambicioso que puede jugar un papel determinante en el desarrollo de la comunidad autónoma".
Si rascamos la superficie, emerge el verdadero plan. "Va a ser un centro de referencia nacional de este sector, donde se van a reubicar multinacionales y empresas nacionales y donde se captarán nuevas inversiones, con un centro de I+D+i y contará con un hub de innovación y digitalización dentro de un proyecto en la Unión Europea, con un contenido basado en startups que permitirá implantar nuevos modelos de producto y probar nuevas soluciones industriales".
De momento, cuatro localidades riojanas, Agoncillo, Alfaro, Arrúbal y Calahorra, compiten por albergar este proyecto. Las cuatro están ubicadas junto al río Ebro.
Ebro Food Valley
Río abajo llegamos a Navarra, donde nace tal vez el proyecto de referencia y que aglutinará a sus regiones vecinas.
En una entrevista reciente con D+I, el consejero Juan Cruz Cigudosa, confirmaba un secreto a voces: la región, en colaboración con los gobiernos autonómicos de La Rioja y Aragón, va a impulsar un hub dedicado al sector agroalimentario. La agricultura, recordemos, como base referencial de la ribera del Ebro.
Algunos datos manejados por los tres gobiernos regionales justifican la apuesta. Y es que aproximadamente el Valle del Ebro absorbe el 25% de todas las empresas del sector en España, con una facturación de unos 40.000 millones de euros.
En ese sentido, la propia presidenta navarra, María Chivite, lo ha incluido como uno de los siete proyectos tractores de la región hasta el año 2023. Se ha definido el Ebro Food Valley como un hub de la cadena alimentaria, donde el desarrollo rural y la actividad económica de la industria agroalimentaria "sirvan de palancas".
El objetivo es convertir este conjunto de territorios "en un ecosistema líder en innovación aplicada a la producción y manufacturación de todos los elementos del sector".
Gracias a este tipo de iniciativas, muchas empresas agrícolas y de la cadena de alimentación podrán beneficiarse de ayudas, colaborar en proyectos innovadores y, sobre todo, transferir conocimiento que, en suma, beneficie a todos.
La ciencia de los materiales y la impresión 3D
Nuestro paseo a lo largo del Ebro nos lleva ahora a Aragón. En los últimos tiempos, la administración ha dado muestras de su apuesta por la digitalización y en el ámbito sanitario -algo común a tantas otras regiones- se ha puesto especial énfasis por el progreso de la tecnología aplicada a la salud.
Pero no es menos cierto que, en los últimos años, hemos asistido a un crecimiento sin parangón de varios centros tecnológicos que se están haciendo un hueco a nivel nacional y europeo en el sector de los materiales y de la impresión 3D.
Ahí encontramos el Instituto de Nanociencia y de Materiales de Aragón (INMA), nacido en 2020 de la fusión del Instituto Universitario de Investigación en Nanociencia de Aragón (INA) y del Instituto de Ciencia de los Materiales de Aragón (ICMA) para dotarlo de una mayor potencia.
El desarrollo y construcción de instrumentación científica avanzada y su combinación con el campo de la nanotecnología permiten que este nuevo instituto pueda situarse en la vanguardia de este sector.
No le va a la zaga otro centro tecnológico zaragozano, el AITIIP, cuya labor demuestra que la región aragonesa no solo no quiere quedarse atrás en el campo de la impresión 3D, sino que quiere liderarlo.
Recientemente, como ya informó D+I, este centro tecnológico se alió con otros tres -el AIMEN gallego, el LEITAT de Barcelona y el IDONIAL de Gijón- para crear READI, el proyecto en red referente de la fabricación aditiva (impresión 3D).
Con una financiación de 4 millones de euros, el proyecto se construye alrededor de cuatro ejes estratégicos: el fortalecimiento tecnológico y la investigación aplicada; la capacitación de recursos humanos y la mejora de la competitividad de los investigadores; la internacionalización y el posicionamiento estratégico; y la transferencia tecnológica a las industrias y su difusión en el mercado.
El I+D turístico como palanca hacia el futuro
Llegamos a la desembocadura. Estamos en el sur de Cataluña, en la provincia de Tarragona, una región que ha sabido sacar partido a lo largo de los años a su industria pero también a su agricultura.
Sin embargo, en este momento de crisis se necesita una pizca de disrupción y junto al Mediterráneo han pensado que cuando el turismo regrese de ese mal sueño que está viviendo será mejor que lo haga con herramientas innovadoras que hagan que su crecimiento sea más importante.
En este contexto y como marco general, se puede citar un acuerdo firmado recientemente por el Servicio Municipal de Empleo-Tarragona Impulsa y el centro tecnológico Eurecat. En él se pretende promocionar y fomentar la innovación así como la transformación digital en el tejido empresarial del sector turístico.
Pero, sin duda, este creciente interés por la disrupción turística ha cuajado en los últimos dos años gracias a una iniciativa concreta para los municipios del Delta del Ebro.
El Proyecto de Especialización y Competitividad Territorial (PECT) TurisTIC en familia nació como un proyecto de investigación e innovación con el objetivo de transformar el turismo de la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre, fomentando su definición y gestión como destinos turísticos familiares y convirtiendo estas zonas en un observatorio y laboratorio europeo de referencia en tecnologías y tendencias en turismo familiar.
Una de las acciones a desarrollar consistía en una plataforma tecnológica que se convierta en el gestor de recursos y servicios turísticos, en especial los de turismo de playa, patrimonio y cultura del vino. Acciones, todas ellas, que implican a empresas, startups e inversores para potenciar el ecosistema turístico de la zona.
Con todo, hay una lectura más allá de la mera expectación que generan todos estos proyectos. Como concluye el artículo del profesor Luis Germán Zubero, citado al inicio de este reportaje, "esta trayectoria de crecimiento localizada en el eje del Ebro contrasta con la evolución seguida por el estancamiento productivo y demográfico de aquellas zonas periféricas, estrechamente vinculadas a zonas de montaña donde las oportunidades productivas han sido muy escasas".
Lograr una mayor y mejor economía pero también fijar población: ese es el reto de la nueva I+D+i en algunas de las zonas de la ribera del Ebro en pleno siglo XXI.