Nadie duda, a estas alturas, de que la medicina personalizada constituye uno de los sectores relacionados con la sanidad en la que la tecnología, la investigación y la innovación va a tener un papel más importante.
No hay región que no esté trabajando, de manera más o menos avanzada, en dotar a su sistema sanitario -cuya gestión está transferida a los gobiernos autonómicos- de todos los mimbres necesarios para que este sector sea referencial a medio y largo plazo.
Sin embargo, no todas las autonomías están siguiendo la misma estrategia. Hay dos velocidades, la de aquellos que llevan tiempo siendo referentes, que optan por mantener ese trabajo colaborativo pero individual, y la de esas regiones que buscan ganar potencial tejiendo alianzas.
En el primer grupo encontramos, evidentemente, a Navarra. Su reconocida internacionalmente tecnología genómica o la apertura del Centro de Secuenciación Masiva en la Comunidad Foral -el segundo de titularidad pública en toda España- son motivos suficientes como para que el trabajo que ha venido desarrollando la región en este sector sea tenido en cuenta.
Hay otras regiones que, aunque no se habían caracterizado por su notoriedad en medicina personalizada, han dado un impulso a sus estrategias de forma individual. Es el caso de Asturias, que, tal y como explicaba D+I hace unos días, ha formalizado la compra de una plataforma de fabricación celular que permitirá investigar y desarrollar fármacos propios y personalizados.
El hecho de que estas regiones estén trabajando de forma individual no significa, obviamente, que no tengan abiertas líneas de colaboración abiertas con otros territorios.
Lo que ocurre -y ahí está la diferencia- es que otras comunidades autónomas, con el apoyo del Gobierno central, han decidido unir sus fuerzas.
Esta semana se ha presentado en Castilla-La Mancha un proyecto de investigación en materia de biotecnología aplicada a la salud, en el que participan siete regiones, entre ellas la castellano-manchega y Andalucía, Aragón, Cataluña, Extremadura, País Vasco y Galicia.
Se trata de un proyecto de investigación singular que ayudará a crear una red nacional de medicina personalizada.
Este proyecto, que tiene el título de 'Desarrollo de herramientas para diagnóstico, pronóstico y terapias avanzadas o dirigidas en medicina personalizada' está coordinado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y se enmarca dentro de los Planes Complementarios con cargo a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, ha resaltado que gracias a esta iniciativa se van a desarrollar diferentes programas de investigación "que tienen el objetivo de buscar soluciones, desde la Ciencia, para mejorar los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes que padecen enfermedades graves".
Supercomputación, robótica o nanotecnología
Así, ha especificado que "a través de este proyecto se va a crear una gran red nacional en medicina personalizada que permitirá adecuar el tratamiento de algunas enfermedades graves a las características específicas de cada paciente, con lo que se consigue un tratamiento más eficaz y con menos efectos secundarios. Y Castilla-La Mancha, gracias a esta iniciativa, va a estar liderando proyectos en esta red".
Para ello, se van a combinar elementos como la biomedicina, la inteligencia artificial, la supercomputación, la robótica, sensores y la nanotecnología para diseñar y producir nuevos sistemas y dispositivos de diagnóstico, pronóstico y terapia.
"El objetivo es que en el plazo de dos o tres años podamos contar con un abanico de fármacos que puedan ayudar en estos tratamientos", ha asegurado la consejera.
El proyecto se acoge a la importancia de la "colaboración institucional" y en él participan grupos de investigación pertenecientes a la UCLM, como la Unidad Asociada Neurodeath, Ingeniería informática, Facultad de Medicina de Albacete y Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica, y al SESCAM, el Hospital Universitario de Albacete y el Hospital Universitario de Toledo.
Castilla-La Mancha además aporta cohortes de pacientes (grupos pacientes que forma parte de un ensayo clínico) en dos patologías importantes: una de COVID persistente y otra con hígado graso no alcohólico. Está prevista la posible incorporación de cohortes adicionales.
El proyecto tiene seis líneas de actuación: Plataforma BERM (microscopía); Implementación y análisis de bases de datos en medicina de precisión; Plataforma de cribado de fármacos y análisis de interacciones fármaco-diana; Desarrollo de modelos biológicos de enfermedad; Desarrollo de nanofármacos (coordinada por Castilla-La Mancha) y Terapias avanzadas y Robótica Médica. Los grupos de investigación de Castilla-la Mancha participan en todas las líneas de actuación.