El gasto público regional en I+D+i crece de media un 27% desde las últimas elecciones con Cantabria como 'cohete'
En los últimos cuatro años, la apuesta del gobierno cántabro se ha quintuplicado. La única CCAA que invierte menos que en 2019 es Andalucía, aunque es la tercera que más dinero dedica.
22 mayo, 2023 03:21En una semana, los periódicos, las tertulias y los programas de televisión regionales se llenarán de titulares sobre quién gobernará las comunidades autónomas y los ayuntamientos durante los próximos cuatro años.
Las del próximo domingo se han calificado como las elecciones más inciertas de la historia y hacer cábalas sobre si va a haber cambios de poder o no, quizá sea a estas alturas un tanto estéril.
Pero a día de hoy, cuando quedan seis días para que depositemos el papelito en la urna para elegir a nuestros presidentes autonómicos y alcaldes, sí que hay una cosa clara: la legislatura que despedimos ha sido la más digital, la de mayor impulso de la administración pública a las políticas innovadoras.
[El Gobierno respalda con 258 millones más la iniciativa RETECH para la digitalización de las CCAA]
Los datos a los que hacemos referencia para justificar el gran salto que han pegado los gobiernos regionales en materia innovadora los extraemos de los presupuestos autonómicos consolidados que se publican año tras año en la web del Ministerio de Hacienda.
En la parte de clasificación funcional de las políticas de gasto es donde encontramos la clave de bóveda del asunto. Dentro del apartado, actuaciones de carácter económico encontramos el dinero que año a año invierten los ejecutivos territoriales a políticas como agricultura, industria, comercio, infraestructuras… y sí, también a investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).
Es ese capítulo de gasto el que tomamos como referencia para afirmar que la legislatura que hemos cerrado es la de la innovación. Porque, de media, todas las comunidades autónomas han incrementado un 27% el gasto en I+D+i si comparamos el primer ejercicio del mandato (2019) con el último ejercicio completo (2022).
Hay que remarcar, en este punto, que sólo hablamos de gasto público en I+D+i. Puede que algunas inversiones innovadoras -sobre todo de carácter tecnológico- hayan sido computadas en otros apartados. Es lo que tiene la transversalidad de la tecnología y la innovación.
En cualquier caso, el dato de inversión pública en I+D+i resulta esclarecedor por sí mismo.
Decíamos, con todo, que el incremento del gasto ha sido evidente en los últimos cuatro ejercicios económicos. En términos globales, en 2019, las autonomías gastaron en este sector 2.300 millones de euros, mientras que en 2022, la cifra ya roza los 3.000 millones.
Conviene destacar que todas las comunidades autónomas a excepción de una, gastan más en I+D+i que en 2019. La excepción es Andalucía, que invierte un 35% menos que lo que invirtió en 2019. El descenso en las cifras podría deberse a la creación de la Agencia Digital Andaluza, que asumiría parte de los gastos que siempre estuvieron centralizados en la consejería responsable de las políticas investigadoras e innovadoras.
Ahora bien, la región andaluza, pese a ese descenso, es la tercera que más invierte de todo el país, con más de 302 millones de euros año, sólo superada por Cataluña (442,8 millones) y País Vasco (545,9 millones).
Ahora bien, si hablamos de incrementos porcentuales que justifiquen esa etiqueta que nos lleva a definir el mandato que concluye como la legislatura de la innovación, tenemos que fijarnos en aquellas autonomías que han demostrado que se han tomado estas políticas muy en serio.
Se lleva la palma Cantabria. El gasto en I+D+i en 2019 fue de 8,6 millones de euros. El contabilizado en el año 2022 fue de 43,1 millones de euros. El impacto se ha quintuplicado, el crecimiento es de un 395%.
Las políticas en favor del emprendimiento, de las nuevas tecnologías aplicadas al sector energético o el impulso decidido a la industria 4.0 parecen estar detrás de este inconmensurable crecimiento.
Asturias, La Rioja o Murcia también son regiones que han dado un golpe sobre la mesa con porcentajes de crecimiento de gasto en I+D+i superiores al 50%.
Otra región que puede darse por satisfecha por cómo ha conseguido evolucionar las cifras de gasto en I+D+i es Asturias, con un crecimiento del gasto de casi un 73%, al calor de una apuesta por ayudar a la conexión entre grandes empresas tractoras con el talento tecnológico de las startups o del impulso a la innovación en el ámbito rural.
El tercer gran crecimiento se produce en Cataluña, una de las superpotencias españolas en I+D+i, pero aparece también en las primeras posiciones La Rioja, que, con un crecimiento de inversión de un 54,5% con respecto a 2019 demuestra su compromiso por la innovación.
Por cierto, durante la presente legislatura y en una de las ediciones de la encuesta Cotec sobre percepción de la innovación, la región riojana se situaba como el territorio con mayor impacto de la innovación en la sociedad. Ninguna cifra, pues, es por casualidad.
Tampoco son malas cifras de crecimiento las que presentan Murcia (gastó en 2022 un 50,3% más que en 2019), Castilla-La Mancha (48,5%) o Galicia (48,3%).
Impacto con respecto a otros sectores
Incrementos como los mencionados ya no sólo demuestran que cada región se está concienciando cada vez más de la importancia de las políticas de I+D+i de cara al futuro – y todo lo que ello implica en términos de generación y atracción de talento, mejora de la competitividad de las empresas, etc.- sino que evidencia que los territorios periféricos -sea cual sea su tamaño- juegan un papel cada vez más decisivo en el escenario nacional, donde ya no sólo aparecen Madrid, Cataluña y País Vasco como referencias de nivel.
Un último análisis de las cifras nos da otra muestra del impacto que está teniendo el gasto en I+D+i en relación con el gasto en el resto de sectores de carácter económico (industria, infraestructuras, comercio, agricultura…).
En estos momentos, hay que reconocer que resulta imposible que el gasto en I+D+i sea el predominante en comparación con algunos de los mencionados, pero no es menos cierto que, ni que sea levemente, el impacto va creciendo.
Hace cuatro años, el gasto en I+D+i suponía un 9,6% del total de gasto de carácter económico. Cuatro años después, ese porcentaje ha crecido una décima. Poco, pero ha crecido. En este caso, hay cuatro autonomías en las que el peso de la I+D+i ha caído en relación con el gasto en otros sectores: Andalucía, Comunidad Valenciana, Canarias y Baleares. Eso sí, con descensos casi imperceptibles.
En resumen, los datos avalan la teoría: la legislatura que acaba ha sido la legislatura de la revolución disruptiva y la innovación. Tanto si hay gobiernos autonómicos continuistas como si hay cambio de siglas, es de suponer que las estrategias en favor de la I+D+i no deberían cambiar en exceso para contabilizar, dentro de cuatro años más, datos todavía mejores.