La Junta de Andalucía tiene muy claro cuál es el camino a seguir para asegurarse de que la industria regional dé el salto, ya no solo al 4.0 sino al 5.0.
La receta tiene tres pilares fundamentales: conocer cuál es el contexto a través de un diagnóstico real, garantizar que trabajadores, altos cargos y cargos intermedios mejoran sus competencias digitales y, por último, incentivar esa transformación.
En este sentido y tal como se ha anunciado recientemente, la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades ha programado para los próximos cuatro años (2021-2024) un conjunto de actuaciones que tiene como finalidad impulsar la industria 5.0 en Andalucía.
En dicho informe, se recoge que con esta línea de actuación se persigue fomentar la transformación digital de dicho sector económico, la puesta en marcha de proyectos dirigidos al desarrollo de nuevos productos, tecnologías o aplicaciones, así como la creación de un ecosistema innovador en torno a este segmento productivo.
Como nota de contexto, cabe decir que la industria andaluza, según datos de la propia Junta, contribuye al PIB regional con un 10,5% y la comunidad es la segunda, por detrás de Cataluña, con mayor número de empresas industriales, casi 26.000 firmas. Eso equivale a más del 14% del conjunto nacional.
Pero sector está mayoritariamente compuesto por empresas de menos de diez empleados (87,7%) y dos de cada tres firmas tienen menos de tres trabajadores.
Este segmento, tanto a nivel nacional como regional, ha sido uno de los ámbitos que más ha sufrido la crisis sanitaria de la Covid-19, y sus pymes se han visto especialmente afectadas por tener menos recursos tecnológicos que las grandes corporaciones.
Una prioridad
De ahí la prioridad de la administración autonómica de crear una hoja de ruta que promueva la digitalización de este segmento económico, con el fin de favorecer su competitividad y mejorar la productividad y la eficiencia de la producción.
Con esta decisión también se pretende afrontar con garantías la siguiente gran revolución industrial que es ya una realidad global: la industria 5.0.
La planificación realizada por la Consejería de Transformación Económica engloba una gran diversidad de acciones que siguen esas directrices.
Incluye desde la realización de estudios y diagnósticos de la industria andaluza hasta el diseño de programas de sensibilización y formación para la mejora de la capacitación digital de los profesionales, además de líneas de incentivos y ayudas económicas dirigidas al tejido empresarial para llevar a cabo proyectos de industria 5.0.
Todas estas actuaciones se gestionarán por la Consejería en colaboración con la Agencia IDEA y se nutrirán tanto de recursos propios de la Junta de Andalucía como de financiación comunitaria, a través de Fondos FEDER correspondientes al próximo marco 2021-2027.
La batería de medidas planificadas se desarrolla en tres ámbitos de actuación (estratégico, capital humano e incentivos a la innovación) y se articula en nueve líneas de acción.
Para actuar en el futuro
En el ámbito estratégico se realizarán estudios, análisis y diagnósticos para determinar la situación digital de la industria que permita detectar puntos de actuación futura por parte de la administración.
En este campo, se pretende analizar la evolución del sector en la región y conocer las capacidades del segmento TIC andaluz, así como identificar las nuevas competencias y habilidades profesionales digitales requeridas.
En la esfera del capital humano se recogen iniciativas destinadas a dar a conocer los beneficios de la digitalización y de las tecnologías asociadas a la industria 5.0, y medidas de capacitación dirigidas a directivos de las empresas y a sus empleados.
Entre las acciones más específicas definidas en este campo, se encuentra la revisión anual del programa formativo para la mejora de la capacitación digital, de manera que los profesionales adquieran las competencias necesarias para adaptarse a los cambios.
También se incluye la configuración de un catálogo de soluciones digitales con las empresas andaluzas del sector TIC con el fin de que se genere una base de datos suficiente para facilitar el contacto entre oferta y demanda tecnológica.
El área de incentivos a la innovación engloba las acciones encaminadas a apoyar económicamente proyectos de digitalización de la industria, tanto para las empresas industriales en la implantación de soluciones, como para las empresas TIC.
Asimismo, se impulsarán retos que puedan ser resueltos a través de este tipo de herramientas, con el fin de solucionar problemas o introducir mejoras.
Algunas de esas actuaciones planificadas están previstas o en proceso de ejecución en el actual ejercicio con un presupuesto de 320.000 euros.
Entre ellas, destaca el programa formativo a directivos que arrancó en febrero de 2021 y en el que ha participado una treintena de profesionales. Igualmente, la Consejería de Transformación Económica prepara un nuevo diagnóstico de la industria 4.0/5.0 y tiene en desarrollo el programa Datafactory, centrado en la formalización especializada en Big Data para 16 empresas industriales y del sector TIC.
Previamente, durante 2019 y 2020, el Ejecutivo autonómico ha realizado diferentes actuaciones para impulsar la industria 4.0 en Andalucía, en el marco de la Estrategia Industrial de Andalucía y de la Estrategia de Impulso del Sector TIC Andalucía 2020.
En ese contexto, Transformación Económica ha elaborado un diagnóstico de la industria 4.0, al objeto de conocer la situación real de las empresas industriales en esta materia, el grado de implantación de tecnologías habilitadoras, así como para determinar las necesidades y los retos que debe afrontar este sector empresarial.
También se han celebrado jornadas de sensibilización dirigidas a personal directivo y mandos intermedios e impulsado un programa de capacitación directiva en Industria 4.0.
La industria 5.0 tiene como objetivo potenciar la transformación de esta esfera económica, fomentando espacios de producción inteligentes basados en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, entre las que destacan la inteligencia artificial, IoT (Internet de las cosas), la robótica o el machine learning, entre otras.
Pero también es necesario con un cambio importante en la visión, ya que apuesta por impulsar el poder de la industria para alcanzar objetivos sociales más allá del empleo y el crecimiento y convertirse en una fuente de prosperidad.
La producción, según explican desde la Junta, debe de respetar los límites del planeta y situar el bienestar del trabajador de la industria en el centro del proceso de producción. Por todo ello, supone un avance respecto al paradigma de industria 4.0 en el que se venía trabajando.