A nadie se le escapa, a estas alturas, que Málaga pasa por ser uno de los ecosistemas emprendedores y tecnológicos con mayor proyección. Es más, tal y como adelantó D+I, precisamente este ecosistema es uno de los pilares sobre los que se apoya la candidatura de la ciudad a ser sede de la Expo de 2027.
La innovación como estrategia de crecimiento y desarrollo económico y social es un hecho en territorio malagueño y son varios los ejemplos que sirven para medir el estado de salud de esa vocación, para demostrar día a día que ese espíritu está vigente en muchos estratos de la sociedad.
La tercera edición de los premios Innosocial, entregados esta misma semana, han venido a poner sobre la mesa esa buena salud a la que hacíamos referencia, con proyectos de innovación social en varias categorías que, además, constituyen un interesante abanico de tendencias de futuro de la que muchas otras ciudades pueden quizá tomar nota.
Estos galardones, en cualquier caso, reconocen el impacto de proyectos malagueños en materia de innovación social y están convocados por el área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Málaga y la asociación Arrabal-AID.
La entrega de los galardones tuvo lugar en el Salón de Espejos y contó con la asistencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Salado, la concejala de Participación Ciudadana, Mar Torres, y el presidente de Arrabal-AID, Julio García.
Los premios de esta edición han reconocido el impacto social sostenible, la aplicación de las nuevas tecnologías en proyectos pedagógicos y la dinamización del medio rural. Además, se ha realizado un reconocimiento especial al Centro de Innovación Social La Noria de la Diputación de Málaga por su décimo aniversario.
Pero vayamos al verdadero objetivo de estos premios, la creación de disrupción. Y la mejor manera de hacerlo es echar un vistazo a los proyectos presentados, tanto los ganadores como los finalistas.
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La sostenibilidad parece ser la tendencia predominante a la hora de hacer innovación social. El primer premio fue para Biotonomy, un proyecto para renaturalizar la ciudad de Málaga con un impacto positivo en el planeta, la economía y las personas, a través de una solución que combina la economía circular, las soluciones basadas en la naturaleza y el uso de nuevas tecnologías en la construcción de edificios y ciudades autónomas.
El segundo premio fue para Málaga 42, de la Fundación Telefónica, un proyecto formativo a través de un campus de programación pionero basado en el aprendizaje y su gamificación. El jurado ha premiado sus valores de sostenibilidad, reducción de la brecha tecnológica y la inclusión digital.
Por último, la sostenibilidad vuelve a estar presente como pilar estratégico en el tercer premio de esta categoría. Lo ha recibido la iniciativa Clínica de la Bicicleta, creada por la cooperativa de trabajo asociado Alikindoi. Su contribución, promover un transporte sostenible y respetuoso con el medio ambiente, fomentar la economía circular y facilitar la formación a colectivos vulnerables junto con su alineación con el ODS 13 (Acción por el Clima).
El jurado también distinguió con una mención especial a Color Comunitaria, el único medio de comunicación comunitario de Málaga en emisión por ondas, por ser un referente en el tercer sector en Andalucía y España. Su cometido principal es visibilizar proyectos de inserción sociolaboral.
Innovación pública
La innovación social, cuando es pública, tiene vocación de beneficiar a más gente. De ahí que estos galardones también incluyan una categoría para la innovación social pública. En este sentido, el Centro de Innovación Social y Tecnológica de Benarrabá se ha alzado con el primer premio por promover el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y su alineación con el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico).
El jurado ha valorado el esfuerzo del Ayuntamiento de Benarrabá por fijar población en entornos rurales a través de los diferentes proyectos alojados en su espacio.
En este misma disciplina han recibido sendas menciones especiales la aplicación QRPay Málaga del Centro Municipal de Informática por la implantación de un código QR que permite el pago de más de 300 tributos municipales y Vuela Guadalinfo, organismo que presta un servicio universal, público y gratuito para impulsar la digitalización en cada rincón de Andalucía.
El talento es otro de los pilares fundamentales para promover el emprendimiento y la innovación social. También en esta categoría hay un premio en este sentido. Así, el jurado ha reconocido al colegio público San Sebastián de Archidona por fomentar el emprendimiento y el trabajo en equipo con el proyecto Architec 3D por el que el alumnado aprende conceptos básicos de economía y ahonda en el modelo cooperativo a través de una propuesta de impresión tridimensional de piezas que persigue generar un impacto positivo en la sociedad, fabricando distintos artículos como carcasas para sueros de quimioterapia, piezas en braille o prótesis mecanizadas.
En esta misma categoría, ha recibido también una mención especial el proyecto Androide Roto del instituto Belén de Málaga, por la creación de una tienda de reparación de smartphones en el propio instituto replicando un comercio al uso, una iniciativa que no sólo busca la innovación tecnológica sino también la social, ayudando a la población más vulnerable a reparar sus terminales.