Tareas de geolocalización, control de parámetros medioambientales a distancia, monitorización de servicios de smart city… Funciones como estas, posibles gracias a la tecnología, nos llevan a imaginar grandes ciudades con grandes servicios.
Pero cada vez más, el tamaño del territorio que está empezando a explorar este tipo de objetivos va reduciéndose, hasta el punto de que en los últimos años al concepto de 'ciudad inteligente' se ha sumado el concepto 'pueblo inteligente' –smart town─.
Y ello es posible gracias a la progresiva mejora de la conectividad de los territorios y a la implicación de las administraciones con competencias en territorios con una gran extensión de zonas rurales y, por lo general, poco conectadas.
Como Asturias. El gobierno autonómico de esta región ha dado un nuevo paso en favor de esas zonas rurales y de su futuro más disruptor.
Ya lo había hecho, cabe recordar, con gestos como la creación de laboratorios de innovación en zonas rurales o con la elección de dos pequeñas aldeas asturianas, Peón y Asiagu (menos de 700 habitantes entre las dos) para formar parte de un banco de pruebas del CTIC y el Hospital Covadonga para mejorar la atención sanitaria de esta zona gracias a la tecnología.
Ahora, el gobierno de Asturias ha anunciado una medida relacionada no tanto con la innovación sino con la conectividad.
Así, desplegará una red de comunicación inalámbrica mediante las torres de TDT (Televisión Digital Terrestre) que permitirá la conexión e intercambio de datos entre dispositivos electrónicos y dará soporte a tecnologías vinculadas al Internet de las cosas.
Tecnología LoRa
La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad trabaja en un plan piloto para instalar y probar las primeras antenas de esta red, que funciona de una forma similar a una wifi de largo alcance.
Asturias se incorpora de esta forma a la tecnología denominada LoRa, que facilita una conexión inalámbrica que puede llegar a los 20 kilómetros, robusta frente a las interferencias y de bajo consumo de energía.
Estas características hacen que sea una conectividad ideal para el Internet de las cosas (IoT en sus siglas en inglés: Internet of Things).
Evidentemente, algunos rincones de la región adolecían de la conectividad necesaria para poder aspirar a proyectos de este tipo. El gobierno de Asturias recurrió hace meses a un vehículo sensorizado como el que usa Google en sus mapeos para medir la señal de cada rincón de la región.
Y el resultado parece haber sido concluyente hasta el punto de que se han intensificado los proyectos como el de comunicación inalámbrica.
El funcionamiento es sencillo. Esta red necesita una antena que facilite la señal y una serie de emisores inalámbricos interconectados que recibirán y procesarán datos de sensores. Se trata, en definitiva, de conectar dispositivos o máquinas y permitir que intercambien pequeñas cantidades de datos a baja velocidad.
Múltiples aplicaciones
Las aplicaciones son múltiples y en distintos ámbitos importantes en Asturias. Por ejemplo, "para geolocalizar a los animales de una ganadería o monitorizar si salen de un determinado cercado en lugares con poca cobertura que precisen conectividad a distancia; para realizar controles medioambientales de calidad del aire o del agua; para el control de servicios públicos en smart towns; o en agroalimentación, para controlar a través de sensores el grado de humedad, la luminosidad o las condiciones ambientales que precisen determinados productos", explican desde la institución asturiana.
El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, ha asegurado que esta iniciativa es "un gran paso hacia la Asturias hiperconectada, ya que se abren numerosas opciones para facilitar la conectividad aplicada a sectores como la ganadería o las instalaciones agroalimentarias".
Para Sánchez, el despliegue de esta red supone, además, "abordar proyectos de región inteligente".
El Principado quiere extender por toda la región este tipo de conectividad aprovechando las torres de TDT, donde pueden instalarse y conectarse los receptores necesarios para la tecnología LoRa.
En el plan piloto, que está en elaboración, se elegirán una serie de puntos estratégicos para probar el funcionamiento. El siguiente paso será dotar de este tipo de conexiones a las cerca de 170 instalaciones de TDT en el territorio.
Posteriormente, se pondrá a disposición de ayuntamientos, instituciones y empresas esta tecnología para que puedan crear redes propias de emisores y sensores para realizar las mediciones que precisen.
Licencias informáticas
En otro orden de cosas, otra consejería asturiana, en este caso la de Presidencia, también ha dado muestras recientemente de la importancia que ya tiene la tecnología en todo lo que se refiere a la gobernanza pública.
En este caso, eso sí, el centro de su política es la propia administración autonómica y no tanto las zonas rurales.
Y es que, según se ha conocido en los últimos días, Presidencia destinará 3,6 millones al suministro y mantenimiento de licencias informáticas por un periodo de dos años.
"Este contrato es clave –explican desde este departamento- para impulsar la modernización digital de la administración autonómica, uno de los grandes retos de la consejería de Presidencia para esta legislatura".
Según indican, "el salto que supone el paso de una administración centrada en el expediente a otra basada en los datos, que permita tomar mejores decisiones y prestar un servicio público de mayor calidad, hace necesaria la contratación de las licencias que facilitan la gestión de las bases de datos".
Junto con otras iniciativas de transformación digital, "este cambio permitirá ofrecer una atención más eficiente, especialmente en los ámbitos de la salud, los servicios sociales, la educación y la tramitación administrativa".
La consejería de Presidencia indica que "este uso de las nuevas tecnologías impulsa y acompaña la evolución de la sociedad, así como la relación entre la administración y la ciudadanía".
Esto implica "una transformación en el paradigma de los procedimientos administrativos: el paso de un modelo de tramitación de expedientes a otro de servicio público".
En este sentido, el Principado se plantea el reto de transformar la administración en una plataforma de servicios digitales que facilite la accesibilidad a través de medios electrónicos más eficientes, rápidos y seguros.