Cuando se habla de Cataluña en el sector de la innovación y la tecnología, es imposible no pensar que estamos ante uno de los ecosistemas más punteros de Europa. La presencia de las multinacionales más importantes del mundo, una feria de referencia como el MWC o centros de excelencia por doquier -por citar algunos ejemplos- hacen de la región un lugar al que inevitablemente hay que dirigir la mirada cuando se habla de disrupción.
Pero, como sucede tantas otras veces, no es oro todo lo que reluce. Y bueno es que la administración pública alerte de ello. Sólo así se pueden asegurar políticas de futuro tendentes a revertir algunos problemas advertidos.
Algunos de esos problemas tienen que ver con la brecha digital. Porque por más puntero que sea el ecosistema, hay cosas que no cambian te llames Asturias, te llames Cantabria, te llames Castilla-La Mancha… o te llames Cataluña.
"Una parte de la población de Cataluña sigue excluida del acceso o uso de las TIC, algo que constituye uno de los indicadores de desigualdad de la sociedad. La brecha digital (de acceso, uso y conocimiento) de los colectivos vulnerables es mucho mayor que la de la población general: más de la mitad de los hogares de colectivos vulnerables sufren un apagado digital".
Esta sería una de las principales y preocupantes conclusiones del 'Estudio de la brecha digital en Cataluña', elaborado por KPMG y presentado recientemente por la directora general de Sociedad Digital de la Generalitat.
Es más, el informe avisa de que "el hecho de que la brecha digital sea uno de los motivos por los que estos colectivos pierden oportunidades laborales, formativas e incluso recibir ayudas de las administraciones públicas evidencia que la brecha digital impacta especialmente en los colectivos más vulnerables y acentúa la brecha socioeconómica y el riesgo de exclusión".
En esta línea, cabe destacar que el 52% de los hogares en situación de vulnerabilidad. Más de la mitad de hogares, que se dice pronto tratándose de Cataluña.
[Los adolescentes catalanes piden un acompañamiento digital "comprensivo y no paternalista"]
El estudio ha sido encargado por la Secretaría de Políticas Digitales del Departamento de Empresa y Trabajo y ofrece una radiografía completa de la brecha digital en la región y de los factores que la alimentan, "que debe permitir orientar más y mejor las políticas públicas existentes y futuras", sugiere el documento.
Entre los factores que la alimentan están el acceso (dificultades para poder acceder a la tecnología o a los medios que posibilitan ser digital); el uso (no utilización de la tecnología y la red para realizar ciertas actividades); y el conocimiento (falta de capacidades y competencias en tecnología, red y herramientas digitales).
En cuanto al acceso, el estudio evidencia el factor territorial como uno de los principales generadores de brecha, ya que a pesar de que la cobertura móvil en Cataluña está por encima del 99%, las redes fijas de al menos 100 Mbps presentan más de 20 puntos de diferencia porcentual entre las comarcas de Barcelona (95,5% de cobertura) y el resto del territorio, siendo la demarcación de Girona la más alejada, con un 71,8% de cobertura.
Este hecho tiene un impacto en los tipos de uso, sobre todo en cuanto a descargas de archivos pesados o consumo de contenidos audiovisuales, según el estudio.
Por lo que respecta al uso de internet, la edad y el nivel socioeconómico destacan como variables que actúan como gap digital: por un lado, el porcentaje de uso diario de la población de 16 a 54 años es del 95%, mientras que el de las personas mayores de 75 años es de sólo el 25%; y por otro, a mayor nivel de estudios y mayor nivel de ingresos, la tendencia indica un mayor uso de internet y, por tanto, más apropiación y aprovechamiento de la tecnología.
Sin embargo, es en el ámbito del conocimiento donde se ponen de manifiesto más factores de discriminación que alimentan la brecha: capacitación y habilidades, género, edad, nivel socioeconómico y nivel de inclusión social, según el informe.
Espíritu crítico
"Hay que tener en cuenta que es la brecha que afecta a una mayor proporción de la población, implicando la capacidad de apropiación, aprovechamiento y espíritu crítico hacia las tecnologías digitales", reza.
Así, según el estudio, el 86% de las personas que no tienen acceso a internet argumenta que es porque no lo necesitan, pero casi la mitad afirma que no tiene conocimientos suficientes para utilizarlo.
En este sentido, el estudio evalúa el nivel de competencia digital de la población: el 50% de la población de Cataluña presenta habilidades digitales al menos básicas, pero menos de un 10% sabe utilizar lenguajes de programación "y son mayoritariamente hombres y talento internacional".
En clave de género, las categorías de habilidades medias y avanzadas son lideradas por los varones, mientras que el porcentaje de mujeres con habilidades bajas es superior al de varones.
"La brecha digital de género es, pues, principalmente una brecha de conocimiento, de competencias digitales, que también se manifiesta en el uso de herramientas informáticas, las tareas ejecutadas y en el uso de la red: los hombres utilizan más Internet para leer noticias o consultar la banca electrónica, mientras que las mujeres lo utilizan más para redes sociales, cursos online o búsqueda de empleo", indican desde la Generalitat.
Cabe destacar que la Dirección General de Sociedad Digital, en colaboración con otros departamentos, impulsa varios programas y líneas de acción de capacitación, formación e inclusión digital, así como de generación de talento y vocaciones tecnológicas entre la población joven y las mujeres, de reorientación profesional y de formación en innovación social digital.
En este sentido, la directora general, Liliana Arroyo ha destacado que "reducir la brecha digital es un esfuerzo estructural, sobre todo en clave social, ya que permite avanzar hacia una sociedad digital inclusiva, con igualdad de oportunidades para todos y que no deje a nadie atrás".
Por este motivo, ha añadido que "desde la Dirección General de Sociedad Digital planteamos un abordaje de la brecha digital estructural y coordinado, creando alianzas públicas y privadas enmarcadas en la Carta Catalana para los Derechos y Responsabilidades Digitales, para fomentar la cohesión social y territorial, así como la defensa de la igualdad de oportunidades".