Controlar tantas estaciones, tanto caudal y tantas herramientas de medición hace necesarias ciertas dosis de innovación y tecnología para que el proceso siga siendo igual de eficiente. Además, proyectos de investigación como el del sistema predictivo de Covid-19 en el que se utilizan los datos de las aguas residuales de la comunidad son la mejor prueba de que el ecosistema hídrico y la disrupción forman un binomio perfecto.

A día de hoy, la empresa maneja más de 200.000 datos en tiempo real, monitoriza más de 2.000 estaciones remotas desde su Centro de Control y gestiona cerca de 30.000 instrumentos de medida, según destacan fuentes del organismo público.

Esta empresa fue pionera en su día en el desarrollo de sistemas de telecontrol para la gestión del ciclo integral del agua. Actualmente dispone de un completo sistema de telecontrol que permite conocer en tiempo real la situación hidráulica de las infraestructuras de abastecimiento y saneamiento, el estado de la calidad de las aguas, las captaciones de aguas subterráneas y otros parámetros.

Pero lo dicho, nada de lo anterior sería posible sin innovación y sin tecnología.

El desarrollo de una gestión innovadora del agua mediante las nuevas tecnologías, "nos está permitiendo ser más sostenibles y eficientes y paliar las consecuencias que producen los fenómenos meteorológicos adversos", explica la consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, Paloma Martín.

La consejera señala "la importancia del agua subterránea" en la región ya que "bajo el suelo, se extienden grandes acuíferos que nos permiten aliviar la presión hídrica en momentos de escasez".

El dato como eje

También ha destacado los muestreos anuales que realiza Canal para asegurar que su calidad sigue siendo óptima, así como los 78 pozos con los que cuenta para incorporar su contenido a la red de abastecimiento.

En resumen, el dato como epicentro de la disrupción en materia hídrica y como base de un estudio de la Fundación Eurecat sobre la identificación de tecnologías y soluciones innovadoras de adaptación al cambio climático elaborado para la Fundación Canal.

En este documento se señalan 127 estrategias y soluciones específicas de adaptación en sectores tan diferentes como el agua, la agricultura, el urbanismo y la edificación, la salud y los sistemas de alerta temprana.

Este informe recoge múltiples soluciones novedosas, ya en funcionamiento, como el cultivo de nuevas variedades vegetales resistentes a las nuevas condiciones climáticas, los sistemas de big data para la anticipación fenómenos naturales o los vegetales en medio urbano para amortiguar dichos episodios extremos, así como los mapas urbanos de índice de control térmico e incluso la utilización de energía fotovoltaica flotante, entre otros.

La Fundación Canal pondrá esta publicación a disposición de todos los interesados, ya sean administraciones locales o regionales, empresas y particulares.

Martín ha remarcado también la importancia de hacer un uso responsable de este recurso, como el que se está efectuando en la Comunidad de Madrid gracias a la innovación. Desde 2005 "el consumo se ha reducido un 20% a pesar de que la población ha aumentado un 14%".

Pero no sólo debe centrarse la innovación y la tecnología en promover un consumo más eficiente de los recursos hídricos. El cambio climático o los fenómenos meteorológicos también ofrecen muchas posibilidades a ese binomio agua-disrupción.

El evento en el que se presentó el citado estudio también ha permitido profundizar en el informe sobre esta materia del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), que analiza los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad, así como la interconexión de los sistemas de la Tierra, desde los meteorológicos hasta la biodiversidad de los ecosistemas y la salud humana.

Instalación de banda ancha

En la jornada ha participado Fernando Arlandis, director general de Descarbonización y Transición Energética de este departamento regional, quien ha expuesto los avances de la Estrategia regional de mitigación y adaptación al cambio climático y de mejora de la calidad del aire (2021-2030).

En cuanto a proyectos en marcha sobre esta cuestión, el coordinador de Innovación de Canal de Isabel II, Antonio Lastra, y el subdirector de I+D+i de la empresa pública de gestión del agua, Jaime Flores, han presentado recientemente un sistema de alerta temprana ante inundaciones producidas por eventos extraordinarios.

Se trata de una herramienta inteligente para la gestión de la red de drenaje a la hora de minimizar impactos al medio impulsado por la empresa pública en Meco.

Ante todo lo anterior, conviene remarcar que la administración pública debe asegurar un contexto adecuado para el funcionamiento de la empresa de gestión hídrica. Y ese contexto también es tecnológico.

Durante este primer trimestre del año, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido informado sobre la propuesta de adjudicación por parte de Canal de Isabel II del contrato para las obras de ampliación de su red de telecomunicaciones (fase zona norte).

El procedimiento será adjudicado por un importe total de 12,1 millones de euros para un plazo de ejecución de cinco años.

El objetivo del proyecto es instalar banda ancha mediante fibra óptica en 117 depósitos de la zona norte de la Comunidad de Madrid. Esto posibilitará prestar servicios de telecontrol de estas instalaciones en tiempo real, mejorar y garantizar la protección de estas instalaciones, y, además, avanzar en la transformación tecnológica y digitalización de las instalaciones de la empresa, gracias al uso de su propia red de telecomunicaciones.

Así, las obras supondrán la instalación de 277 kilómetros de fibra óptica, de 99 acometidas eléctricas, y el acondicionamiento y/o instalación de 107 casetas de telecomunicaciones, todo ello para implementar sistemas de vigilancia y control en tiempo real de los depósitos de regulación de la zona norte de la región. Posteriormente, esta red se ampliará también para cubrir el resto de los depósitos reguladores.

Actualmente, la red de fibra óptica empleada por Canal para sus telecomunicaciones alcanza los 1.110 kilómetros, que, además, se complementan con más de 150 radioenlace y con las redes públicas de telecomunicaciones. Todo ello permite conectar las instalaciones del ciclo del agua que opera Canal a su sistema de telecontrol, entre ellas presas, potabilizadoras, grandes conducciones, estaciones de bombeo, depuradoras…

En resumen, un contexto tecnológico adaptado a los nuevos tiempos para garantizar que la gestión hídrica del Canal de Isabel II pueda acometer procesos innovadores y tecnológicos que le permitan avanzarse al futuro.