Vitoria, como otras tantas ciudades, tiene un problema con la superpoblación de palomas. Pero ya existen soluciones innovadoras para erradicarlo. De hecho, algunas de ellas ya se están implementando en la capital del País Vasco.
Por partes. El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ha presentado en el marco del Elkargune de Convivencia, Defensa y Protección de los Animales los resultados del estudio de la población de palomas en el municipio y de las posibles medidas para evitar una sobrepoblación.
El trabajo, desarrollado por una firma especializada en este ámbito, constata la existencia de 9 zonas del municipio donde la proliferación de palomas supera el umbral aceptable y de 15 puntos de riesgo higiénico sanitario en el que hay factores que favorecen la proliferación de las palomas (agua, cobijo, alimentación…).
Los 25,3 kilómetros cuadrados tomados como superficie de estudio han permitido contabilizar un total de 5.022 ejemplares, lo que representa una media de 198,45 ejemplares por kilómetro cuadrado.
Esta tasa sube hasta más de 500 ejemplares en las 9 zonas señaladas, cuando el umbral aceptable por los servicios profesionales del sector se establece en 400 ejemplares. Todo ello hace aconsejable la adopción de las primeras medidas de gestión poblacional.
Los 15 puntos de riesgo higiénico sanitario se ubican fundamentalmente en el centro urbano y diferentes parques.
Pero ¿cómo actuar ante esta superpoblación? Ahí es donde entran las soluciones innovadoras. Y es que el Ayuntamiento está llevando a cabo una prueba piloto con vistas a una posterior utilización de pienso esterilizante.
Dispensador de granos de maíz
Se colocará un dispensador de granos de maíz para medir qué riesgo existe de que otras especies no diana consuman el mismo pienso, así como qué cantidad de producto consume cada paloma.
Viajamos hasta Argentina para indagar en esta solución basada en la alimentación de estos animales. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y el Instituto de Diversidad y Ecología Animal de la Universidad de Córdoba lideran este proyecto encaminado a controlar la población de palomas gracias a la acción de un biopolímero.
Este proyecto contempla el desarrollo de un alimento atractivo para las palomas, vehículo de nicarbacina (NC), un antiparasitario de uso veterinario, inocuo para otras especies animales y para el ambiente y cuyo efecto secundario es la reducción de la oviposición.
Dicho de otra manera, el tratamiento consiste en suministrar granos de maíz enteros recubiertos con un biopolímero natural y comestible que funciona como vehículo de la nicarbacina (NC).
El suministro regular del alimento en puntos de la ciudad con un excesivo número de palomas permitirá la disminución paulatina de la natalidad.
Experiencias similares implementadas en otras ciudades del mundo muestran que la reducción de la población de palomas urbanas puede rondar entre 20% a 30% en el primer año de tratamiento, dependiendo las zonas y características de la ciudad, y alcanzar hasta el 80% después de cuatro o cinco años, explican desde la universidad cordobesa.
Experiencia argentina
Joaquín Navarro, director del Instituto de Diversidad y Ecología Animal de la Universidad de Córdoba explica que "se están haciendo las pruebas a campo del cebo tratado con nicarbacina para ver qué grado de aceptación tiene en las palomas. Se están ajustando los procedimientos de formulación para incorporar al biopolímero las dosis de NC probadas como efectivas".
Acerca de las ventajas de este tipo de control, Navarro precisa que "una de ellas es que es un mecanismo reversible, es decir, si la población llega a números tolerables puede suspenderse el tratamiento y retomarlo cuando la población de palomas se aleje de estos niveles".
Volviendo a tierras vascas, lo que está haciendo el ayuntamiento de Vitoria es una prueba anterior a la aplicación de este método, para valorar el efecto cuantitativo que tendría.
La idea de alimentar a las palomas con maíz esterilizante no será, en cualquier caso, la única. Antes de que acabe el año comenzará una campaña de información y corresponsabilidad dirigida a la ciudadanía para poder actuar sobre uno de los principales factores de concentración de palomas: la disponibilidad de alimento.
"Queremos actuar en una doble vía: por una parte, vamos a sensibilizar al conjunto de la ciudadanía buscando su implicación y por otra, vamos a dirigirnos específicamente a las personas alimentadoras para darles a conocer los riesgos derivados de su modo de actuar", ha detallado la concejala de Deporte y Salud, Livia López.
Junto a la prueba piloto del maíz, se llevará a cabo una acción de captura selectiva mediante la instalación de jaulas-trampa en puntos identificados como de alta densidad de población de palomas. El objetivo de estas capturas puntuales es incidir progresivamente en la situación de sobrepoblación que se da en estas zonas.
Problemas de la superpoblación
Unidas a estas medidas se desarrollarán actuaciones administrativas de inspección e implantación de los métodos de prevención, así como de censado periódico para comprobar la efectividad del conjunto de las medidas adoptadas.
Todo ello tiene como objetivo fundamental mantener el número poblacional de palomas en los límites establecidos como adecuados para la ciudad. Se aspira también repercutir favorablemente en el estado sanitario de estos animales, minimizando en la medida de lo posible el número de sacrificios.
El Plan de Gestión de la Población de Palomas, cuyo primer paso ha sido la elaboración del diagnóstico presentado, es la primera experiencia a largo plazo en esta materia.
"Desde el punto de vista de la protección animal, las palomas son animales que requieren una gestión basada en el respeto, la proporcionalidad y la prudencia. Son, en definitiva, parte de nuestra biodiversidad. Pero no podemos obviar las consecuencias para la salud pública que genera su sobrepoblación. Este Plan busca el punto de equilibro para la convivencia", ha concluido Livia López.
En la ciudad vitoriana, el cobijo, junto con la disponibilidad de alimento y la consideración de determinados espacios como zonas de campeo, facilitan la proliferación de palomas. Especialmente en los dos primeros factores quieren incidir las diferentes medidas preventivas que va a adoptar el Ayuntamiento.
Hay que tener en cuenta también que una población de palomas de alta densidad representa un riesgo para la salud al comportarse como un posible vector de transmisión de enfermedades a personas y animales. Este animal está considerado reservorio de una amplia gama de bacterias, virus, hongos y parásitos, algunos de ellos causantes de enfermedades infeccionas. Se han descrito más de 40 patógenos transmisibles por contacto directo o indirecto.