No por ser una región señera en lo que se refiere a transformación digital y potencial innovador se libra el País Vasco de problemas comunes a cualquier territorio y uno de los ejemplos es la diferencia entre los conocimientos tecnológicos de una parte de la sociedad con respecto a otra -la llamada brecha digital-.
Un informe del Instituto Vasco de Consumo publicó hace unos meses un informe que no deja lugar a dudas: uno de cada cuatro ciudadanos vascos aún manifiesta manejarse poco o nada en conocimientos tecnológicos e informáticos.
Es más, ese mismo informe, aunque matiza que hay un 13,3% de expertos tecnológicos, también advierte que se contabiliza un 11,7% de "lejanos digitales" y un 25,4% de "recelosos" con la tecnología.
Como suele ser habitual en estos casos y teniendo en cuenta que, en muchos casos, a cuanta mayor edad es más difícil modificar tendencias, las miradas y las estrategias se centran en los más pequeños.
Y eso es lo que ha hecho el gobierno vasco, que ha presentado dos programas que encajan a la perfección en esta lucha contra las brechas digitales que busca revertir datos como los mencionados.
El primero de los programas es Aukerak Suspertzen, una iniciativa impulsada por el departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del gobierno vasco, a través de su Dirección de Familias e Infancia, para atender las necesidades de menores, en desventaja social y con dificultades para continuar su proceso educativo y de aprendizaje.
Su objetivo es eliminar la brecha digital, potenciando el apoyo extraescolar y la activación del tejido comunitario local.
[Una escuela de Bilbao confía en la tecnología para aumentar la eficiencia del aprendizaje]
A lo largo de 2023, según han constatado fuentes del ejecutivo vasco, Aukerak Suspertzen ha intensificado este compromiso para acabar con las desigualdades escolares atendiendo a 3.710 niñas, niños y adolescentes en situación de desventaja social.
Esta cifra representa un aumento del 31% con respecto al ejercicio anterior, en el que se registraron 2.829 menores. Asimismo, un aspecto destacado del programa ha sido el aumento de 171 (30,7%) personas voluntarias. Así se ha pasado de 556 personas en 2022 a 727 en 2023.
Este programa es una de las ocho iniciativas que se impulsaron en 2020 a través del fondo Inor Atzean Utzi Gabe, nacido para paliar los efectos de la Covid-19.
Además de enfocarse en la dotación de recursos materiales, como dispositivos y conectividad, Aukerak Suspertzen se centra en el fortalecimiento de las competencias digitales y el apoyo educativo adaptándose a las necesidades específicas de cada menor y su entorno familiar.
Para ello, el programa activa respuestas educativas desde la cooperación de personas voluntarias y profesionales, administraciones públicas y organizaciones del tercer sector social.
Lideradas por la cooperativa de iniciativa social Agintzari, el programa cuenta con 20 entidades colaboradoras que trabajan en 90 municipios de los tres territorios históricos, con el objetivo de ofrecer un apoyo educativo y tecnológico integral que favorezca el desarrollo personal y académico de los y las menores.
Nerea Melgosa, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del gobierno vasco, ha llamado a la colaboración entre entidades públicas y privadas, así como la participación ciudadana, para seguir ampliando el impacto del programa y asegurar que ningún menor se quede atrás en el proceso educativo debido a barreras tecnológicas o sociales.
Por su parte, Oscar Granado, coordinador de Aukerak Suspertzen en Agintzari, apunta que "el éxito del programa no sólo se mide por el incremento significativo en el número de menores atendidos, sino también por la profundidad del impacto que hemos logrado en sus vidas".
"Empoderar a los jóvenes"
Según explica, "buscamos empoderar a los jóvenes en desventaja social, ofreciéndoles las herramientas y habilidades necesarias para prosperar en un mundo cada vez más digitalizado".
Siguiendo con los datos de este programa basado en la atención personalizada contra la brecha digital, el 76% de los niños, niñas y adolescentes procedía de centros públicos, mientras el 24% cursaba sus estudios en centros concertados.
Además de centrarse en la atención educativa directa, se ha ampliado la dotación de recursos tecnológicos, distribuyendo 307 dispositivos y 152 tarjetas de conectividad, facilitando así el acceso a la educación en línea y apoyando el aprendizaje remoto.
Este enfoque asegura que las personas beneficiarias no solo reciban apoyo educativo sino también los recursos necesarios para participar plenamente en sus procesos de aprendizaje.
Pero este, como decíamos, no es el único programa que pelea para vencer esta batalla contra la brecha digital.
Ikaslab es un proyecto piloto -realmente formado por varios a la vez- que se desarrolla en centro públicos de infantil, primaria y secundaria y aporta a las escuelas e institutos un replanteamiento de sus espacios físicos, con el fin de crear y diseñar espacios innovadores para responder a las necesidades de un nuevo proceso de enseñanza-aprendizaje.
Innovación educativa
La innovación educativa es una tendencia al alza asumida como parte de los procesos estratégicos que deben planificar las consejerías autonómicas, que tienen las competencias en educación.
En el caso del País Vasco, este tipo de tendencias tiene a Ikaslab como uno de sus programas estrella. Propone espacios diáfanos, amplios y flexibles que fomentan la participación entre del alumnado, el trabajo en equipo, las interacciones y el debate. Están equipados con mobiliario versátil y móvil, y dotados de dispositivos digitales para el proceso de aprendizaje.
El objetivo no es sólo transformar el espacio, sino ofrecer al alumnado nuevas herramientas que se adapten a sus ritmos y a sus necesidades, hacer el proceso de aprendizaje más atractivo, fomentar su autonomía, potenciar también su espíritu emprendedor, y propiciar la participación: alumnado activo y comprometido.
El departamento de Educación puso en marcha Ikaslab durante el curso 2022-2023 como proyecto piloto, y ha iniciado un proceso de investigación con la Facultad de Educación de Bilbao de la UPV/EHU.
Se trata de investigar el impacto de estos espacios, con el fin de crear un modelo propio para el Sistema Educativo Vasco. Se prevé que, al finalizar el presente curso, se hayan establecido 23 proyectos Ikaslab en los centros públicos de Euskadi.
El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, se ha referido a este proyecto como "laboratorio de aprendizaje, un espacio creativo e innovador".
Entre los objetivos del proyecto cabe destacar la implantación de nuevas metodologías de enseñanza, reflexionar sobre la importancia de los espacios escolares y su influencia en el aprendizaje y, por supuesto, mejorar la adquisición de la competencia digital por parte tanto del profesorado como del alumnado.
Cada uno de los Ikaslab contará con cuatro zonas diferenciadas: la llamada zona Ikertu, donde el alumnado actuará de manera autónoma; la zona Sortu, un punto de creación de conocimientos; la zona Komunikatu, un espacio de presentación de los trabajos realizados; y la zona Pentsatu, un concepto más que un espacio físico pensado para conectar todos los espacios anteriores.