Su nombre es Lucas y es posible que, como en la canción de Suzanne Vega, viva en el segundo piso. O en el semisótano. O en un chalé de Galapagar… depende de las ambiciones, gustos y posibilidades de cada uno.
Lo que hace la startup 'Hola Lucas' es analizar y emparejar oferta inmobiliaria con los deseos y opciones de quienes buscan alquilar un piso con intenciones de dar luego el siguiente paso. Casi suena como si fuera una web de citas…
"Es que, si tuviéramos más inventario, lo que hubiéramos pensado hacer es un 'Tinder', que haces así y así [gestualmente], para ver cómo te gusta la casa, qué no te gusta…", exclama el CTO, Iñaki Crespo, y confiesa que el modelo Tinder sería para Hola Lucas "como la estrella polar, a la cual queremos tender".
Pero, veamos, qué es exactamente lo que hace la startup: "Alquiler con opción a compra", sintetiza el fundador y CEO Steven Aitkenhead.
La respuesta del CEO a D+I es, obviamente, algo más compleja: "Queríamos solucionar una cosa que yo viví de primera mano, y también bastantes de los socios cofundadores".
"Era un problema que teníamos nosotros y mucha gente, no solo en España, sino en muchos países y grandes ciudades: estábamos dejando mucho dinero en el alquiler y eso era lo que más nos prevenía [impedía], poder ahorrar para la entrada del tipo casa en el que estábamos viviendo".
El pasado mayo, Lucas entró en la órbita de una firma finlandesa, Kodit.io, especializada en el mercado de la vivienda como compradora y vendedora, que adquirió la startup para que siga operando con sus servicios. Al cabo de dos años y pico de funcionamiento, eso le da una nueva dimensión.
"¿Qué somos, una fintech, una proptech…? La verdad es que somos todo. Somos, no una plataforma sino un marketplace", afirma el CEO.
Aclaremos de Aitkenhead es guatemalteco y que habla de sus experiencias trabajando dos años en Nueva York y viviendo de alquiler. Y luego, en Madrid, cuando vino para trabajar en algunos proyectos con su hermano, "que también está en innovación". Ya traía una idea sobre el problema de los alquileres bastante "masticada". Eso fue a principios de 2018.
"Nos parecía un poquito absurdo que, pagando un alquiler durante dos o tres años, el banco no reconoce esto como una capacidad de pago muy fuerte", prosigue su explicación.
"Vimos una desconexión con el sistema financiero, por el coste de vivienda en las ciudades, con mucha gente que tiene solvencia para poder pagar mensualidades, pero no tiene la capacidad de ahorro".
"Y lo más importante para crear capital a largo plazo es poder tener acceso a la vivienda. Así que básicamente lo que hacemos es una situación que da acceso a crear patrimonio a futuro", asegura.
Su primera idea fue establecer un producto financiero que fuese "un préstamo puente", para facilitar la compra de la vivienda. "Se usa mucho en los países nórdicos, pero aquí, legalmente, era muy complejo y levantar capital para hacerlo está muy difícil". En pocos meses los socios le dieron "una patada a la idea" y optaron por el modelo de alquiler con opción a compra.
Un nombre cercano e internacional
"A finales de 2018 es cuando arrancamos con Lucas, cuando le pusimos nombre a la empresa", señala Aitkenhead.
Lo del nombre, por cierto, resulta un tanto indescifrable a primera vista.
Aitkenhead se ríe cuando explica que, para darle un sentido de cercanía, "necesitaba un nombre de persona. Queríamos algo que sonase internacional… Jugamos con algunos nombres, estando aún en las oficinas del Open Space del BBVA. Cuando preguntamos a la gente ¿qué tal 'Lucas'?, todos nos respondían 'hasta luego, Lucas'".
Averiguaron que era como un chiste popular, un recurso de humorista, y que el dominio 'Hola Lucas' estaba libre. Entonces lo tuvieron claro. "La empresa se llama Lucas, pero creo que ya nos bautizaron como Hola Lucas, porque el dominio es lo que ha importado en España", remacha el CEO.
"Nuestra misión es facilitar el acceso a la vivienda y a partir de ahí se derivan todas las decisiones tecnológicas", precisa el CTO. "A la hora de acercar a una persona a la vivienda hay dos grandes problemas. El primero es el acceso a financiación y el segundo, que realmente encuentre la casa que le gusta, la casa perfecta".
Por el lado tecnológico, la startup desarrolla un estudio financiero del aspirante a tener vivienda. Una calculadora que, a partir de lo que paga de alquiler, lo que puede ahorrar y las perspectivas laborales, estima cuándo podrá comprar, cuándo tendrá disponible el dinero para la entrada y cuándo podrá acceder a una hipoteca.
A veces, "hay que educar a la persona, que igual no se había planteado tener una hipoteca, que necesitará dentro de dos, tres o cinco años".
"La segunda pata es encontrar la vivienda perfecta", añade Crespo. La técnica consiste en "hacer una serie de preguntas" al usuario. "Aprender de sus preferencias y, con algoritmos de machine learning, recomendarle las casas". Y esa información también sirve para captar los inmuebles que se adapten a su demanda.
Por supuesto, mandan criterios clásicos: ubicación, precio, número de habitaciones y metros cuadrados, además de ascensor, la luminosidad, tener garaje…
Pero para identificar las viviendas, en Lucas hacen análisis del "comportamiento de los compradores. Hay unas preferencias dictadas y hay otras reveladas. Una cosa es lo que la gente dice y otra es lo que hace". Así pues, tratan de aprender de ambos aspectos y de la comparación de los perfiles de los candidatos a inquilino con otros usuarios similares.
Lucas ofrece las viviendas disponibles, como lo haría una agencia inmobiliaria, a la vez que ayuda a buscar la hipoteca más adecuada. "Hablamos con bancos, para poder entender bien nosotros a los usuarios. Darles educación financiera y facilitárselo a los mismos bancos: mira, aquí hay una persona que me parece solvente, pero que no tiene el ahorro necesario...", dice Aitkenhead.
Pero otra faceta de su negocio es comprar la casa que desea un cliente, con el objetivo de alquilársela y vendérsela al cabo de un plazo que, como media, pueden ser unos tres años. Incluso la startup puede encargarse de hacer primero las reformas necesarias en la vivienda.
Alquilar para luego comprar
De hecho, es así como se planteó su comienzo. "Nosotros contábamos con capital inmobiliario para ir comprando", recuerda el fundador. Pero necesitan levantar más capital, para seguir con ese modelo.
La finlandesa Kodit, en la que acaba de integrarse, ofrece ese tipo de negocio, alcanzar la propiedad de un piso, pagando solo un 5% de anticipo del apartamento. El futuro comprador puede habitarlo en régimen de alquiler hasta que sea capaz de hacerse cargo del 95% financiado por la compañía, para adquirirlo al precio de compra original.
"Lo que tenemos claro es que el sector inmobiliario empieza siempre desde la oferta hacia la demanda. Nosotros estamos tratando de ayudar a la demanda y construir cosas muy enfocadas a ella", puntualiza Aitknhead.
"Obviamente, con las complejidades del negocio, está bien dar el atractivo para todo el ecosistema. Pero que la facilidad y el valor agregado para todo sea a partir de los usuarios. Tenemos una demanda robusta", añade.
"A la hora de captar viviendas, o 'canteras' de viviendas, podemos hacerlo en base a nuestra demanda. La tecnología nos permite hacer una demanda más granular, ir un poquito más allá de un barrio. Las fotos de algunas zonas nos permiten entender el tipo de compradores a los que queremos ayudar y cómo ir a captar esa oferta", concluye el fundador de Lucas.