Los dispositivos de Onalabs están basados en bioingeniería sensórica, una disciplina científica y tecnológica no invasiva que convierte la piel en emisora continua de datos de calidad.
Pegados a ella -aseguran los creadores que son cómodos de llevar-, los wearables actúan como microlaboratorios capaces de traducir el lenguaje de la bioquímica a parámetros físicos, como la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y respiratoria, la saturación de oxígeno en sangre, la tensión arterial o la detección de movimientos bruscos que pueden indicar caídas del paciente.
También interpretan datos bioquímicos, ya que miden la glucosa y el lactato a través del sudor, dos indicadores fundamentales para los deportistas y los pacientes diabéticos. Toda la información que recopilan, se envía en remoto al médico de referencia del paciente para facilitarle la toma de decisiones.
Prevención de enfermedades
"Además de permitir una monitorización en tiempo real del paciente y crear alertas para los profesionales sanitarios, también facilitan la prevención y la predicción de ciertas enfermedades", explica Josep Cardona, CEO de la compañía.
Onalabs fue fundada en 2016, en Barcelona, por Elisabet del Valle y Xavi Muñoz, CCO y consejero científico, respectivamente, que suman más de 45 años de experiencia en el sector innovador y científico.
Dos de los tres dispositivos digitales en desarrollo, Chronic Patients Home Hospitalization, dirigido al seguimiento en remoto de las constantes vitales de pacientes crónicos complejos; y Sport Medicine, orientado a conocer el rendimiento y el estado físico de los deportistas a través de la monitorización del lactato en el sudor, se encuentran en validación en centros de reconocido prestigio.
El primero de ellos, en el Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona), y el dirigido a los deportistas de alto rendimiento, en el CAR de Sant Cugat del Vallès y en el INEFC. Diabetes, el tercer wearable, está todavía en fase de laboratorio.
"La tecnología que desarrollamos en Onalabs prioriza el bienestar del paciente a través de la monitorización continua de su salud", afirma Del Valle.
Por ejemplo, "ofrecer a un enfermo crónico complejo la posibilidad de que su médico pueda seguir su estado de salud remotamente, sin la necesidad de estar ingresado en un hospital, mejora sin duda su calidad de vida, los protocolos clínicos y la sostenibilidad del sistema sanitario", insiste.
Tres vías de inversión privada
En el caso de los deportistas, "los datos que se obtienen a través de los dispositivos ayudan a mejorar su rendimiento, a la vez que alertan de posibles lesiones", recalca la fundadora.
Para llevar a cabo la última fase de validación y las respectivas certificaciones, la empresa ha puesto en marcha tres diferentes vías de inversión privadas.
La intención es conseguir en poco más de dos meses 1,2 millones de euros de financiación, después de haber levantado ya hasta la fecha una cifra igual de fondos competitivos.
Onalabs Investment, vehículo de inversión que ha creado la startup, es una de las líneas abiertas con tíquets de entre 2.000 y 50.000 euros, que tiene como objetivo atraer amigos, familiares y profesionales interesados en los desarrollos actuales de la empresa y en oportunidades de negocio futuras que surjan de sus investigaciones.
Por otro lado, la compañía también busca captar inversores líderes del sector, con aportaciones a partir de 50.000 euros.
Por último, abrirá el próximo mes de septiembre una ronda de crowdfunding a través de la plataforma internacional Crowdcube, como canal para obtener financiación de manera colectiva de inversores profesionales, proveedores, clientes o pequeños inversores, a partir de aportaciones mínimas.
"La entrada de inversores líderes en este sector nos proporcionará volumen y equilibrio presupuestario para llevar a cabo la última fase de la validación clínica y certificación de los dispositivos, además de aportarnos valor añadido de calidad en el ámbito sanitario nacional e internacional", explica Del Valle.