La tecnología, capaz de resolver necesidades de forma ágil, escalable y cada vez más intuitiva, también ha revolucionado la manera en la que concebimos el entorno que nos rodea y cómo interactuamos con él, incluyendo a nuestro núcleo familiar más cercano.
Es importante asumir que las soluciones con base tecnológica son, precisamente, facilitadoras y están destinadas a economizar recursos (como el tiempo) de los que los humanos andamos faltos.
Si nos acercamos al rango de edad que comprende, especialmente, a los padres y madres millennial, somos capaces de identificar algunas herramientas surgidas de su propia experiencia. Es decir, ellos mismos dieron a luz una idea de negocio para facilitar la vida a otros progenitores porque fueron sus propios clientes.
"Vimos que no existía una herramienta para poder comunicar de forma asertiva qué cosas queríamos para nuestros bebés, evitando regalos innecesarios. Era necesario crear un sistema colaborativo para que cada persona pudiera aportar la cantidad que quisiera, dependiendo del grado de cercanía con el bebé", confiesa Carmen Hidalgo, CEO de Bebup.
Se trata de una plataforma que crea listas de nacimiento colaborativas para que padres y madres que están esperando un bebé puedan organizar los regalos e indicar a su entorno qué productos y servicios necesitan.
Nuevo marco económico y social
La revolución de la economía colaborativa había llegado para el sector financiero o inmobiliario, pero iba con retraso con respecto a las familias. Desde el contexto social actual, en el que la natalidad se encuentra en mínimos históricos y las finanzas son la segunda razón por la que los jóvenes suelen retrasar la decisión de ser padres, es razonable pensar en soluciones innovadoras, alternativas a las ya existentes que resuelvan algunas de estas dificultades.
"El esfuerzo (económico y personal) que debemos hacer las parejas jóvenes para poder tener hijos es, muchas veces, incompatible con nuestro modo de vida, en general, y con nuestro trabajo, en particular. Por eso, aplicamos nuevas tecnologías que suavizan la carga financiera de los gastos del recién nacido", concreta Hidalgo.
El "mundo desconocido" de la maternidad
Por su parte, Maria Berruezo, cofundadora de LactApp, una aplicación que proporciona consultas de lactancia o maternidad de forma personalizada y automática, pone sobre la mesa un tópico: "Convertirse en madre te cambia la vida. Somos mujeres independientes, trabajadoras, tenemos acceso a toda la información... y cuando damos el paso, podemos sentirnos como si nos hubiéramos bajado de un tren que va a toda velocidad y entrado en un mundo desconocido", confiesa.
Ella y sus socios (Alba Padró y Enric Pallarés) localizaron la necesidad de apoyo fiable por parte de una comunidad para poder disfrutar de la experiencia con el bebé y a su vez, una experta de lactancia en el bolsillo para resolver sus dudas en cualquier momento, a cualquier hora.
Todo ello contando con que no sea el propio bebé quién, en un futuro cercano, pueda revelar a sus padres el motivo por el que, circunstancialmente, llora. Es algo en lo que ya está trabajando la startup Zoundream.
Independientemente, con la vuelta a las clases (existe todo un universo de plataformas para la gestión de centros educativos, como la valenciana Schooltivity), a las actividades extraescolares y las tardes en el parque, surgen opciones que proporcionan una introducción responsable al mundo de la telefonía móvil, sin que su uso implique autonomía total para los niños y niñas.
Según datos extraídos del último estudio realizado por Xplora Technologies, la edad media en la que los ellos mismos suelen pedir su primer móvil es a los 9 años, coincidiendo con su independencia para ir solos al colegio, en algunos casos, o en autobús sin vigilancia.
Hay plataformas, como Xplora Go Play de esta compañía noruega de smartwatches, que suma a sus funcionalidades básicas la posibilidad de que los usuarios conecten todos sus dispositivos y así equilibrar el tiempo en el que los infantes pasan frente a las pantallas.
De igual forma, el X5 Play es un teléfono móvil en forma de reloj que les permite comunicarse a través de llamadas y mensajes con los contactos autorizados por sus padres, sin acceso a Internet ni redes sociales.
Son sistemas de localización GPS más precisos para que los padres puedan conocer a cada instante dónde está su hijo o hija, a través de la app parental, capaz de configurar zonas de seguridad para informar de si los pequeños las abandonan.
Incentivar la inteligencia circular
"Dispone de un modo colegio mediante el cual, durante las horas escolares, el dispositivo funciona solamente como un reloj para que los niños no se distraigan", afirma Elena Gorostiza, directora de marketing de Xplora para el sur de Europa.
Las motherfounders, como se definen las cofundadoras de POiN, han creado un sistema basado en un algoritmo que llaman inteligencia circular, en el que los padres colaboran con la plataforma mapeando la ciudad en función del bienestar de sus hijos.
Angélica Pimentel, CEO de POiN, cuenta cómo "a través de su participación, construimos una estructura de los datos obtenidos y somos capaces de decir a padres y madres de más de 64 ubicaciones dónde pueden ir en familia, según la edad de sus retoños y en qué momento exacto de su día: el parque infantil más cercano, el plan de ocio que encaja con sus preferencias, un restaurante que tenga cambiador, un espacio para jugar, un campamento de verano etc".
Además, acaban de lanzar un asistente personal en Whatsapp (ANNA). "Solo hemos traducido las particularidades de la vida con niños en una tecnología pensada por y para ellos", añade Pimentel.
Angélica señala que hay factores que se daban por hecho, como la accesibilidad, la hospitalidad o la movilidad, que se pierden (a veces) por completo al encontrarse junto a niños pequeños. "Detectamos la necesidad clara de una inclusión del niño en la ciudad que tuviera en cuenta su edad y diferentes etapas de crecimiento", comenta.
A su socia, Nazareth Rodrigañez y a ella, la experiencia profesional les ha permitido vivir en primera persona cómo el uso de nuevas herramientas digitales se han convertido en un estilo de vida.
Según un estudio elaborado a raíz del nacimiento de POiN, más de un 60% de los padres se fían más de otros padres a la hora de buscar soluciones para el día a día, que de Google (42%).
Es evidente que, en plena revolución móvil, la paternidad cuenta todavía con limitadas alternativas digitales alineadas con las diferentes necesidades que pueden surgir según la edad del niño.
Educar en competencias digitales
"Programa tu futuro". Ese es el lema del centro de formación en competencias digitales, Spacetechies.
Su equipo busca aumentar la empleabilidad desde las edades más tempranas, dotando a niños y niñas (desde los 5 años) de las habilidades necesarias para poder afrontar con éxito los retos que plantea la cuarta revolución industrial, educando en competencias digitales como la programación, la robótica, la impresión 3D, el marketing o el emprendimiento, sin olvidar la comunicación oral, el liderazgo, la creatividad y la innovación.
En definitiva, incorporan múltiples tecnologías que permiten a los niños ser más dueños de su futuro.
"Eso motiva muchísimo a los padres, ya que estamos facilitando a sus hijos un kit de herramientas tecnológicas que les van a permitir ser libres y elegir lo que quieran hacer", señala Antonio Serrano, CEO de Spacetechies, muy familiarizado (junto a su socia, Elena Gago), con el sector educativo.