Los hogares españoles pagaron el año pasado la energía a precio de oro y todo indica que, al menos en los primeros compases de este 2022, la situación no cambiará. Esta realidad está agravando las desigualdades entre los colectivos más desfavorecidos y, de nuevo, la tecnología se puede convertir en aliada para construir una sociedad más justa.
El blockchain se ha consolidado como una de las tecnologías con mayores potencialidades de la nueva economía que brota al calor de la transformación digital.
En el campo de la energía, esta tecnología brinda ya proyectos disruptivos con los que explorar nuevas vías de alivio para nuestros bolsillos ante un mercado energético que no lleva visos de enfriarse a corto plazo.
Un hackathon organizado por Fundeun, el Ayuntamiento de Alcoy y el Ivace para dar respuesta al reto lanzado por la cooperativa de energía Enercoop de Crevillente es el germen que finalmente alumbró en noviembre de 2020 a la startup LLUM, impulsada por Boris Mijares, Melquiade Pichardo y Juan Carlos Betancourt.
"Si bien no resultamos vencedores, nuestro planteamiento tuvo una muy buena acogida por parte del jurado, lo que nos impulsó a profundizar en la investigación", relata a D+I Juan Carlos Betancourt, fundador y CEO de LLum.
Bajo el paraguas de la visión social del equipo de LLUM, sus tres fundadores han logrado desarrollar una solución basada en blockchain que permite reducir la factura eléctrica de familias, pymes y entidades locales de muy fácil aplicación en el día a día.
En concreto, la startup ha desarrollado un sistema para que los propietarios de cubiertas fotovoltaicas y los miembros de comunidades energéticas controlen, gestionen y compartan la electricidad con otros consumidores, "de forma tan sencilla como hacer una transferencia bancaria o un bizum", afirma Betancourt.
Solución para los ayuntamientos
El emprendedor detalla que el objetivo de LLUM es probar y activar durante 2022 los servicios y funcionalidades de su plataforma, entre los que destacan la automatización de compra y venta de energía, la asignación de electricidad a colectivos menos favorecidos y el pago de servicios de recarga de vehículos eléctricos.
Por otra parte, los beneficios que ofrece el blockchain en la trazabilidad y descentralización de la información, facilita a la startup la creación de mercados locales de energía donde un ayuntamiento puede transformar el gasto eléctrico en una inversión.
"Imaginemos que ayuntamientos como los de Alicante o Valencia, instalan paneles fotovoltaicos en edificios municipales, por ejemplo, un mercado de abastos. Utilizando la energía generada a partir del sol y LLUM pueden ir más allá de reducir la factura del ayuntamiento", indica el CEO.
"Ahora pueden traspasar electricidad, tanto a comercios como a los vecinos en zonas cercanas. Los servicios sociales del ayuntamiento tendrán capacidad de asignar subvenciones de la electricidad de forma segura, fiscalizable y transparente usando LLUM", relata al respecto.
El sencillo manejo de la herramienta es uno de los puntos fuertes del proyecto disruptivo. El usuario solo tiene que decidir a quién ceden la energía, cuánto y cuándo quieren traspasarla.
Este proceso se puede realizar bien desde el ordenador o el móvil mediante su aplicación web, incluso se puede realizar un traspaso con un sms, "pensando en disminuir la brecha digital y sin necesidad de descargas, ni comprometer privacidad o seguridad".
Proyecto con el Ayuntamiento de Alicante
La complejidad es asumida por el equipo de desarrollo de LLUM, para que los clientes de autoconsumos, proveedores de servicios energéticos y entidades locales tengan suma facilidad en integrar su tecnología con sus sistemas de gestión de electricidad.
Tras la positiva valoración de la propuesta de Llum en el reto lanzado por Enercoop, la startup ha sido una de las iniciativas participantes en el programa de aceleración de proyectos de triple impacto Llamp 3i, impulsado por la Dirección General de Emprendimiento y Cooperativismo de la Conselleria de Economía y en el que han colaborado una decena de entidades del ecosistema emprendedor, entre ellas, la aceleradora de Las Naves, Col·lab.
"A raíz de la relación con Impulsa Alicante en el programa Llamp 3i, hemos podido ofrecer nuestra propuesta al Ayuntamiento de Alicante, para sacar provecho del plan de autosuficiencia energética en 63 edificios municipales de la ciudad, mediante una Compra Pública de Innovación", destaca el ejecutivo.
El equipo presentó su proyecto a la quinta edición de los programas de aceleración de Col·lab, en la que se integró el pasado noviembre.
"Es de destacar la gran acogida, la organización y el esfuerzo que ponen en ayudar, tanto el equipo gestor de Col·lab, como las personas mentoras y el resto de los participantes del programa, más allá de los intereses particulares de cada proyecto y empresa. Esto nos anima a mejorar cada día", asevera Betancourt.
Missions València 2030
El centro de innovación Las Naves y la Delegación de Innovación y Conocimiento del Ayuntamiento de València son los responsables de Missions València 2030, un modelo de gobernanza de la innovación basado en misiones que mejoran la vida de las personas. La primera misión, València Ciudad Neutra, se ha lanzado con el objetivo de convertir a València en una ciudad climáticamente neutra y formar parte de las 100 ciudades que la Comisión Europea va a seleccionar dentro de la misión “ciudades inteligentes y climáticamente neutras”.