El talento es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la nueva economía digital. Los perfiles más especializados son difíciles de encontrar y retener, y el déficit de esta mano de obra altamente cualificada pone contra las cuerdas la transformación digital de miles de compañías.
La startup OpenBootcamp echó a andar hace diez meses con el objetivo de convertirse en la primera escuela de formación tecnológica para desarrolladores gratuita en España. Su modelo de negocio brinda cursos especializados que sufragan después las empresas que contratan a sus alumnos.
La progresión de su demanda de servicios ha sido exponencial. Tanto, como la necesidad de las empresas de captar a ese talento especializado. Si durante el primer mes se registraron 200 alumnos, los últimos parámetros revelan que cada día 600 personas se inscriben en su plataforma. Ya son más de 47.000 personas en su comunidad de aprendizaje online.
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Con esta cifra, la firma se consolida como la mayor comunidad educativa de desarrolladores en España, con el objetivo de dar respuesta a los requerimientos de las corporaciones que reclaman altos números de desarrolladores, dada la actual escasez de talento tecnológico.
Además, sus previsiones para este año prevén superar los 100.000 alumnos registrados en formación continua, reto que se espera cubrir para finales de 2022.
"El boom se ha producido a partir de marzo. Tenemos 600 nuevos inscritos al día y los perfiles son muy diversos. Desde jóvenes que han terminado la carrera, el máster y necesitan experiencia, a profesionales de 50 años que quieren reciclarse, o personas de unos 40 que apuestan por el teletrabajo y necesitan adquirir ciertos conocimientos de los que carecen".
Habla Álex Torrentí, CEO y cofundador de OpenBootcamp, quien pone sobre la mesa el debate de la competencia global por este tipo de trabajadores.
"Queremos ayudar a las compañías a llenar esos huecos que están dejando los profesionales que son captados por corporaciones de Estados Unidos. Es un talento muy demandado, y aquí en España las empresas no siempre pueden competir con aquellos salarios", explica a D+I.
Liberalizar la formación de alto nivel
La compañía fue puesta en marcha en agosto del año pasado por Álex Torrentí, Alejandra Hervás y Jesús Ortega -tres emprendedores con una dilatada experiencia en el sector financiero, de la gestión de la información, formación y programación-, con el objetivo de revolucionar este modelo de formación especializada.
Su propuesta es un triple win-to-win. Primero, porque el alumno se forma durante dos o tres meses de forma totalmente gratuita. Una vez acabada su formación, una empresa facilitada por la plataforma será quien lo contrate y, en este caso, asuma el coste de su aprendizaje, o bien el alumno puede buscar por su cuenta el empleo que considere más adecuado, lo que también es considerado un segundo un win-to-win.
"En este caso, no cobraríamos nada, porque la formación es gratuita. Tenemos un claro fin social. Queremos liberalizar la especialización formativa de alto nivel con el claro objetivo de facilitar el acceso al aprendizaje de las últimas habilidades digitales al alcance de cualquiera que lo desee", puntualiza al respecto el CEO.
Por último, el tercer win-to-win hace referencia a las personas que consideran que la programación puede ser una vía útil para su crecimiento personal "pero no quieren o no pueden invertir 5.000 euros en ello".
"Te registras, te formas durante un tiempo y, si la programación finalmente te das cuenta de que no es para ti, ya habrás ganado algo. Al menos te has dado cuenta de que no tienes que ir por esa vía", especifica el CEO.
La startup cuenta con ocho especializaciones, englobadas en el desarrollo web y de aplicaciones, y alrededor de 50 cursos. El próximo año y desde mediados de 2024 se prevé pasar de estas ocho especializaciones a 23. En total, unos 200 cursos.
"Si alguien encuentra trabajo y durante estos dos próximos años se quiere especializar en videojuegos, blockchain, data science, machine learning..., lo puede hacer a través de nuestra plataforma".
"Aquí el salto salarial puede ser de estar cobrando 25.000 euros al año a 60.000 euros. Es nuestro objetivo. Dar formación aún más especializada para que las personas puedan encontrar trabajos mejores y satisfacer, al mismo tiempo, una demanda real de determinados perfiles que existe en el mercado", asevera Torrentí.
Formación continua
Por último, cabe destacar que la formación del alumno no concluye cuando encuentra un empleo. De hecho, la estrategia de OpenBootCamp es fomentar la formación continua de su comunidad.
"Queremos facilitar el acceso a una formación continua, para que puedan elevar sus capacidades profesionales cuando lo requieran y adquirir así esos nuevos conocimientos tecnológicos que su empresa pueda necesitar", concluye Torrentí.