Se levantó de la cama precipitadamente. Eran las tres de la mañana y aquella ensoñación no le iba a dejar conciliar de nuevo el sueño. Cómo hacerlo, el proyecto que acababa de imaginar daba sentido a una prolífica -y temprana- trayectoria como emprendedor.
Tardó dos semanas en salir de su cueva tratando de encontrar la base científica y tecnológica de aquella idea que podría sanar las ciudades y, para cuando lo hizo, se encontró con la cara atónita -junto a alguna que otra sonrisa desconfiada- de dos de sus mejores colegas de la universidad.
"He encontrado cómo obtener energía de la naturaleza", les espetó. Unos minutos depués, una columna de folios golpeó la mesa y desterró cualquier duda a sus amigos. La cosa iba en serio.
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El 'peso' de la evidencia les hizo comprender que Pablo lo había conseguido. Una vez más. Había puesto en marcha casi sin saberlo un nuevo proyecto emprendedor, aunque esta vez -aún lo desconocían- cambiaría sus vidas, y quizás, quién sabe, las de millones de personas.
Bien podría ser el inicio de un relato de ficción pero nada más lejos de la realidad. La escena que acabamos de describir ocurrió allá por 2014 en la génesis de Bioo, la empresa española que aspira a llevar su simbiosis entre naturaleza y tecnología a todo el mundo para iniciar una verdadera revolución biotecnológica que "sane" ciudades.
Su fundador y CEO es Pablo Vidarte un precoz emprendedor que ya desde niño ponía en marcha todo tipo de proyectos. Música, fotografía, cortometrajes, programación... nada escapaba a su voraz necesidad por explorar. De hecho, con solo 16 años comenzó a trabajar con motores de combustión externa y llegó a mejorar un sistema para la NASA en 2002.
Con tal palmarés en sus primeros años de vida es más fácil entender aquella idea que le sobresaltó en plena madrugada en 2014 y que hoy en día ha dado lugar a una biotecnológica que ya lleva sus proyectos por medio mundo y que está iniciando una revolución sobre el concepto que actualmente tenemos de ciudad.
Aliada, no rival, de las renovables
Porque Bioo no llega para sustituir a las energías renovables que están pisando el acelerador con la transición energética y la crisis climática como telón de fondo. Bioo apuesta por volver a dar paso a la naturaleza en la conformación urbanística de las ciudades.
Pero ¿cómo consiguen sus baterías biológicas obtener energía de la naturaleza? El mecanismo es alimentado por un consorcio de microorganismos que viven en su medio natural.
La materia orgánica del suelo y los fertilizantes es arrastrada por el riego y el agua de lluvia dentro de la batería. Allí, los microorganismos descomponen las moléculas orgánicas liberando electrones, generando así una corriente eléctrica recogida por la batería.
Sus clientes son gobiernos, ayuntamientos, empresas privadas y arquitectos y prescriptores que están incorporando la biotecnología de Bioo en sus proyectos.
También cuenta con una línea de negocio dedicada a los interruptores biológicos que permiten aplicar domótica gracias a su tecnología.
Al entrar en contacto, las plantas vivas perciben cambios de frecuencia que se convierten en un voltaje que se transmite a través de sus cuerpos conductores y el suelo, explican desde Bioo
Sus dispositivos se colocan debajo del suelo, lo que captura esta señal y la convierte en un interruptor para activar cualquier sistema alimentado externamente.
Pero Bioo ha querido ir más allá y el parón de la actividad en la ciudades que impuso la covid le sirvió para avanzar una de sus nuevas líneas de producto que hace referencia a la agricultura.
Línea 'agrotech', el próximo reto
La biotecnológica está explorando nuevas aplicaciones de su tecnología en el sector 'agrotech' donde afronta el reto de reducir el uso mayoritario (90%) de baterías químicas en la sensorización de la agricultura actual.
"El impacto de la covid fue bastante negativo, se cerraron las ciudades, y este tipo de tecnologías pasan a no ser prioridad. Pero tras el confinamiento y las restricciones, la gente necesita naturaleza, y es un cambio que lo estamos percibiendo, que ya existía antes de la pandemia, pero que ahora se acentúa mucho más", explica a D+I Pablo Vidarte.
"El verdadero objetivo de Bioo no es sólo transformar las ciudades, sino transformar el mundo actual en un mundo biotecnológico, y de ahí que estemos preparando esa línea agrícola en paralelo".
La biotecnológica comenzó a trabajar con Bayer Crop Science, la división agrícola de Bayer -con 50 millones de hectáreas agrícolas- que ya incorpora en sus campos la tecnología de Bioo, en concreto, en 200 hectáreas, donde se está testando sus sensores 100% biológicos que eliminan las baterías químicas del campo.
"Ya tenemos validado el producto y han calculado que, de aplicar esta tecnología, ahorrarían 1,5 billones, con b, de euros al año", asegura el CEO.
Estas líneas de Bioo ya han materializado proyectos por todo el mundo que destacan por su espíritu disruptivo y revolucionario de la mano de la biotecnología. Así, destacan, entre muchos otras iniciativas su participación en Eden Project, una instalación en Reino Unido dirigida a recrear una biosfera única aislada en junglas dentro de cúpulas de cristal.
Bioo se ha encargó de hacer una instalación con sus sistemas para la activación de luces, pantallas y sonidos que se estrenó en el festival de las Eden Sessions, donde acudieron artistas como Noel Galager o Diana Ross.
Su biotecnología también está creando la primera biblioteca vida del mundo, un proyecto desarrollado en Silicon Valley que se quiere trasladar a otras ciudades. "Queremos crear el primer monumento evolutivo del mundo", precisa Vidarte.
Plantas de almacenan mensajes de voz
"Se trata de un espacio donde las plantas almacenan mensajes de voz, y cuando se tocan, se reproducen en un susurro. Las enseñanzas de las personas que dejaron una huella en nuestra sociedad nunca serán olvidadas mientras no nos olvidemos de la naturaleza".
Y es que sus propuestas se han convertido ya en parte de nuestro día a día con proyectos que permiten recargar el teléfono móvil, enchufado a la naturaleza, con un sistema híbrido que ya existe, por ejemplo, en las oficinas centrales de Sanitas.
"La próxima revolución de la humanidad será la biotecnológica", asegura el CEO de Bioo y esta empresa española pisa el acelerador para situarse a la vanguardia del cambio con unas propuestas que son continuamente probadas en su Centro de Biotecnología ubicado en Ibiza, único en el mundo.
"Nuestra misión es sanar el mundo. Y qué mejor que hacerlo por los edificios que crean nuestra sociedad. La pregunta es ¿quieres ser parte de ello?", concluye el fundador.