Que la tecnología per se no tiene ningún valor, es algo aceptado e irrebatible en esta nueva era digital y tecnológica. Es, precisamente, cuando se pone a las personas en el centro del relato, cuando las propuestas emprendedoras más disruptoras alcanzan su máxima razón de ser.
Si a ello se añaden algunos elementos más nada desdeñables como la lucha contra la despoblación, la sostenibilidad y la generación de un nuevo modelo económico que preserve la riqueza patrimonial de nuestros pueblos, el asunto puede incluso rayar la cuadratura del círculo.
Es lo que de alguna manera persigue Protiberia, una biotecnológica que surgida al calor de un municipio de poco más de 4.000 habitantes de Albacete se está labrando un hueco en la economía circular de nuestro país que, además, pone la investigación y la tecnología al servicio de los municipios rurales que, muy a su pesar, han ido engrosando la lista de la España vaciada.
La historia detrás de esta propuesta disruptora arranca en 2022 en Villamalea y prende con la chispa emprendedora de cuatro socios determinados a dar una segunda vida a una nave en desuso destinada al cultivo de champiñones.
"Con un compromiso fundamental con la sostenibilidad, nos embarcamos en un proyecto que no solo busca el éxito económico, sino que también está arraigado en la responsabilidad ambiental. Queremos marcar la diferencia no solo en la cría de insectos, sino también en la preservación y mejora de nuestro entorno", argumenta a D+I Ana González, CEO y cofundadora de Protiberia.
Los cofundadores tienen perfiles profesionales diferentes -Ana es Licenciada en ADE; Pedro Munarriz atesora una amplia formación y experiencia en comercio internacional; José González es Doctor en Ciencias y Ana María Motilla tiene amplia experiencia como técnico agroalimentario), y comparten los mismos valores.
Además, se trata de una empresa liderada por mujeres, con un importante componente de investigación y desarrollo tecnológico, lo que imprime un salto cualitativo a su disrupción.
Desde sus inicios, Protiberia ha mantenido un enfoque firme en la investigación de las propiedades y aplicaciones de los productos derivados del Tenebrio molitor, también conocido como gusano de la harina, de gran interés para la industria agroalimentaria y la cosmética por sus cualidades y propiedades.
El equipo multidisciplinario de investigadores de Protiberia, compuesto por biólogos, ingenieros y tecnólogos alimentarios, trabaja en estrecha colaboración con centros de investigación, instituciones tecnológicas y empresas del sector para llevar a cabo procesos productivos innovadores y maquinaria de última tecnología para escalar la producción de manera eficiente y sostenible.
"Nuestro equipo multidisciplinar mantiene estrecha relación con centros de investigación, instituciones tecnológicas y empresas del sector"
Pero lo que más satisface al equipo fundador es la acogida de todo el pueblo a su propuesta para transformar aquello que ya no generaba riqueza en una fuente de oportunidades para la zona que ya está creando nuevos puestos de trabajo y que lleva visos de extenderse a otros municipios.
"Cuando comenzamos con la tramitación del proyecto, los permisos y todo el papeleo para convertir aquella nave en desuso de champiñones en una planta para la reproducción del Tenebrio molitor, el Ayuntamiento no tenía ni idea de qué necesitábamos. Pero tanto ellos, como todo el pueblo en general, se han volcado con nosotros", reconoce con orgullo Ana González.
Una red de 30 granjas
Los diez puestos de trabajo que ya se han creado -perfiles cualificados, jóvenes y llegados desde fuera de la población- y la preservación del entorno que genera esta actividad han servido para que, no sólo Villamalea se haya convencido del valor añadido de Protiberia para su economía local, sino que otros municipios ya estén demandando emular su círculo virtuoso alrededor del gusano de la harina.
Su proyecto goza de un enfoque diferente al resto de empresas del sector, ya que trabaja con un modelo de producción descentralizada, los que se conoce por especialización por procesos.
Protiberia se ha especializado en el proceso reproductivo del insecto. "Obtenemos huevos y neonatos de Tenebrio molitor que enviamos a otras granjas, que solo tienen que engordar las larvas. De esta forma, incrementan su productividad y disminuyen los riesgos, porque la fase reproductiva es la más costosa y complicada de llevar a cabo en una granja de cría de insectos".
El proceso de reproducción del Tenebrio molitor, como cualquier proceso biológico, presenta desafíos y complejidades que requieren de inversiones en tecnología e investigación: control exhaustivo de variables ambientales, investigación en genética y fisiología del gusano, conocer y aplicar bien estos conceptos es esencial para comprender y optimizar su ciclo reproductivo.
Máquina de procesado de larvas: el reto
En esta línea, la implementación de sistemas de monitoreo y automatización con tecnología avanzada facilita la supervisión en tiempo real de variables críticas, como la oviposición y la eclosión de huevos. También en importante la investigación genética para seleccionar las cepas con mayor calidad.
En la actualidad el equipo multidisciplinar de Protiberia está inmerso en varios proyectos de investigación para seguir mejorando el proceso de reproducción. "Estamos invirtiendo en el desarrollo de la maquinaria y tecnología propia para escalar la producción de neonatos".
"Los productos que obtenemos son harinas y lípidos de alto valor proteico, muy demandados por la industria agroalimentaria, tanto para alimentación animal como para consumo humano"
"Estamos llevando a cabo la formación de nuevos emprendedores que quieren trabajar en red con Protiberia para el engorde de larvas. Los productos que obtenemos son harinas y lípidos de alto valor proteico que son demandados por la industria agroalimentaria, tanto para alimentación animal como para consumo humano. También se obtiene un potente biofertilizante para el campo y quitina que se usa tanto en farma como en cosmética", indica la CEO de la biotecnológica.
Su estrategia para los próximos tres años pasar por consolidar una red de granjas que le permita alcanzar una producción total de 12.000 toneladas de larva anuales.
"Ahora estamos en búsqueda de financiación pública y privada para invertir en la máquina de procesado de larvas para obtener las harinas y lípidos en el formato que nos demanda la industria agroalimentaria".
Pese a su corta trayectoria en el sector del emprendimiento, Protiberia ya ha cosechado reconocimientos y premios como el primer premio Gira Mujeres de Cola-Cola 2022; el premio Emprende a la mejor empresa foodtech por el Ayuntamiento de Madrid en 2023; primer premio Agrifood de los Premios Expansión 2023, y ha sido una de las diez empresas del sector agro seleccionadas por el programa EWA del EIT Food en 2023. "Tuvimos el honor de ser invitadas a Summit en Lituania en representación de España en este programa a nivel europeo", matiza González.
En cualquier caso, la mayor satisfacción la percibe el equipo de Protiberia a diario. Con el feedback que reciben de su pueblo y sus vecinos, y con la vuelta de la esperanza y la generación de oportunidades a la localidad. Nada describe mejor la finalidad última de la investigación y la tecnología.