Los accidentes laborales provocan en España dos muertes cada día. En total, en 2023 fallecieron 721 trabajadores, según datos provisionales del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Aunque los decesos por esta causa siguen siendo demasiado elevados, la buena noticia es que descendieron en un 12,7% respecto a 2022.
Para reducir al máximo la siniestralidad, las empresas han de seguir una estricta normativa en prevención de riesgos laborales que depende del sector de actividad. En el caso de la industria, es uno de los más exigentes y, aun así, se han contabilizado 96 accidentes mortales.
Tras conocer el problema, Manu Marín, fundador de Livall, startup que diseña y fabrica cascos “inteligentes” para motoristas, decidió dar una vuelta a esta idea y desarrollar un sistema que ayudara a salvar vidas en el trabajo y no sólo sobre el asfalto.
Así fue como nació HaloTech Ai, según cuenta el propio Marín a D+I – EL ESPAÑOL durante una llamada telefónica mientras asiste a Sicur, el Salón Internacional de la Seguridad que se celebra cada dos años en Madrid.
Allí acudió para mostrar su propuesta, que define como “una plataforma de inteligencia artificial para el gobierno del dato en torno a la seguridad preventiva del operario y las condiciones de trabajo”.
Redefiniendo la seguridad laboral
El objetivo de este nuevo desarrollo es “redefinir lo que significa estar seguro en el trabajo” con la detección temprana de patrones peligrosos, la predicción de incidentes y el análisis del comportamiento del trabajador. Para ello, esta plataforma hace uso de algoritmos de aprendizaje automático para generar informes en tiempo real y mapas de calor. “Respetamos en todo momento la privacidad de los trabajadores, identificándolos sólo cuando hay una situación de emergencia o alguien está inconsciente”, apunta Marín.
La forma de recopilar esa información es a través de un dispositivo que se coloca sobre la cabeza y para la que han desarrollado tres modalidades para diferentes industrias, Halo 1, Halo 2 y Halo 3. “Hay tres modelos distintos de dispositivo porque la normativa para cada industria varía”, aclara el fundador. Ya cuentan con un acuerdo estratégico con Telefónica Tech que conecta estos dispositivos.
Todos ellos tienen en común un botón SOS que puede pulsarse en el caso de que el empleado quiera ser atendido ante cualquier molestia y recogen datos sobre la temperatura ambiente, la corporal, la calidad del aire o el nivel de decibelios. “Halo 1 es un casco muy similar al de una bicicleta, con una luz trasera incorporada, y destinado a los operarios de recogida de basuras”, describe Marín, quien confirma que ya está validado tras haber pasado las pruebas con compañías como Acciona, FCC o Sacyr.
El segundo de los modelos es una diadema que se acopla a los cascos que cumplen con la normativa de la industria minera. “Se engancha a un casco normal y lo convierte en inteligente”, asegura Marín. Confirma a este medio que los primeros pilotos comenzarán en Chile durante el mes de junio con la compañía minera BHP y los llevarán a cabo a 1.500 metros de profundidad.
Ondas cerebrales para prevenir accidentes
No será hasta el último trimestre del año cuando esperan realizar los primeros pilotos con el modelo más “controvertido” de todos, según palabras del propio Marín. “Es un dispositivo que mide ondas cerebrales, de manera que es capaz de detectar fatiga o cansancio, que son los motivos del 90% de los accidentes laborales”.
Para conseguirlo, están trabajando en el ámbito de la neurotecnología, en la que ya se están consiguiendo importantes avances para la detección y cura de enfermedades; y donde Elon Musk, con su startup, Neurolink ya ha logrado que un paciente con un chip insertado en el cerebro fuera capaz de mover el cursor del ratón con sus pensamientos.
“Todavía estamos desarrollando el algoritmo que traslada esas ondas cerebrales a unos datos que permiten detectar fatiga o incluso derrames cerebrales”. Ya están en conversación con varias instituciones científicas, entre ellas el CSIC, para sacarlo adelante, y a su equipo de 26 personas han incorporado dos neurólogos, expertos en ciencia de datos y en inteligencia artificial.
Estos cacos no sólo se convierten en un escudo protector, con ellos esta startup quiere cambiar la narrativa de a seguridad laboral en la industria, permitiendo tomar decisiones que mejoren las prácticas en esta materia y minimizar los riesgos.