El cambio climático constituye uno de los mayores desafíos que afronta la sociedad actual donde la tecnología va a desarrollar un papel crucial en los próximos años para adaptar nuestro modelo económico a los nuevos parámetros de sostenibilidad y eficiencia.
A partir de ahora, el riesgo del clima, es decir, el peligro a los peligros naturales, va a ir paulatinamente convirtiéndose en una variable más a tener en cuenta por parte del mundo corporativo, lo que ayudará a las compañías de seguros, bienes raíces, energía y entidades financieras a comprender y abordar las incertidumbres del cambio climático.
En este escenario una compañía española con sede en Barcelona acaba de dar un salto cualitativo a su proyecto y está llamada a ser uno de los nombres propios de esta puntera tecnología de medición del riesgo climático en el mundo.
Se trata de Mitiga Solutions, empresa que acaba de cerrar una ronda serie A de 13,5 millones de euros liderada por Kibo Ventures junto con Microsoft Climate Innovation Fund, Nationwide Ventures, Faber Ventures y CREAS Impacto.
No es fácil en este contexto macroeconómico lograr una serie A, y menos, de la mano de inversores nacionales e internacionales. D+I conversa con Alejandro Martí, CEO y cofundador de Mitiga, en un momento clave para la compañía. El respaldo financiero es el espaldarazo necesario para culminar el desarrollo del primer índice de riesgo climático en el mundo de alta resolución, a escala global y basado en ciencia.
España se sitúa, de la mano de la firma barcelonesa, en la vanguardia mundial de esta tecnología que en solo unos años traerá al día a día de empresas y ciudadanos de todo el mundo la medición de esta variable.
Lograr esta financiación en un momento como el actual no es sencillo. ¿Cómo se ha gestado la ronda y cuál ha sido la intrahistoria de este impulso para Mitiga Solutions?
Efectivamente, se han dado varios condicionantes han hecho que esta ronda sea especial. Primero, la situación macroeconómica con las incertidumbres que se mantienen este año y, segundo, que se trata de la primera inversión de Microsoft en España.
Tenía mucho claro -he vivido catorce años fuera, mayoritariamente en EEUU- que uno de los mayores problemas que tenemos en España es cómo levantamos ronda: primero por el tamaño y después, con quien lo hacemos.
Fagocitamos mucho, tendemos a levantar rondas muy nacionales... Al final no se trata de un tema de la valoración, sino de la mentalidad. Los fondos españoles te empujan hasta ciertas cosas y los americanos, hacia otras. Tu horizonte está mucho más allá cuando miras fuera. Esto yo lo tenía muy claro.
Por una parte, quería traer esta mentalidad ya no sólo de EEUU, sino anglosajona en general, de qué es la definición de éxito: no es un 3x, sino un 10x. Aunque en España te dicen que quieren un 10x, con un 3x puedes funcionar... En el fondo, para llegar a ese 10x necesitas financiación y la mentalidad para llegar ahí.
En España tenemos un problema con las rondas: por el tamaño y con quién las levantamos. Tu horizonte está más allá cuando miras fuera; y eso lo teníamos muy claro
Y, por otra parte, al hablar con los fondos americanos, la primera pregunta que me hacían era cuándo me iba para allí. Tenía también muy claro que este proyecto nació de Barcelona, que sigue en Barcelona y por qué no podemos desde España, desde Barcelona, crear un unicornio tecnológico que no sea un Glovo, un ecommerce...
Podemos crear una deep tech desde Europa, manteniendo las raíces y atrayendo capital de fuera.
La ronda acabó respondiendo, por tanto, a estos planteamientos que defendéis desde Mitiga.
Así es. Por eso queríamos una ronda compuesta con los dos extremos: la visión de quemar dinero que te puede dar un fondo americano (Microsoft Climate Innovation Fund), luego la visión de la industria aseguradora por la validación que te ofrecen (Nationwide Ventures).
También necesitábamos un fondo de impacto (CREAS Impacto) y ejerciendo de 'pegamento' de todo esto, un fondo financiero respetado, local porque queríamos demostrar que desde España se podía hacer esto y ahí encajamos a la perfección con Kibo Ventures desde el día uno.
Sabíamos que al final queríamos un híbrido entre la confianza que te da un fondo nacional y el push que te da un internacional. En este sentido Kibo, siendo uno de los fondos más grandes de España y seguramente el más internacionalizado y laureado, era la mejor elección.
Nos llevaban siguiendo desde que salimos del centro nacional de Supercomputación y nos dieron la confianza de tener a un partner cercano, pero de magnitud internacional para liderar esta ronda. Ha sido una gran decisión trabajar con ellos. En poco tiempo hemos podido ver el valor añadido que te pueden traer.
Y, luego Faber Ventures que ya había entrado con la convertible, que es quien nos dio ese empuje que necesitas para ir a la serie A sin la necesidad de la serie A... porque cuando vas necesitado de dinero es cuando sufres un poco más.
Estuvimos seis o siete meses con las conversaciones; nos reunimos con más de 140 fondos, el típico proceso hasta que acabas seleccionando a quién te va a acompañar finalmente en la ronda.
Cubiertas ya la vertiente financiera, ¿cuál es el salto que está preparando en el terreno tecnológico Mitiga Solutions en cuanto a predicción de riesgos climáticos?
Por una parte queremos consolidar lo que hasta ahora hemos llevado al mercado, es decir, la parte de modelación contra catástrofes naturales. Pero el nuevo objetivo de Mitiga es llevar todas estas simulaciones y modelación que hemos hecho al uso del cambio climático.
Estamos desarrollando el primer índice de riesgo de clima global, de alta resolución, basado en ciencia.
Esto no es otra cosa que mirar el riesgo que puede tener una propiedad en contra de los distintos eventos naturales pero en una escala climática. Hasta ahora mirábamos cuál es el riesgo hoy y el próximo año para que una aseguradora, por ejemplo, te pueda fijar una prima de riesgo.
La llegada y el impacto del cambio climático hace que el año que viene sea muy diferente a los dos años siguientes, y a los dos posteriores. Y es algo que no vamos a poder cambiar porque, desgraciadamente, el efecto del cambio climático está ya aquí para los diez próximos años, mínimo.
La llegada y el impacto del cambio climático nos lleva a mirar este riesgo a más largo plazo en una escala climática
Mitiga ahora cambia la visión de este concepto y empieza a mirar cuál es el riesgo en un periodo un poco más largo.
¿Y por qué precisamente ahora se ha decidido Mitiga a dar este salto?
Hice mi doctorado en cambio climático en 2011, trabajé en la Agencia Climática del Gobierno de EEUU desde el 2003 al 2011 y es ahora, en 2023, que veo por primera vez que la ciencia, la tecnología, la industria y el sector asegurador están a la par sobre qué es el cambio climático y sobre lo que tenemos que hacer.
El porqué es la regulación que está saliendo ahora sobre el cambio climático por todo el mundo. Las empresas tienen que empezar a cuantificar el riesgo físico y climático. Va a ser necesario para acceder a financiación por parte de los bancos...
La regulación empuja una necesidad, el sector industrial está expectante y finalmente la ciencia y la tecnología permiten, por fin, hacerlo con una solución.
Mitiga está centrando todos sus esfuerzos en coger todos aquellos modelos de alta precisión que habíamos creado para, a partir de ahí, crear un índice climático que ayude a tomar decisiones: a un banco, a una aseguradora, al sector Real State, etc.
¿Debe ir preparándose el ciudadano de a pie y el mundo corporativo para convivir con este nuevo índice climático en los próximos años?
Por supuesto. Será tan común como el certificado de eficiencia energética de las casas en la actualidad. Antes no sabíamos muy bien qué era, y ahora todo el mundo sabe si tiene una D o una B o una A.
A partir de ahora las industrias tendrán un riesgo climático asociado a sus 'assets', y la gente hablará en estos términos. Será una 'commodity' en B2C; clave para hipotecas o primas de seguros
Las industrias tendrán un riesgo climático asociado a sus assets, y la gente también hablará en estos términos porque sabrá que las cosas le cuestan más o menos en función de este riesgo climático.
Y al final y al cabo se convertirá en una commodity a nivel de B2B: la gente querrá tener esta información porque podrá negociar mejor o peor hipotecas, primas de seguros, etc.
Con este nuevo índice, ¿dónde se sitúa Mitiga Solutions en este sector a nivel mundial?
Hay muchas empresas que están trabajando en este campo para crear este tipo de productos, pero esto no es algo que contratas a diez científicos y lo consigues mañana.
Nosotros llevamos muchos años construyendo estos modelos, el sector académico y de investigación lo ha validado. Tenemos más de 300 publicaciones científicas.
Hemos invertido millones de euros en I+D, hace falta mucho tiempo y dinero si otras empresas quieren desarrollar estos productos a este nivel.