Ellos son contratados para puestos más “lucrativos y superiores”.

Ellos son contratados para puestos más “lucrativos y superiores”.

Innovadores

Solo un 22% de los expertos en inteligencia artificial son mujeres

Un estudio del Foro Económico Mundial y LinkedIn demuestra que es menos probable que alcancen puestos directivos en estas áreas

28 diciembre, 2018 07:00

202 años. Este es el tiempo que tiene que pasar para que las mujeres cobren igual que los hombres. Así lo revela The Global Gender Gap del Foro Económico Mundial, que incide en la desigualdad de la Industria 4.0. Un dato: sólo un 22% de los profesionales de inteligencia artificial son mujeres. No acaba aquí. El estudio demuestra que es menos probable que alcancen puestos directivos en estas áreas.

En este sector esta brecha de género es tres veces mayor que en otros sectores de la industria. Según un análisis realizado en colaboración con LinkedIn, las mujeres con habilidades en inteligencia artificial son más propensas a ser contratadas como analistas de datos, investigadoras, gestoras de información y profesoras, mientras que los hombres tienen más probabilidades de ser empleados como ingenieros de software, jefes de ingeniería, jefes de TI y jefes ejecutivos, es decir en puestos más “lucrativos y superiores”.

Ante estos datos, desde el Foro Económico Mundial inciden en la “necesidad de medidas proactivas” para evitar que se profundice la brecha de género en otras industrias donde las habilidades de la inteligencia artificial son cada vez más demandadas.

Las nuevas formas de información pueden ayudar a los políticos, a los empresarios y a las instituciones educativas a comprender y prepararse para los cambios tecnológicos que están transformando la economía mundial”, apunta Allen Blue, cofundador y vicepresidente de Estrategia de Producto de LinkedIn.

En este sentido, puntualiza que uno de los primeros pasos es “arrojar luz” sobre las brechas de género que se están produciendo en sectores emergentes, como los relacionados con la inteligencia artificial. El siguiente paso, subraya, será “crear políticas y prácticas que puedan cerrar esas brechas y crear nuevos caminos”.