La OCDE define la biotecnología como la aplicación de principios de la ciencia y la ingeniería para tratamientos de materiales orgánicos e inorgánicos por sistemas biológicos para producir bienes y servicios. Según estimaciones de Grand View Research el mercado potencial de la biotecnología podría alcanzar los 727.000 millones de dólares para el 2025.
Los innovadores desarrollarán productos, servicios y modelos de negocio alrededor de desafíos de alto impacto como el envejecimiento de las poblaciones y el interés en reducir o detener el proceso de envejecimiento, la capacidad de construir partes humanas para reemplazar los órganos y tejidos defectuosos o editar enfermedades de nuestros genomas.
En un artículo del 2017 de Arvind Gupta para Indie Bio se explica que la biotecnología no es solo un subconjunto de la industria farmacéutica, sino una disrupción que afectará a todas las industrias de producción del mundo. La biotecnología impactará en los materiales de construcción, en los combustibles, en los productos químicos y plásticos, en la alimentación, en la agricultura, en el tratamiento del agua y la ingeniería atmosférica.
La biotecnología será tan crítica para la fabricación que tendrá un impacto en la banca y la consultoría, quienes deberán contratar científicos para evaluar la cartera de tecnología de cualquier empresa.