Sin duda es la feria más uniformada de las que se celebran en Madrid: uniformes de faena y uniformes 'de bonito'. Vestimentas reglamentarias de los cuerpos policiales, de los ejércitos españoles de tierra, mar, aire y emergencias (UME), y de otros ejércitos del mundo como los de Corea del Sur, Brasil, Colombia…
Pero, como todas las ferias, la de Defensa (FEINDEF), que se celebra esta semana en Madrid, es una mezcolanza caótica, en la que se entrecruzan desde gabardinas y boinas de paseo, hasta tiendas de campaña modulares. Torretas de armamento para intercambiar en vehículos blindados, granadas de mano y bazoocas (en el stand de Instalaza se cuentan los 75 años de historia del lanzagranadas, "el mejor amigo del soldado de infantería", desde 1943).
En FEINDEF hay abundante electrónica y dispositivos avanzados. Están muchas de las compañías tecnológicas habituales en otras ferias tecnológicas. Se muestra el programa gubernamental de satélites GOVSATCOM, con aportaciones de Hisdesat y GMV (que, por cierto, también muestra en su propio stand "el equipamiento para el soldado moderno", con visores, sistemas para apuntar con fusiles de asalto y comunicadores).
Se pueden ver sistemas de armas robotizados, con control remoto de disparo (como el THeMis con torreta Guardian 2.0, de Escribano Mechanical & Engineering), y la primera unidad de un blindado de 33 toneladas, el Ascod, de General Dynamics construido por Santa Barbara en Sevilla, al que en el stand califican de "blindado de combate para zapadores". Puede montar unos rastrillos delanteros para levantar minas, que es lo que enseña en la feria, o una pala para arrastrar lo que haya por delante. Lleva un motor de 16 litros, que da más de 600 caballos de potencia, para llegar a correr hasta a 70 kilómetros por hora.
En la feria se puede ver prácticamente toda clase de vehículos militares, embarcaciones a tamaño real y en maqueta (como el submarino S-80 y la fragata 110 de Navantia) y diversos aparatos de vuelo, para entrenamiento o combate, como los que ofrece la checa Aero Vodochody Aerospace.
Un aparato de vuelo, precisamente, el helicóptero AB-212, era el banderín de enganche de la primera jornada. La ingeniería Sener y Babkock presentaron en la inauguración de FEINDEF el final del programa de actualización de una flotilla de aparatos de la Armada, que originalmente entraron en servicio en España en 1974. Una gran noticia para la Marina española, según explicó Teodoro López Calderón, almirante Jefe de Estado Mayor, "tal y como está el presupuesto". La renovación de su tecnología permitirá a la Armada contar con aeronaves capaces de cumplir "hasta 2035" misiones de todo tipo, como ya están haciendo las unidades entregadas anteriormente en las operaciones internacionales Atalanta y Sophia.
La Armada dispone de siete Augusta Bell-212, integrados en la 3º escuadrilla. Considerando que el modelo fue diseñado a mediados de los 60, están preparados para no jubilarse hasta cumplir los 70 años. Originalmente eran nueve aparatos, pero uno cayó en Afganistán, en 2005, y otro se accidentó durante la misión humanitaria de ayuda a Haití, en 2010.
La modernización a la que han sido sometidos incluye el cambio de todo el cableado, nuevos sistemas de aviónica y navegación, con una pantalla digital para control en la cabina. La reforma e innovación de los sistemas ha supuesto, en palabras del almirante, "un esfuerzo de ingeniería que podría abrir una nueva línea de negocio para alargar la vida" de este tipo de aeronaves.
Los helicópteros cuentan ahora con un nuevo radar de vigilancia, con funcionalidades de búsqueda y meteorología, y sistemas de identificación Naval (AIS), de visión EO/IR y visión nocturna, de autoprotección y autodefensa (protección balística y alertador de misil MAWS, y armamento defensivo), navegación GPS con mapa móvil y alertador de distancia al terreno (TAWS), y grúa de rescate.
De manera resumida, estos helicópteros "vuelven a formar parte del sistema de armas" de la Marina española, según explicó a INNOVADORES un piloto de la escuadrilla, el sargento Juan David Moncaleano. Los AB-212 "al principio [años 70] tenían un sistema para lanzar torpedos, pero últimamente sólo se utilizaban para transporte de hombres a tierra".
Con el nuevo equipamiento tecnológico podrán operar sin restricciones en el espacio aéreo regulado, cumpliendo los nuevos requisitos exigidos por la normativa civil y militar. Podrán ser desplegados en misiones internacionales con un nivel de amenaza bajo-medio y operar desde patrulleros oceánicos y otros buques de la Armada, para misiones de vigilancia, reconocimiento y control del tráfico marítimo.
Para el Ejército de Tierra, a su vez, el código de la innovación es 'Fuerza 35'. "No se trata de una unidad, sino de un concepto", explica un teniente coronel en su stand. La idea es seguir un proceso de modernización "armonizada" de los recursos militares con el horizonte de 2035, en cuatro fases: definición; experimentación de las innovaciones; desarrollo industrial ("en España, dentro de lo posible"); y obtención de sistemas integrados.
Toda la feria está salpicada de dispositivos bajo carteles de 'Fuerza 35', en algunos casos con el epígrafe 'experimentación', como el antes mencionado blindado Ascod, y en otros, acreditados como ya en servicio.
Lo que probablemente no tendrá ninguna otra feria de las que se celebran en Ifema es una manifestación silenciosa a la puerta, con una decena de personas caminando en círculos, portando carteles con alusiones a la paz que proponen tesis exactamente contrarias al viejo lema latino: "Si vis pacem, para bellum".