El salto a la transformación digital es siempre difícil porque hace falta una formación y una inversión de las que no todas las empresas disponen fácilmente. Y si nos paramos a pensar en el sector agrario, hay un ingrediente más que añadir a la ecuación para tratar de desestabilizarla: que el producto, muchas veces, está "vivo". Lograr una producción homogénea, constante y controlada es solo uno de los retos que empresas del sector como Nestlé, Cerealto Siro Foods, Campelo Exportación, Vicky Foods (antes Dulcesol) o Roquette Laisa han puesto en común este semana en el Foro Emergentes 4.0.
"La gente quiere que el cruasán o el macarrón sea siempre igual, pero las condiciones de fabricación y la materia prima, que está viva, no son siempre las mismas. Ese es el factor diferencidor a la hora de abbordar nuestra digitalización y supone un enorme reto", aseguraba Luis Martínez, técnico especialista de Siro Foods, el fabricante de galletas de Mercadona.
¿Y qué hacemos con la conexión? Miguel Ángel Campelo, CEO de Campelo Exportación, llamaba la atención sobre esta cuestión: "Hablamos del 5G, pero en muchos sitios no tenemos ni 4, ni 3G", lamentaba, y esa es una barrera fundamental para abordar la transformación digital.
Un transformación que, en palabras de Jordi Cuartero, Jefe Cadena de Suministro en Roquette Laisa España, abre una gran oportunidad: la de expandir la etiqueta y dar más y más información al consumidor sobre los productos que compra. "Tenemos el know how. Todos nuestros procesos internos y de fabricación están robotizados, ahora tenemos que sacar esa tecnología de puertas hacia fuera en beneficio del cliente", sentenciaba.
"La punta de lanza de la transformación están siendo aquellas partes que tienen beneficios rápidos", explicaba Sara Mediavilla, Capital Investment Project Manager en Nestlé. E introducir nuevos procesos y modelos de negocio es algo que pasa necesariamente por la transformación física, una cuestión compleja al considerar que el campo y la alimentación tiene mucho "legacy físico" que dificulta estos procesos.
Arrancar es complejo, pero todos coinciden: la formación y el cambio de chip es el primer e imprescindible paso. "Nosotros empezamos con la formación y después pasamos a gastar productos de software libre y en la nube", explicaba Francisco Armengol, responsable de digitalización e industria 4.0 de Vicky Foods. Y de ahí, poco a poco y como por inercia, la digitalización va más y más lejos hasta penetrar en el 'core' de la empresa.