Si miras un neumático fabricado hoy y otro hecho en 1910, en esta misma fábrica, no verás muchas diferencias: sigue siendo negro y redondo". Quien lo dice, más allá de la aparente obviedad, sabe bien de lo que habla: es Christian Kötz, máximo responsable mundial de la división de Neumáticos del gigante de las gomas Continental. Hablamos con él en la sede de uno de sus laboratorios de I+D en Korbach (Alemania) para saber cómo esas cubiertas negras pueden evolucionar en los próximos años.
La idea que defiende Kötz, y de ahí que destaque que sigan siendo "negros y redondos", es que el de los neumáticos no es un sector en el que la innovación de producto sea la estrella. Y tiene lógica: no es que la rueda haya evolucionado mucho en los últimos siglos. "En nuestros laboratorios nos centramos en mejorar y modificar los compuestos y materiales con los que fabricamos el producto, pero no el producto en sí", explica Kötz. La sostenibilidad es quien marca, en general, el camino de I+D para conseguir compuestos menos contaminantes, más fáciles de reciclar y que no ahonden en la dramática deforestación que impone la extracción del caucho natural.
"Nuestro objetivo es obtener una goma alternativa al 100% a la tradicional", cuenta Kötz. Su gran propuesta es el látex obtenido a partir del diente de león, como ya contamos en INNOVADORES, pero de momento la tecnología está en un estadio inicial y solo se comercializa para el ámbito de las bicicletas. "Llevamos trabajando 10 años en esta idea, tenemos distintas patentes y aunque todavía queda camino para la producción masiva somos el actor del mercado más avanzado", dice el directivo en referencia al uso de esta goma que permita huir del tradicional caucho.
Pero la sostenibilidad no es la única vía en la que trabajan para innovar en la tecnología que compone los neumáticos. Las fibras textiles, los refuerzos, los mecanismos de dirección son también importantes. El procesado, la fabricación de la mano de la
Pero, para cambiar de verdad la morfología del neumático tal y como lo vemos hoy, tiene que cambiar su concepción. "Estos productos son la única interfaz entre el vehículo y la carretera, da igual si son coches, camiones o bicicletas. Y el neumático no está integrado todavía con el vehículo desde una perspectiva tecnológica", lamenta.
La sensorización de la calzada, unida a la digitalización del neumático, permite optimizar los sistemas de seguridad del vehículo y aumentar el mantenimiento de predictivo de los neumáticos. "Da igual por dónde conduzcas, en cualquier lugar del mundo verás neumáticos en la carretera o a conductores parados. Y eso se podría evitar si sabes con antelación que tu coche está perdiendo aire, presión o temperatura y eres capaz de gestionar esa información. Y ahí, tenemos la última área de innovación", dice el directivo.
Ya hay sensores de este tipo en el mercado, pero están más enacaminados a la gestión de flotas que al conductor particular. Para gestionarlo, Continental ofrece una sensorización y un software que controla lo que pasa en el interior del neumático y envía la información a la nube para integrarla con el resto de datos del vehículos".
Vehículos compartidos
Pero esto es importante no solo para los negocios que dependen del transporte terrestre, sino para la nueva generación de vehículos compartidos. "Cambiar el neumático no es algo que disfrutes, es algo que te ves obligado a hacer y el consumidor final no tiene a penas percepción de la importancia que tiene en materia de seguridad", cuenta Kötz. "¿Quién se es el responsable del engorro que supone controlar la presión del neumático, hinchar y cambiar?", se pregunta
Como respuesta a este nuevo paradigma de la propiedad, Continental trabaja ya en Alemania con una compañía de vehículos compartidos para gestionar estos coches al estilo Car to go. Los neumáticos están sensorizados, de forma que se puede controlar telemáticamente su nivel de presión o temperatura en todo momento para garantizar la funcionalidad y la seguridad.
El de la bicis, con una conciencia por la reducción en el uso del vehículo privado, es otro de los segmentos más interesantes en el futuro de la firma en los países desarrollados. Aunque reconoce que la distancia entre coche y bicicleta es todavía demasiado grande. "A pesar de que Estados Unidos o Europa reduzcan el uso del coche, hay muchos otros mercados emergentes en los que el uso del coche irá a más", explica. Y para todos ellos, serán estos nuevos materiales.