Detectar con una sola gota de muestra de una persona o un animal, ya sea de sangre, orina o saliva, diferentes agentes patógenos para monitorizarlos de forma precisa y en tiempo prácticamente real (menos de 15 minutos). Esto es posible con el prototipo de dispositivo médico que ha desarrollado Droplite, una spin off del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), que ha transferido la patente de esta tecnología a la startup.
Ubicada en el Parc Científic de Barcelona, André Guedes, CEO y cofundador de Droplite, subraya que su dispositivo médico, basado en tecnología fotónica, “está miniaturizado, es inteligente y automatizado”. En él se integran todas las fases que se realizan en un laboratorio de análisis clínicos: es un desarrollo basado en el concepto lab-on-a-chip, que se encuentra conectado a la nube para garantizar la trazabilidad y el acceso a los resultados en cualquier momento y lugar.
Guedes señala que el reto era crear una alternativa a los diagnósticos médicos actuales: “Hoy en día puedes hacer una analítica en un laboratorio en el que se pueden tardar un par de días para los resultados o puedes usar un test rápido que es fácil de usar, pero tiene poca fiabilidad porque los resultados no son cuantitativos. Nuestro dispositivo es un test rápido (entre 10 y 15 minutos) que ofrece hasta la concentración de la enfermedad que está gestando el paciente”. En definitiva, destaca Guedes, es como meter un laboratorio en una “caja inteligente”.
Rafael Porcar, CTO y cofundador de Droplite, explica que esta caja o plataforma está compuesta por “un lector, un pequeño un dispositivo parecido a una cafetera, que opera de forma totalmente automatizada: prepara la muestra, la analiza y ofrece los resultados”. En concreto, este dispositivo ‘lee’ unas pruebas específicas para la enfermedad que se quiere detectar, que serían como los consumibles o cartuchos específicos para cada enfermedad.
Investigación y desarrollo
La investigación se inició en el ICFO en el marco de un proyecto europeo para la detección precoz de marcadores cancerígenos, explica Porcar. Con la evolución del proyecto, se decidió madurarlo a través de una spin off, creada en diciembre de 2018, para completar el desarrollo de la tecnología y crear un dispositivo que se pudiera lanzar al mercado médico y veterinario.
De hecho, esta nueva tecnología combina el uso de la luz, es decir, la fotónica para excitar y favorecer la detección, con las nanopartículas que se atan a los marcadores que hay en la muestra del paciente. “Gracias a esta interacción a una nanoescala nos permite ser muy sensibles”, asegura Porcar. Así, en lugar de utilizar grandes volúmenes de reactivos, solo se usan unos capilares que tienen micras de tamaño. “Ahí es donde ocurre toda la magia de la detección”.
Al realizar esta prueba de un dispositivo inteligente y conectado, los resultados se vuelcan en el sistema de información del centro sanitario y no se tiene que transcribir manualmente en el historial del paciente, destaca el CTO de la startup.
Aplicación veterinaria
En estos momentos, el dispositivo se encuentra en la fase desarrollo industrial del prototipo. La estrategia de Droplite parte de lanzar al mercado primero una aplicación en el sector veterinario para detectar enfermedades de mascotas. “Es más sencillo lograr la certificación médica en veterinaria, pero el desarrollo y la ingenería sería la misma, con lo que se capitalizaría la inversión”, puntualiza el CEO de esta startup catalana.
No obstante, incide en que el objetivo final es la aplicación en salud humana, por ejemplo, para las pruebas de alergia, con lo que se evitarían los test de múltiples pinchazos en el brazo. Otra aplicación sería para la cuantificación de hormonas relacionadas con los tratamientos de fertilidad.
Financiación
Esta startup biotech ha recibido una subvención 236.000 euros del programa Neotec del Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), que destinará al desarrollo industrial de su prototipo para tener un producto final validado con los ensayos correspondientes.