El autor René Rohrbech definió en un estudio del 2006 la exploración tecnológica como un enfoque sistemático según el cual las organizaciones asignan a parte de su personal y otros agentes externos la recopilación de información relativa al campo de la ciencia y la tecnología. El objetivo es obtener ventajas competitivas identificando los posibles impactos internos y externos que los avances tecnológicos pueden provocar.
La exploración tecnológica es muy útil para la identificación de tecnologías emergentes que podrán estimular la innovación. Para ello es fundamental combinar los reportes tecnológicos con los análisis de nuevos negocios potenciales. Este método se suele usar como parte de la inteligencia corporativa y puede aplicarse como un elemento de la innovación abierta.
El autor Scott Kirsner publicó en 2019 en Harvard Business Review un artículo sobre cómo las grandes empresas exploran nuevas tecnologías. Según el autor, las grandes empresas se han dado cuenta de que necesitan un sistema de radar que pueda ayudarles a ver lo que está por venir.
Una encuesta de Innovation Leader encontró que la mayoría de las empresas disponen de múltiples grupos responsables de operar radares en departamentos como marketing, investigación y desarrollo, desarrollo de nuevos productos o laboratorios de innovación.
El autor argumenta que si una empresa está invirtiendo recursos para comprender cómo está cambiando el mundo que lo rodea, también debe invertir en las relaciones y los sistemas que le permitirán actuar rápidamente sobre lo que encuentre.