El Ministerio de Sanidad ha aprobado el uso en ensayo clínico del respirador artificial de bajo coste diseñado en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid, con la ayuda de la firma aceleradora de personas Celera, por lo que ya cuentan con el permiso para su fabricación.
Así lo ha expresado el propio rector, Javier Ramos, en una carta enviada a toda la comunidad universitaria, a la que ha tenido acceso Efe y en la que reconoce a todos quienes han participado en este proyecto promovido por Javier González, egresado de la URJC en Ingeniería de Materiales.
Las primeras pruebas de este respirador se han sucedido estas últimas semanas en el animalario de la Facultad de Ciencias de la Salud en el Campus de Alcorcón de la URJC, donde "se ha podido verificar el cumplimiento de las especificaciones técnicas" de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.
González, impulsor de la idea de llevar a cabo este prototipo, también ha sido el responsable del diseño del respirador, y la Universidad ha participado con un equipo de ingenieros de materiales, biomédicos, de robótica, tecnología electrónica y médicos de la Fundación de Ciencias de la Salud (FCS).
Junto a ellos, también ha intervenido un grupo de jóvenes con talento reunido por Celera, un programa que identifica a jóvenes con talento excepcional en España. González explica que este modelo ha sido desarrollado sobre dos pilares fundamentales: seguridad para el paciente y disponibilidad de componentes.
Así, la implicación de un equipo de expertos del Hospital 12 de Octubre ha permitido que el nuevo prototipo presente todas las funcionalidades imprescindibles para que su uso en pacientes sea viable y se maximice la ratio de supervivencia.
El responsable del equipo médico del proyecto, Javier Asensio, añade que este dispositivo "permite regular la presión y el volumen respiratorios, mantener una presión positiva al final de la espiración y controlar los parámetros básicos para una adecuada ventilación mecánica".
"Cuenta además con las alarmas y sensores pertinentes para la correcta monitorización del paciente y del funcionamiento del sistema", explica Asensio, quien recuerda que "los modelos que carecen de esas especificaciones no podrán ser utilizados en pacientes" según la 'Guía de especificaciones para la fabricación rápida de ventiladores'.
Además, el coste del respirador es inferior al de los respiradores actuales ya que su precio varía desde los 5.000 a los 20.000 euros, por lo que puede ser producido en serie con las herramientas que se encuentran habitualmente en cualquier taller mecánico al no precisar impresión 3D.
"Todos los componentes empleados cuentan además con certificación europea", resaltan, subrayando además que 'The Open Ventilatores', como se ha bautizado el proyecto, es un prototipo abierto, es decir, "los planos y el software se comparten públicamente" por lo que "está al alcance de cualquier país que lo necesite o lo pueda producir"